Este miércoles comienza la tercera edición de la Feria Internacional de Seguridad y Defensa (Feindef), que se alargará hasta el viernes, en el recinto de Ifema de Madrid. Será un enorme escaparate internacional de la industria armamentística que este año llega en un momento de fuerte inversión pública en defensa y armamento ante el incierto escenario bélico en Ucrania y la latencia de otros conflictos armados.

Se trata de la feria más importante que celebra el sector en España y cuenta con un gran apoyo estatal de cara a convertirla en un evento de referencia internacional. No en vano, el Estado español, con fuerte presencia en empresas estratégicas de tecnología, armamento y vehículos militares, lleva cinco años haciendo una generosa caja a costa de lejanos y crueles conflictos en los que, en gran parte, la población civil paga la factura más cara en forma de muertes, heridos y la destrucción de sus infraestructuras.

¿En qué consiste un evento de este tipo? "Las ferias de armas y seguridad son eventos en los que las empresas armamentistas exhiben sus armas y equipos a los interesados ​​en comprar" y entre cuyos asistentes se "incluyen delegaciones gubernamentales y militares de todo el mundo, otras compañías de armas e intermediarios que organizan grandes acuerdos", explica Matthew Mcevoy, de la Omega Research Foundation, una oenegé especializada en temas de armamento.

"Las ferias brindan una oportunidad para que las empresas muestren y demuestren sus productos, se reúnan con clientes potenciales y negocien acuerdos con los gobiernos", anota.

Por eso, este tipo de eventos despierta el rechazo de numerosas organizaciones de la sociedad civil que, agrupadas en la plataforma Desarma Madrid, suelen organizar protestas contra lo que consideran una cita de "traficantes de armas" y de "señores de la guerra" en la capital española.

Concentraciones contra la Feindef

El colectivo ha convocado una concentración de protesta contra la feria armamentística la tarde de este miércoles en el madrileño barrio de Prosperidad y una manifestación a las 19.00 horas el próximo viernes que saldrá desde la calle Alcalá, 51 hasta la Plaza de Cibeles.

"No es aceptable que se celebre una feria de armamento en nuestra ciudad en un contexto bélico en el que se está viendo con claridad para qué sirven las armas", explica a Público José Miguel Lorenzo, activista de Desarma Madrid.

"Ahí se preparan y se negocian las guerras del futuro, que generan beneficios privados y mueven millones de fondos públicos. Es indigno que se presente como una feria más en la que ni siquiera se menciona la palaba "armas" y en la que todo se presenta como un negocio. Las 400 empresas que asistirán participan en la venta de armas y materiales y dispositivos para bloquear los flujos migratorio. No lo queremos en nuestra ciudad ni en ninguna otra", apostilla.

Entre las delegaciones de países que han confirmado su asistencia están, por supuesto, Ucrania, aunque no es el único país en conflicto que buscará tecnología y armamento en la feria. También asistirá una delegación de República Democrática del Congo, un país inmerso en conflictos armados durante más de 20 años.

Israel será otro de los países presentes en la feria, junto a miembros de la coalición internacional que participan en la guerra civil de Yemen, como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait o Egipto. Varios países europeos que dan apoyo a la colación, Reino Unido y Francia, también participan en el encuentro, junto a Estados Unidos, principal suministrador de material e inteligencia tanto a Arabia Saudí como a Ucrania.

El Estado español, gran patrocinador de la feria de armas

En los últimos cinco años, el negocio español de la guerra vive un momento dulce, con contratos cerrados por valor de 80.000 millones de euros para venta de material y equipamiento militar y policial. Además, la invasión rusa de Ucrania ha llevado a la Unión Europea a asumir compromisos en municiones para Kiev que superan la capacidad de producción de todos los estados miembro, por lo que el negocio seguirá al alza. El compromiso sellado en Madrid por los países de la OTAN de aumentar el gasto público en defensa hasta el 2% del PIB también está convirtiendo al sector en un valor seguro de inversión que está atrayendo a grandes fondos internacionales.

La feria no solo cuenta con la asistencia de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, y representantes de las Fuerzas Armadas, del  Ministerio del Interior, de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, sino que recibe un importante respaldo del Estado, que también obtiene grandes beneficios por la exportación española de armamento.

El Ministerio de Defensa es miembro del patronato de la fundación Feindef, que organiza la cita, y entre los patrocinadores y colaboradores del evento se cuentan numerosas empresas punteras con participación pública en su accionariado, como la multinacional tecnológica Indra (con un 25,15% de sus acciones en manos de la SEPI), el gigante aeronáutico Airbus (4,12% de participación de la SEPI), la entidad pública ICEX España Exportación e Inversiones, la naviera pública Navantia o la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA), entre otra grandes empresas armamentísticas.

Según explican, la edición de este año contará con 40.000 metros cuadrados de exposición, cerca de 400 expositores de compañías y servicios de 25 países y más de cien delegaciones internacionales; un despliegue aún más amplio que la edición de 2021. Nada que ver en tamaño con la primera feria de armamento que se celebró en Madrid en 2007, cuando recibía el nombre de HOMSEC o Salón Internacional de Tecnologías de Seguridad Nacional, organizado por el grupo Atenea, dirigido por militares de alto rango. Entonces recibía unos 3.000 visitantes, mientras que el balance de la edificio de Feindef en 2021 recibió 13.000 visitantes.

Como novedad, explican sus organizadores, esta edición incluye el Innova for Def & Sec, que busca ser un "referente para la innovación y el emprendimiento" atrayendo startups focalizadas en el ámbito de la seguridad.