Este artículo se publicó hace 5 años.
COP25El Ibex utiliza la cumbre del clima para limpiar su imagen
Las empresas patrocinadoras de la COP25 se benefician de una exención fiscal del 90%, denuncian los ponentes de una charla enmarcada dentro del programa de la Cumbre Social. Al mismo tiempo, los megaproyectos de las multinacionales Iberdrola, Abertis o Endesa causan migraciones forzadas, violencia y un incremento del cambio climático, aseguran.
Madrid--Actualizado a
Bien es sabido que el capitalismo siempre acaba reinventándose, articulando estrategias para que el sistema basado en la acumulación renazca y saque un nuevo tentáculo para llevarse a su terreno cualquier lucha política y social que pueda hacerle tambalear. Esta tesis, formulada a nivel global, es la que han seguido desde el Observatorio de Multinacionales en América Latina, el Observatorio Europeo Corporativo y Ecologistas en Acción para acercarla a la realidad española mediante una charla denominada El Ibex patrocina el cambio climático.
La ponencia, enmarcada dentro del programa de la Cumbre Social, se ha celebrado en el Espacio Multiusos de la Universidad Complutense de Madrid. Allí, en un aula que ha agrupado en torno a medio centenar de personas, las diferentes organizaciones han señalado directamente la responsabilidad que tienen en el cambio climático las grandes empresas. Así pues, tan solo un día después de que 500.000 personas convocadas por los casi 900 colectivos que secundan el llamamiento de la Cumbre Social salieran a la calle para reclamar medidas efectivas y vinculantes a los líderes reunidos en la Cumbre del Clima de la ONU en su vigésimo quinta edición (COP25), decenas de aulas se han llenado de personas ávidas de escuchar aquellas voces más silenciadas en la Cumbre oficial.
Pedro Ramiro, del Observatorio de Multinacionales en América Latina, ha comenzado la charla comentando tres aspectos a tener en cuenta a la hora de “analizar todas esas corporaciones que tienen muchos ríos, cascadas y mariposas en los logos”, en sus propios términos. Además, ha ejemplarizado lo que ocurre con el carbón para decir que “algunas empresas que dejan de tener negocios altamente contaminantes no lo hacen por conciencia ecológica, sino por el simple hecho de que han dejado de ser rentables”.
Además del uso que hacen las multinacionales de la idea de que la crisis ya está superada, siempre según Ramiro, las corporaciones también han realizado una “reordenación de intereses”, algo que se materializa en desinversiones orientadas a mejorar las cuentas de resultados. Las ayudas financieras del Banco Central Europea (BCE) a entidades privadas ha sido el último factor que ha explicado el integrante del observatorio latinoamericano, resumiendo la situación así: “Lo que ha hecho el BCE es crear dinero de la nada para inyectárselo a las grandes compañías”.
“EEUU, el poli malo; la UE, el poli bueno”
De esta forma, ha dibujado la actualidad con un reconocimiento realizado desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que se declara que, “como mínimo, se está produciendo un estancamiento de la economía”. Ramiro ha metaforizado el presente diciendo que EEUU es el poli malo y la Unión Europea (UE), el poli bueno, “aunque en realidad todo es malo para el medio ambiente”. Después, ha explicado que desde la UE lo que están intentando es una “globalización reglamentada”, lo que seguramente desemboque en nuevos tratados multilaterales de libre comercio.
Por último, Ramiro ha denunciado la “arquitectura jurídica de la impunidad” de la que gozan las grandes empresas, algo que se traduce en leyes específicas y altamente punitivas redactadas para ellas o jurados propios de arbitraje a nivel internacional, tal y como ha ejemplarizado a la sala. Además, ha resaltado que “ha quedado comprobado cómo no se trata de una disputa técnica en torno a las leyes sino de un conflicto meramente político, como lo ocurrido con Madrid Central”.
Del mismo modo, también ha señalado que “no es imprescindible que la solución al cambio climático tenga que pasar por las mismas compañías que más ayudan a incrementarlo”, incidiendo que las empresas “tan solo ofrecen soluciones tecnológicas o amparadas en una ciencia futura que solucionará todos los errores anteriores”.
Patrocinar la COP, un 90% más barato
Pascoe Sabido, del Observatorio Europeo de Corporaciones, ha tomado la palabra comentado que hacía unos minutos la Policía no les había dejado realizar el Toxic Tour, un recorrido que parte desde la Bolsa madrileña y desde el que se señala algunos enclaves concretos de ciertas instituciones con gran poder e impacto medioambiental a nivel internacional, aunque ya lo habían llevado a cabo el jueves pasado. “Tras una llamada de la Bolsa y del Banco Santander, la Policía ha conseguido que la ciudadanía no reciba una información veraz”, ha dicho.
