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"¡Localizada!", el grito de esperanza de los equipos de rescate españoles en Turquía
Agencia Atlas
Cada vez que un perro se adentra bajo los edificios derruidos de Turquía se hace uno de esos silencios que detienen el tiempo hasta que suenan los ladridos que han detectado vida y comienza el rescate por un estrecho y peligroso pasadizo de escombros. Uno de los voluntarios turcos que acomapaña al dispositivo de rescate lanza una pregunta, y una voz que suena lejana les orienta hacia un destino a varios metros de profundidad: "Confirmado al cien por cien. Hay tres personas". Arrastrándose entre la destrucción se acercan a esa voz, localizan a la superviviente, le dan zumo para que se hidrate después de casi 100 horas enterrada. Poco a poco los rescatadores españoles liberan a una niña de 12 años y a su padre. O a otra joven de 25 años a la que atienden junto a las ruinas del terremoto. "La gente va desesperada por la calle buscando ayuda. Nos paran por todos los sitios", cuenta Ramón Pérez, jefe de la Unidad UREC de los Bomberos de Valencia. Y ellos acuden a esa llamada de auxilio. Rastrean cada resquicio y celebran cada intervención que acaba en vida.
-Redacción-