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‘MORDER LA MANZANA’ Leticia Dolera: "Seguro que alguien avisó a Beyoncé de que hablar de feminismo no era buena idea"

Lo personal sigue siendo político. La actriz lo demuestra en su libro ‘Morder la manzana’, un ejercicio de empoderamiento literario con el que recuerda que cada una es dueña de sus sueños, sus pelos y sus orgasmos sin que pueda haber jefe o manada que lo discuta.

Leticia Dolera: "Los derechos se consiguen a través de la lucha y las reivindicaciones". / Concha de la Rosa

Ni putas, ni brujas, ni monjas. Las mujeres suelen ser clasificadas en esos tres sacos rotos desde que Eva mordió la manzana, contraviniendo la orden dictada tanto por el poder patriarcal del cielo (Dios) como por el de la tierra (Adán) de no tocar el árbol de la ciencia en el paraíso terrenal. Hasta ese Génesis bíblico se va la actriz, guionista y directora de cine Leticia Dolera en su primer libro, al que ha titulado Morder la manzana. "¿Por qué el conocimiento o la ciencia eran algo que evitar? No lo sé. A mí me planteas esto y yo no es que lo pruebe, es que devoro el árbol. Será que tengo esencia pecadora". Contradicciones como mujer que afloran desde que una se calza las gafas violetas y que se van sobrellevando a base de lecturas firmadas por Ana de Miguel, Coral Herrera o Virgine Despentes.

Entre todas van desmontando el discurso de la hegemonía cultural construido desde hace siglos a base de puntales en forma de frases e ideas-dogma, como aquella que tenía Freud de que solo las mujeres enfermas alcanzan orgasmos clitorianos. "Eso es porque jamas experimentó uno en sus carnes", arroja Dolera en esta entrevista en la que habla a Público sobre este libro, en el que mezcla teoría feminista con los episodios de bullying que vivió en su adolescencia y donde lanza una férrea crítica a la visión de la sexualidad puesta al servicio de un falo y a los micromachismos cotidianos y compartidos. A esos que planta cara reivindicando definiciones claras y desacomplejadas al estilo de la que ofrece Angela Davis: "El feminismo es la idea radical de que las mujeres somos personas".

"En nuestro imaginario colectivo, la culpa es de Eva y Eva somos todas las mujeres". Una frase de Morder la manzana. ¿La serpiente judeocristiana fue la primera piedra que puso el patriarcado en la vida de las mujeres?

No te olvides de Pandora. Desde la cultura griega también se nos culpa a la mujer de haber liberado todos los males del mundo al abrir por curiosidad la caja que los contenía, aunque no deja de ser un relato de ficción. Si todas venimos de Eva y fue un pecado morder la manzana del conocimiento, lo que tenemos que hacer es morder todas las manzanas que encontremos por el camino y no tener miedo de que por ello salgamos de ese paraíso desigual. De hecho, Eva venía de la costilla de Adán. La desigualdad estaba en la primera metáfora de quien escribió ese texto.

"El feminismo radical creó grupos de autoconciencia en los que las mujeres iban a contar lo que les pasaba"

Los ejemplos de tus vivencias personales te sirven para explicar grandes conceptos que la teoría feminista ha estudiado. Lo personal sigue siendo político.

Empecé a estudiar el feminismo radical de los años 60 porque ellas fueron las que dijeron aquello de ‘Lo personal es político’. En ese momento seguían existiendo desigualdades brutales aunque se hubiera conseguido el derecho al voto y al trabajo. Seguían las relaciones de dominación en el ámbito privado y por eso era tan importante hablar de que lo personal era político. El feminismo radical creó grupos de autoconciencia en los que las mujeres iban a contar lo que les pasaba. Una vez que me empapé de todo esto, vi que una forma de ser honesta y consecuente era contar lo mío, no porque crea que lo mío es lo más importante sino porque al final es de lo que puedo hablar, es lo que me ha pasado. Así puedo usarlo para llegar a lo político, a partir de lo personal.

