El Parque Natural de las Montañas de Prades, punto de partida para controlar las masificaciones y regular macroproyectos de renovables
Si todo va según el previsto, el parque natural será una realidad a principios del año próximo, junto con el del Albera, el Montsec, el Garraf y Alta Garrotxa, que se empezarán a tramitar este año.
Barcelona-
Para encontrar la primera vez que se planteó la protección del espacio natural de las Montañas de Prades, en Tarragona, hay que remontarse a la Segunda República, en 1932, con una delimitación similar al actual espacio de interés natural declarado el 1992. La propuesta no salió adelante entonces y, ya pasada la dictadura, el Libro blanco de la gestión de la natura en los Països Catalans lo rescató en 1976.
Desde entonces, han estado muchos los intentos para crear el Parque Natural de las Montañas de Prades, pero la falta de consenso del territorio ha hecho que el proyecto se haya quedado en el cajón en varias ocasiones. Ahora, pero, parece que se dan todas las condiciones para materializarse.
Hablamos con este territorio de Tarragona sobre la figura de parque natural y qué papel juega ante la expansión de grandes parques solares, líneas de alta tensión o la masificación de espacios naturales
Catalunya tiene actualmente 14 parques nacionales o naturales, una cifra que podría ampliarse a 19
Catalunya tiene actualmente 14 parques nacionales o naturales. Una cifra que aumentará hasta 19, ya que además del Parque Natural de las Montañas de Prades, este año se empezarán a tramitar el de Albera, el Montsec, el Garraf y la Alta Garrotxa. Ahora bien, si hay uno que hay que destacar es el de las Montañas de Prades, no solo porque es una reivindicación histórica, sino por la extensión del parque, puesto que ocupará unas 36.300 hectáreas e incluirá 22 municipios de cinco comarcas diferentes: el Alt y Baix Camp, la Conca de Barberà, las Garrigues y el Priorat.
Precisamente la implicación de tantos ayuntamientos y las divergencias y discrepancias de algunos de ellos ha sido uno de los motivos que ha ralentizado la creación del parque natural. Ahora, pero, tal como constatan diferentes entidades del territorio, hay el consenso para que se materialice definitivamente y sea un punto de partida para regular las masificaciones y frenar macroproyectos de renovables.
En 2024 se llevó a cabo un proceso participativo del que salieron 700 aportaciones que pedían compatibilizar las actividades humanas con la conservación medioambiental
El año pasado se llevó a cabo un proceso participativo -bajo el Govern republicano de Aragonés- que contó con la implicación de más de un centenar de personas y 20 entidades. De este proceso salieron 700 aportaciones que pedían hacer compatible las actividades humanas con la conservación de la naturaleza. Destacan que hace falta una gestión forestal y el mantenimiento de los bosques para prevenir los incendios; la elaboración de planes forestales; facilitar la burocracia e incrementar las ayudas económicas y técnicas. Además, las demandas incluyen que se evite el despoblamiento, y en consecuencia, que se mejoren las infraestructuras de comunicación, así como que se mantengan las edificaciones de piedra seca.
Tal y como explica Sergi Méndez, presidente del Consell Comarcal del Priorat y alcalde de Ulldemolins, se tiene que volver a abrir un proceso de participación pública del decreto de creación y el plan especial. Si todo va según lo previsto, “lo que nos han dicho es que iremos a finales de este año o principios del siguiente para la declaración definitiva”, concreta Méndez. “La espera se ha alargado mucho. Este es el enésimo intento de crear el parque, y parece que esta vez es el definitivo. Ya no hay nada que lo pare”, sentencia.
“A pesar del cambio de Govern y la inestabilidad política, sabemos que, al menos desde el punto de vista técnico, se ha continuado trabajando”. Lo corrobora Robert Figueres, vicepresidente del Consell Comarcal del Alt Camp y alcalde de Alcover, pero añade que la parte técnica tiene que ir acompañada de una dirección política que firme todas las actuaciones que se van desarrollando del proyecto para que se materialice. En esta línea, a finales de este mes se ha convocado una reunión con el Departament de Territorio para continuar avanzando con el proyecto.
