El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Soria ha rechazado las medidas cautelares solicitadas por el Partido Animalista con el Medio Ambiente (PACMA) con las que se pretendía la suspensión del Toro de Jubilo, previsto para este sábado en la localidad soriana de Medinaceli.

Esta práctica consiste en atar bolas de fuego en los cuernos del toro y encenderlas antes de dejarlo suelto en la plaza del pueblo. El año pasado la cita se saldó con la muerte de un animal, como ya denunció PACMA en su momento. Por ello, en esta edición el partido ha presentado un recurso con el objetivo de “evitar que se repita la muerte que sufrió el animal en la última celebración del festejo y paralizarlo de manera cautelar”.

El equipo legal de la formación animalista ha asegurado haber hallado “irregularidades similares a las que detectó en relación al famoso y polémico torneo de Tordesillas, y que implicarían que el espectáculo llevaría desde 2015 celebrándose de manera ilegal”.

Sin embargo, el auto judicial ha dictaminado que “no da lugar” a la suspensión cautelar del festejo del Toro Jubilo, que tendrá lugar este sábado en Medinaceli. Además, según la apreciación judicial, “el margen de maniobra que queda es nulo” y hace referencia a que la petición fue presentada “con escasos tres días hábiles a la celebración”.

El partido ha organizado una concentración en contra de este festejo este sábado a las 18.00 horas en la localidad de Medinaceli, alegando que “se trata del festejo de toro embolado más importante, un ejemplo de la tortura que suponen estas celebraciones”.

Irregularidades tras la muerte del año pasado

PACMA, que previamente denunció la muerte del toro en 2022, ha argumentado que, si la delegada Territorial de la Junta de Castilla y León en Soria “archivó la denuncia alegando la ausencia de infracciones, entonces la normativa que regula el evento podría permitir acciones que resulten mortales para el animal a pesar de estar prohibida su muerte en público”.

“En el vídeo documentado por el Partido Animalista y difundido por todos los medios, se apreciaba el sufrimiento del animal que, ya desde el inicio, se resistía dando fuertes cabezazos y emitiendo bramidos de angustia y de dolor, jadeando, con la lengua fuera y la boca ensangrentada”, han señalado.

Así, han apuntado que de su cornamenta “prendida se desprendían multitud de trozos de estopa incandescentes, que le caían sobre la cara y el cuerpo”.

Los animalistas ha lamentado que “en lugar de prestarle atención veterinaria, sólo se afanaron por retirarlo lo antes posible, tirando fuertemente de la soga amarrada a sus cuernos y de su rabo”.

La formación ha apuntado que a la organización “solo le preocupó retirar lo antes posible el cuerpo de la vista de los asistentes para evitar sanciones, dado que la legislación autonómica prohíbe la muerte de los toros en presencia de público, en los espectáculos taurinos populares y tradicionales”.