En el libro aportas datos para contradecir algunos de los argumentos que se usan para atacar al feminismo. Pero claro, no sé si alguien que use el mito de las denuncias falsas para desacreditar la desigualdad leerá tu libro. ¿A qué público te gustaría hablarle?

Pues me encantaría que lo leyeran (se ríe). Yo lo he escrito pensando en el libro que a mí me hubiera gustado leer cuando era veinteañera, tanto por las dudas personales como por el repaso que hago por la historia del feminismo, que es rápida e indolora. En el instituto donde estudié no me enseñaron ni quien era Mary Wollstonecraft, ni me hablaron de las olas feministas y es importante saber de dónde venimos. No para que odiemos ni nos venguemos, sino para tomar conciencia de que todos los derechos que se consiguen son a través de la lucha y de las reivindicaciones.

Diana López Varela, autora del libro 'No es país para coños', escribía: “Las feministas no somos perfectas. La vida está llena de incoherencias y yo necesito reírme de todas ellas”. Muchas de esas incoherencias tienen que ver con una cuestión del cuerpo, de algo relacionado con el físico. "Nuestro cuerpo es el primer campo de batalla", decía Silvia Federici. ¿Hay mucho que trabajar ahí todavía?

"A la mayoría de las mujeres que se les da espacio en los medios cumplen el canon de belleza"

Tenemos que adueñarnos de la mirada que posamos sobre nosotras mismas porque nuestra propia mirada está construida por la cultura que nos rodea, y es una cultura patriarcal que solo ensalza la belleza, la juventud y la sensualidad. En el caso de la mujer no se valora la experiencia, el talento o la sabiduría, cosa que sí se hace con los hombres. Por eso, cuando ellos tienen canas o arrugas se interpretan como signo de madurez y atractivo, algo que no pasa con nosotras. A la mayoría de las mujeres que se les da espacio en los medios cumplen el canon de belleza. Es normal que nuestra mirada esté influenciada por todo el imaginario y es muy complicado salir de ahí. Yo entiendo que las feministas de hace años quemaran sujetadores o se cortaran el pelo como forma de rebelarse contra la imposición de esos estereotipos estéticos pensados para nosotras. No se es más feminista por llevar el pelo largo, por calzar tacón o porque te depiles; lo importante es entender por qué lo haces.

Empecé a escribir el libro el verano pasado, antes del #Metoo. Quise aportar mi grano de arena a un movimiento tan importante y necesario como el feminismo. Yo he leído a Nuria Varela, Ana de Miguel o Amelia Valcárcel, pero quizá ellas, como académicas, no pueden llegar a un público al que puede que yo sí. Cuantos más altavoces existan para explicar que el feminismo es una causa social y que implica a todos y a todas, mejor.

¿Cuál es esa contradicción que sigue acompañando a Leticia Dolera?

El mito de la belleza me acompaña como a todas y más en estos tiempos de selfies y filtros. Parece que te acostumbras a ver una imagen de ti misma en redes sociales sin granos ni poros. Esa contradicción ya no puedo quitármela. Soy consciente de que no se me tiene que juzgar por mi cuerpo, pero aun así es algo que arrastramos todas. Tenemos que tratar de quitarnos las cadenas, aunque luego nos queden las cicatrices. Hay que intentar que las generaciones que vienen por detrás tengan cuantas menos cadenas mejor.

¿Qué opinas del feminismo Beyoncé, el fenómeno de las feministas pop?

Beyoncé ha ganado dinero con su música, no a costa del feminismo. Lleva años currando y su carrera la avala. Además es negra, es una tía de caderas grandes. Tenemos que ser conscientes del mérito que tiene. Seguro que hay gente de su entorno que le dijo que meter feminismo en sus conciertos y hablar de él no era una buena idea. Todavía hay una parte de la sociedad que piensa que el feminismo es una cosa de mujeres vengativas cuando es una causa de todas las personas. Nosotras tenemos que ponernos al frente porque somos las que sufrimos las consecuencias de vivir en esta cultura patriarcal. Yo no sé qué es ser una mujer o un hombre negro en una sociedad racista, por eso en la lucha racial son ellas y ellos los que se ponen delante. Es bueno que el feminismo pase a formar parte de la cultura pop sin que esto conlleve vaciarlo de contenido.

