Hay menos hielo marino en la Antártida que en cualquier otro momento de los 40 años de observación por satélite, mostrando una tendencia a la baja del 2,6% por década. Este es el octavo año consecutivo en el que la extensión media en enero ha estado por debajo de la tendencia a largo plazo, estableciendo un nuevo récord a la baja, aunque la fase de deshielo continúa hasta finales de febrero. 

Este intenso deshielo podría deberse a las inusuales altas temperaturas del aire al oeste y al este de la Península Antártica, que fueron 1,5 °C por encima de la media. El actual equipo de expedición de la zona, el Instituto Alfred Wegener, a bordo del RV Polarstern, ha informado de condiciones prácticamente libres de hielo en su actual zona de investigación, el Mar de Bellingshausen.

El deshielo ha avanzado desde diciembre de 2022, especialmente en la Antártida occidental. "La rápida disminución del hielo marino en los últimos seis años es bastante notable, ya que la capa de hielo apenas cambió en los treinta y cinco años anteriores", dice en un comunicado el profesor Christian Haas, Jefe de la Sección de Física del Hielo Marino del Instituto.

Los análisis realizados por este equipo muestran que durante todo el mes de enero de 2023 el hielo alcanzó la extensión más baja jamás registrada para esa época del año, desde el inicio de los registros en 1979. El valor medio mensual fue de unos 478.000 kilómetros cuadrados (un área aproximadamente del tamaño de Suecia) menos que en 2017.

El jefe de la expedición y geofísico del Instituto, el profesor Karsten Gohl, que se encuentra en la región por séptima vez tras haber ido por primera vez en 1994, afirma: "Nunca había visto aquí una situación tan extrema, libre de hielo. La plataforma continental, un área del tamaño de Alemania, está ahora completamente libre de hielo. Aunque estas condiciones son ventajosas para nuestro trabajo de campo con embarcaciones, no deja de ser preocupante la rapidez con que se ha producido este cambio".