Una herramienta para los ayuntamientos
La creación del parque es vista como una oportunidad para generar actividad económica y parar el despoblamiento
La creación del parque supondría revertir un agravio histórico con la demarcación de Tarragona y daría herramientas a los ayuntamientos para regular los usos del parque y poder proteger mejor las zonas más sensibles de masificaciones y macroproyectos de renovables que últimamente se están planificando en la zona. Así mismo, es una oportunidad para generar actividad económica y parar el despoblamiento.
“La creación del parque nos daría acceso a recursos para poder gestionar nuestro entorno y reforzar nuestra estrategia comarcal, donde precisamente el paisaje y el entorno es el eje vertebrador”, apunta el alcalde de Ulldemolins. Figueres, pero, destaca que es un parque natural “muy grande y que tiene que ir acompañado de una financiación potente, sino no tiene ningún sentido”.
El presidente del ONG ecologista Gepec, Xavi Jiménez, apunta que la figura de parque natural permitirá "preservar lugares y apostar por las actividades tradicionales". El 2022, Gepec creó una plataforma cívica para aglutinar todo tipo de entidades culturales, deportivas y ambientales de los diferentes municipios para presionar la Generalitat y que se constituyera el parque.
Xavi Jiménez: "El parque natural se ve ahora como una oportunidad para preservar el territorio y poder promocionarlo de forma sostenible”
Jiménez explica que la reivindicación por parte del territorio “siempre hay existido, pero quizás quedaba mucho de puertas en dentro y en círculos más ambientalistas”. “A diferencia otras zonas de Catalunya, en el sur siempre hemos visto la figura de Parque Natural como una imposición o intromisión, como una cosa que limita la actividad. Ahora esta visión ha cambiado y, en el contexto actual, se ve como una oportunidad para preservar el territorio y poder promocionarlo de forma sostenible”, apunta.
Tanto Figueres como Méndez y Jiménez coinciden en que la gente de la zona ahora ve la creación del parque como una oportunidad de compatibilizar un desarrollo sostenible con la preservación de la actividad económica y el sector primario. “Al final es una herramienta que te evita ciertas actuaciones abusivas con el entorno, como puede ser una línea eléctrica de alta tensión o parques solares”, asegura Jiménez.
Lo mismo pasa con la masificación de espacios naturales, sobre todo después de pandemia, que los tres creen que fue un “punto de inflexión”, puesto que los ayuntamientos se vieron desamparados y sin herramientas ante la masificación de espacios naturales de sus términos municipales. “Después del confinamiento, la gente tenía la necesidad de salir e ir a la montaña y los ayuntamientos reclamaban medidas de vigilancia, de control, de coordinación o de gestión. Si es parque natural, todo esto está regulado de alguna manera u otra para que el uso del espacio sea ordenado y sostenible”, comenta Méndez.
Por ejemplo, el Ayuntamiento de Alcover tuvo que aprobar una ordenanza reguladora de la Vall del Riu Glorieta para regular la afluencia de personas que querían hacer una ruta por este paraje natural. “Esta ordenanza, con la creación del Parque Natural, no habría sido necesaria porqué ya habría un ente supramunicipal que se encargaría de regular todo el entorno natural que contempla parque”, asegura Figueres.
Otro de los problemas que preocupa en el territorio es la implementación de las energías renovables. “Estamos a favor, pero con unas limitaciones. El hecho de tener esta protección del entorno y del medio puede evitar que haya grandes parques de placas solares, por ejemplo; o limitar que por las Montañas de Prades pase una línea de muy alta tensión; o la regular todas las actividades deportivas de montaña, como el barraquismo o el senderismo”, detalla Figueres.
Expansión de parques naturales de Catalunya
Desde hace unos años, el Govern mantiene una clara estrategia de aumentar la superficie terrestre protegida. En Catalunya, un 32% -más de un 1 millón de hectáreas- cuenta con algún tipo de figura de protección. Actualmente, pero, solo la mitad -un 15,3% del total- son gestionadas en forma de parques naturales. La Generalitat pretende aumentar esta cifra con la creación de cinco nuevos parques naturales.
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