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Fernando Maestre: "No podemos poner en peligro el agua para las personas por regar aguacates en Málaga"

El biólogo y ecólogo Fernando Maestre posa en el edificio del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC en Madrid.
El biólogo y ecólogo Fernando Maestre posa en el edificio del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC en Madrid. A. T.


Fernando Maestre es una de las voces más reconocidas y autorizadas sobre desertificación, aridez y cambio climático. Actualmente investiga en la Universidad de Alicante cómo los ecosistemas mediterráneos afrontan la coyuntura de crisis ecológica y cómo los factores humanos, por ejemplo la agricultura intensiva, llevan a España a un escenario con una menor disponibilidad de agua. Después de participar en las conferencias sobre cambio climático de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), el ecólogo y biólogo habla con Público sobre la sequía que se extiende por la península y sobre la forma en la que los sistemas de regadío intensivo agravan las consecuencias de un año marcado por el estrés hídrico.

Se suele decir que en España tendremos un ecosistema similar al del norte de África, ¿es una exageración o se ajusta a la realidad?

No es ninguna exageración decirlo. El clima que vamos a tener dentro de no muchas décadas va a ser muy parecido al que hay a día de hoy en Marruecos. El clima que tengamos en Madrid, por ejemplo, será similar al que hay ahora en Marrakech. Es una buena analogía decir que España se está africanizando a nivel climático. Tres cuartas partes del territorio español ya son zonas áridas, bajo clima seco o semiárido. El nivel de aridez está aumentando por el cambio climático y esto hace que vayamos a esa africanización. Pero eso no quiere decir que de la noche a la mañana los paisajes que tenemos cambien y sean como los del Magreb. 

Veranos como el de este año van a ser más frecuentes. Las condiciones climáticas que vamos a tener no van a permitir la regeneración natural de los bosques cuando haya incendios y, poco a poco, vamos a ir teniendo una vegetación herbácea o arbustiva como la que predomina en Marruecos. De manera gradual, España se va a ir africanizando.

En este proceso, la crisis climática es importante, pero ¿qué otros factores o actividades aceleran la desertificación de España?

A día de hoy, el principal agente desertificador de España es la agricultura intensiva de regadío. Si buscas en Google "desertificación", las imágenes que te saldrán serán los típicos suelos craqueados por la falta de lluvia, pero es que la sequía es algo inherente a nuestro clima; la hemos sufrido siempre, pero ahora son más intensas y frecuentes. Si queremos tener una imagen de lo que es la desertificación debemos buscar fotos del Poniente Almeriense y de cómo la agricultura ha cambiado el paisaje. Lo hemos visto también este año en Doñana, donde la única laguna de agua permanente que había se ha secado, en parte por la sequía, pero sobre todo por el uso que hacemos del agua para regadíos intensivos. Tenemos también el ejemplo de las Tablas de Daimiel, que está en la UCI desde hace décadas y también es debido al regadío intensivo. Allí, la Administración está empezando plantear la compra de terrenos agrícolas para evitar que se instalen nuevos cultivos intensivos. 

Volviendo a Almería, en los últimos años ha habido un boom de cultivos de olivos de superintensivo, se han desarrollado variedades de olivo que son muy productivas, pero siempre que se rieguen mucho y se utilicen fertilizantes. Además, ya no son ni siquiera árboles, son arbustos que se cultivan en seto para que se pueda recoger la oliva con maquinaria. El precio de esta forma de producir es que estamos secando los acuíferos, porque se reponen mucho más despacio de la velocidad de extracción.

Habla de cultivos intensivos, pero también ha crecido la llegada de cultivos que no son típicos en España, como el aguacate o el mango

"Nos hemos vuelto locos a plantar aguacates, mangos y otras frutas tropicales que requieren demasiada agua"

Sí. El ejemplo más claro es la comarca de la Axarquía en Málaga y la costa tropical de granada. Como bien dices, en las últimas décadas nos hemos vuelto locos a plantar aguacates, mangos y otras frutas tropicales que requieren demasiada agua. En la Axarquía el agua viene de una presa que, además este año está al 15%. Es decir, hemos vaciado el pantano y no sólo hay muchos agricultores que tienen que cortar árboles para poder salvar unos pocos, sino que además el uso desmedido de regadío está generando ya problemas de abastecimiento de agua para la población. Eso es un ejemplo de desertificación también. Lo hemos hecho por esta visión que tenemos siempre tan cortoplacista y centrada en el crecimiento económico y el beneficio rápido, sin pensar en la sostenibilidad a largo plazo. 

