El laberinto de Breogán abre sus misterios a los valientes con 2.300 metros de pasillos vegetales

Son los primeros valientes que se adentran el laberinto y no es uno cualquiera: lleva el nombre del guerrero Breogán y es el más grande de España, un desafío para quien no tema perderse entre infinitos caminos. Son 2.300 metros de pasillos vegetales, formados por más de cuatro mil árboles, entre los que pronto asoman otros exploradores desorientados. Ni la brújula, ni el ovillo de Ariadna: cualquier truco para salir de aquí es inútil. Tampoco sirve la experiencia del que mata el tiempo con el lápiz en los laberintos de papel. Desde el aire, el desafío toma forma: una cruz celta, de más de 6.000 metros cuadrados, que sólo los expertos son capaces de plantear para que el juego no se prolongue más tiempo del debido. Porque pocas cosas resultan tan emocionantes como ser de nuevo un niño que se pierde para poder encontrar el camino de vuelta.

-Redacción-