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Leticia Dolera: "Hay que ser perseverantes y exigir medidas políticas". / Concha de la Rosa.

¿Y el feminismo Ylenia? Feminismo, chonismo, clasismo... .

Fíjate que solo podemos nombrar a una. También hay que valorar lo que ella desde su posición, su experiencia y su entorno puede aportar. Seguramente Ylenia llega a unas personas a la que ni yo, ni Ana de Miguel, ni Pikara Magazine llegamos. No hay que juzgar a quienes intentan, dentro de su contexto, dar pequeños pasos feministas.

No vale con que haya más mujeres, tienen que ser de las nuestras. Es una frase que le hemos escuchado a Ana de Miguel. Faltan mujeres en todos los ámbitos, pero sobre todo, ¿no crees que faltan mujeres que se posicionen?

En la industria del cine yo conozco a muchas que sí lo hacen, como Aura Garrido, Nuria Gago o Ruth Llopis, que se consideran feministas y no tienen problema en hablar de ello. La industria del cine está en una situación muy precaria. En un estudio reciente se hablaba de que solo el 8 por ciento de actores y actrices viven de su trabajo. Si a esto le añadimos el factor de género, se convierte en una profesión más precaria todavía. Aparte, las mujeres cobramos menos por el mismo trabajo, hay menos personajes femeninos, sobre todo cuando te vas haciendo mayor. Y esto no es una opinión mía, son datos. Es muy complicado colocarse ahí, yo no pretendo juzgar a mis compañeras. No hay que juzgar al oprimido sino al opresor.

¿Crees que te han dejado de ofrecer trabajos desde que te declaras feminista? O al revés: ¿Notas que te llaman más desde entonces?

No soy muy consciente de ello porque tampoco me dicen, "no te llamamos porque eres feminista". Ahora me llaman más para dar charlas y me parece una causa necesaria y muy urgente pero no puedo dedicarle todo el tiempo que me gustaría. Acabo de rodar una película como actriz y estoy escribiendo el que será mi segundo proyecto como directora. Yo tengo una carrera y desde ella también puedo hacer cierto tipo de activismo porque el relato cultural me parece un elemento súper importante en la construcción de una sociedad más igualitaria.

“Leticia Dolera, la agitadora de conciencias de nuestro cine” te llamaban en la portada de una revista. ¿Crees que algunos medios quieren pintarte como la Oprah Winfrey del cine español?

"Tengo la sensación de que estamos viviendo una nueva ola de feminismo y es el momento de no tener miedo y de ser pesadas"

(Se ríe) ¡Pero yo no tengo una revista propia, ni un programa! Todavía no soy consciente de todo esto, porque llevo años en esto del feminismo y hablando de desigualdad. Más años que yo lleva CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas. Ahora se pone más foco mediático en mí quizá por el movimiento #Metoo y porque el feminismo está en la agenda social y mediática. Cada año hemos visto más mujeres en las manifestaciones en el 8M o en el 25N, hay más feminismo en las redes sociales... . Tengo la sensación de que estamos viviendo una nueva ola de feminismo y es el momento de no tener miedo y de ser pesadas. Porque en realidad no lo somos. Lo que es pesado es cobrar menos por el mismo trabajo, dedicarnos a los cuidados del hogar o que haya agresiones sexuales a diario y violencia machista. Eso sí que es pesado. Hay que ser perseverantes y exigir medidas políticas. Y también llamar a los hombres para hacerles ver que no es un movimiento contra ellos sino contra un sistema que genera desigualdad y violencia.

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