Posteriormente, el participante de la Cumbre Social ha denunciado un hecho algo invisibilizado a lo largo de la COP25, como es la “exención fiscal del 90% que han recibido las empresas patrocinadoras por parte del Gobierno después de que se negaran a pagar los dos millones de euros que éste les pedía para poder participar”, tal y como ha declarado Sabido. De este modo, ha incidido en que “serían los ciudadanos quienes, encima, estarían pagando una COP que blanquea a las multinacionales”.
Los nombres propios
Si algo tienen en común las empresas presentes en la COP25 es que todas pertenecen al Ibex35, algo que no ha dejado pasar inadvertido Sabido. “Endesa emite el 9,3% de las emisiones contaminantes totales que hay en España; y su matriz italiana, Enel, se ha visto involucrada en casos de corrupción en América Latina y participa en el lobby que defiende el denominado impuesto al sol para particulares”, ha señalado el integrante del observatorio europeo refiriéndose a una de las mayores marcas presentes en Ifema, lugar en que se desarrolla la COP25.
El nombre de Iberdrola también ha salido a relucir ante un auditorio que no dejaba de tomar apuntes sobre la información aportada en la charla. Esta compañía energética “ha producido más electricidad con gas que con energías renovables, aunque parezca que es muy amiga de la naturaleza", ha indicado Sabido.
Asimismo, la Fundación Abertis, una empresa filial de ACS, cuyo máximo dirigente es el empresario Florentino Pérez, ha propiciado que el Real Madrid tenga un stand en Ifema: “Estos lavados de cara son frecuentes. Utilizan fundaciones para hacer publicidad de sus otras empresas”, ha dicho Sabido refiriéndose a que Florentino Pérez también es el presidente del club de fútbol antes mencionado. Su intervención ha finalizado proponiendo “un cordón sanitario entre las empresas y sus lobbies y el poder político”, al estilo del que ya se produce con la industria tabacalera.
El colapso ecosocial más allá del clima
Miriam García, activista de Ecologistas en Acción, ha centrado toda su intervención en los otros factores, también esenciales, que acompañan al cambio climático desde una visión feminista, anticolonial y enfrentada al capitalismo. “No solo estamos ante una emergencia climática, sino ante un colapso ecosocial”, ha alertado.
Concretando la lucha en contra del cambio climático en el espectro anticapitalista, García ha indicado que “este sistema intensifica la mercantilización de cada vez más esferas de la vida y aumenta sin control el territorio geográfico de actuación”. Una cifra que ha sorprendido al auditorio y que ha aportado la integrante de Ecologistas en Acción ha sido la relativa al porcentaje de activistas asesinados el año pasado por defender los derechos humanos, que se calcula en unos 321, de los cuales el 77% corresponden a personas implicadas en la lucha en defensa de los territorios y los ataques de las multinacionales.
Consecuencias de los macroproyectos
“El poder económico, político, judicial, militar y cultural se entrelazan para fortalecer una hegemonía y engranaje impenetrable a la hora de protestar contra los megaproyectos de las grandes corporaciones”, ha denunciado García, alegando que “es un hecho que ocurre si se analiza cualquier conflicto ecoeconómico en el mundo”.
Utilizando como ruta el informe publicado por su organización denominado El Ibex35 en guerra contra la vida, la activista ha expuesto tres casos que han ejemplarizado el “problema sistémico” que los proyectos de las grandes corporaciones suponen. “Si utilizamos una perspectiva ecofeminista podemos ver cómo estos programas legitiman y ahondan unas relaciones de poder ya establecidas, como las que hay entre diferentes clases sociales, del norte con el sur o de la ciudad con lo rural”, ha declarado García.
La perspectiva de género, más que necesaria
Señalando que “los proyectos siempre están gestionados por varones, blancos, urbanos y con cierta estabilidad económica”, la integrante de Ecologistas en Acción ha remarcado el “profundo cambio en el modelo productivo que se lleva a cabo en los lugares en los que se asienta el nuevo proyecto”. Además, algunas situaciones que inciden de forma más específica en las mujeres son las acarreadas “si se contamina el agua o la tierra deja de producir, ya que tienen menos recursos para ofrecer los cuidados que la sociedad les asigna. Otro factor a tener en cuenta es que el nuevo espacio militarizado -continúa la activista- es altamente masculino, lo que violenta a las mujeres”, según sus propias palabras.
Por último, García ha señalado el fenómeno de las migraciones forzadas, ya que el cambio climático es la principal causa de los mismos, no sin antes mencionar las alternativas que hay a la influencia que las grandes empresas tienen en el medioambiente, como la resistencia ciudadana, el establecimiento de marcos de regulación o fortalecer las redes ya existentes de economías sociales y solidarias.
Asimismo, Ramiro ha vuelto a repetir el mantra manido pero no desactualizado de que “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo” en esta charla que ha tenido lugar a primera hora de la tarde de la jornada inicial de la Cumbre Social, en la que hay programados más de 100 actos organizados por decenas de colectivos sociales y que concluirá con un acto de clausura el viernes 13 de diciembre en el Auditorio Marcelino Camacho, en la sede de CCOO.
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