Este artículo se publicó hace 2 años.
Guía de resistencia contra la 'operación bikini'
Con la llegada del verano aparecen las dietas milagro, las rutinas de ejercicio y las cremas mágicas para alimentar la inseguridad en los cuerpos de la gente.
Madrid-
Comienza un nuevo verano y con él una otra edición de la dichosa 'operación bikini'. Es la época del año de las dietas milagrosas, cremas para la celulitis, tampones para la piscina o cremas depilatorias. Si bien es un mal común, las mujeres son las que más sufren la presión de tener unos cuerpos esbeltos, sin una sola estría y sin un átomo de pelo en verano. Al fin y al cabo, se llama 'operación bikini' por algo.
La única dieta milagro es una dieta equilibrada
El verano es el momento del año en el que la gente lleva menos ropa y a menor cantidad de capas, mayores las inseguridades. Por eso, la presión por adelgazar y tener un cuerpo 'perfecto' comienza con el bombardeo de las dietas milagrosas. Unas dietas que supuestamente permiten perder mucho peso en una corta cantidad de tiempo. En resumidas cuentas, la mayoría consisten en pasar hambre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tener una dieta equilibrada basada en "aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos". Además de "realizar una actividad física periódica (60 minutos diarios para los jóvenes y 150 minutos semanales para los adultos)". Cumpliendo esos parámetros, en la mayoría de los casos estás llevando un estilo de vida saludable, sea como sea tu cuerpo.
Ni poros, ni estrías, ni arrugas... ni piel
La figura es sólo la punta del iceberg de la 'operación bikini'. En la lista de las inseguridades creadas por la imposición de los cánones de belleza, lo relacionado con la piel ocupa lugares altos.
La celulitis, las estrías o las arrugas forman parte de la mayoría de los cuerpos. Pero el verano hace todo lo posible para que desaparezcan. Las dietas, el ejercicio excesivo o las cremas milagrosas se ponen en alza para intentar ocultar cualquier tipo de "imperfección".
Las estrías afectan a casi el 90% de las mujeres, según un estudio publicado en la revista The British Journal of dermatology y es matemáticamente imposible que todas sean el 10% restante.
Los anuncios de la televisión, las revistas o las fotos en Instagram no muestran la realidad de los cuerpos con celulitis, 'piel de naranja', pliegues o estrías. El borrado con Photoshop o tratamientos agresivos en la piel no contribuyen a la normalización de todos los cuerpos.
La sociedad descubre que el pelo existe
A pesar de que el pelo en el cuerpo femenino atraviesa una etapa de normalización aún hay miradas juzgantes e inseguridades ante el pelo en las piernas, brazos o axilas. Con la llegada del verano son muchas las mujeres que optan por la depilación para no pasar por las miradas críticas y evitar sentirse incómodas.
Los anuncios de productos depilación muestran en verano las típicas imágenes de cuchillas recorriendo piernas sin un solo pelo para ir a la piscina. Y así es muy complicado que las mujeres se sientan cómodas.
Aunque poco a poco la sociedad va asumiendo que las mujeres son humanas y les salen pelo en los mismos sitios que a los hombres, todavía hay quienes creen tener el derecho a imponer la cantidad de pelo aceptable en un cuerpo.
Bonus extra: la regla en verano no existe
Existe un fenómeno misterioso por el cual la regla desaparece en el periodo de verano. Muchas son las mujeres que evitan playas y piscinas en "esos días del mes" por sentirse incómodas con llevar un producto de higiene femenina debajo del bikini.
Los anuncios de compresas y tampones venden productos cada vez más pequeños e invisibles para que nadie pueda enterarse ni de casualidad que una mujer tiene la regla. No es sorpresa, siguen usando un liquidito azul para escenificar la sangre menstrual.
Por eso, la recomendación de esta guía de resistencia para superar otra 'operación bikini' es mantener la calma. Si se lleva un estilo de vida saludable y ningún profesional ha dicho lo contrario, todo cuerpo está sano, digan lo que digan los cánones.
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