Muchas veces se pone el ejemplo de estos cultivos como ejemplo de eficiencia, con regadío de goteo muy cuidado. Obviamente, entre regar a manta, abriendo una acequia e inundando un prado, y regar con precisión, siempre vas a ahorrar agua. Pero es que aquí está la llamada paradoja de Jevons, un ingeniero que decía que cuanto más eficientes somos en el uso de un recurso, más lo consumimos. Eso en el agua se cumple. Es decir, si un agricultor invierte en modernización de regadío y ahorra un 30% de agua, podríamos decir que es sostenible porque ese porcentaje lo guarda y no se consume. El problema es que ese ahorro se traduce en plantar un 30% más de árboles o frutos. No sólo no ahorro, sino que genero más demanda. Eso es claramente lo que está ocurriendo con los frutos tropicales en la Axarquía.

El biólogo y ecólogo Fernando Maestre posa en el edificio del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC en Madrid.
El biólogo y ecólogo Fernando Maestre posa en el edificio del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC en Madrid. A. T.

Ante esto, ¿qué debe hacer el legislación? ¿Se deben prohibir estos cultivos?

Hay que poner freno. Prohibir es muy difícil, porque es un tema socialmente muy complejo. A cualquier político que se meta a tocarlo le va a quemar. Ahora bien, no somos consciente de que nos estamos pegando un tiro en el pie; no es hablar de futuro, es hablar de que en lugares como Catalunya o País Vasco ya hay más de 300 municipios que no tienen garantizado el agua potable.

"Hay un expolio del agua inmenso que en muchos sitios de España y se debe poner fin"

Desde el punto de vista legislativo se debe poner límite al regadío, pero también poner orden, porque el gran problema que tenemos es que hay miles de pozos ilegales. Hay un expolio del agua inmenso que en muchos sitios de España y se debe poner fin, se debe clausurar todo lo que esté fuera de la ley y, después, limitar. No sólo no estamos haciendo esto, sino al revés. Está más que demostrado que nunca se satisface la demanda. La mera perspectiva de que vaya a haber más agua va a generar más demanda. En el caso del consumo de agua, lo que tenemos que hacer es reducir y limitar el uso y eso no pasa por optimizar regadíos, eso no va a funcionar.

Muchas veces todos las políticas que plantean restricciones en sectores agrarios generan polémica, ¿es posible que haya un equilibrio entre la agricultura y el uso sostenible de agua?

Es un sector al que siempre se le mima. Primero, porque es muy importante a nivel de seguridad alimentaria, y eso lo hemos visto con la guerra de Ucrania. Segundo, porque es un sector que fija población, pero en extensivo, porque una macrogranja no fija población. La agricultura y la ganadería son útiles para afrontar un problema serio de despoblación. Ahora bien, tenemos que darnos cuenta de que el tema del uso del agua en nuestro país empieza a chocar con los límites de la disponibilidad. Lo que no podemos llegar es al punto de poner en peligro el agua para las personas por regar campos de golf y aguacates en Málaga.

A veces me dicen: "Estas en contra de la agricultura". No, mira, lo que yo quiero es que podamos tener agricultura ahora, pero también dentro de cincuenta años. ¿Qué sentido tiene plantar sandias para enviarlas a Alemania a costa de que no podamos consumir sandias en España dentro de veinte años por falta de agua? No te preocupes por los alemanes, que ya encontrarán a quién comprarle las sandías si no se las vendemos nosotros. Tenemos que entender que nos estamos encaminando a escenarios difíciles de escasez de agua y colapsos hídricos. 

Habla de colapso hídrico, ¿hay fechas o estimaciones sobre cuando podríamos llegar a ese punto de no retorno?

"Nos estamos encaminando a escenarios difíciles de escasez de agua"

No hay. Es muy difícil saber cuánta agua estamos gastando, precisamente por todo el regadío ilegal que hay en España. Tendemos a sobreestimar las reservas de agua que tenemos. Por una parte, porque no cuantificamos bien ese agua extraída de manera ilícita, pero también porque las estadísticas de los pantanos están infladas. Tenemos bien caracterizadas las entradas, sabemos lo que llueve cada año, pero no tenemos registradas todas las salidas ni nuestra capacidad de almacenamiento total. Es difícil saber cuando llegaremos al colapso hídrico porque además vamos incorporando poco a poco suministros de agua alternativos, como desaladoras o tanques de almacenamiento de agua de tormenta. Lo que está claro es que si seguimos así, llegaremos a ese colapso mucho antes de lo que nos pensamos.

Habrá quien piense que la tecnología nos salvará, que se pueden usar desaladoras si no tenemos agua y que esa puede ser una solución factible...

Claro. Nosotros en Alicante sí, pero ¿en Madrid? Es inviable. Llama la atención que Alicante esté mejor preparada para el estrés hídrico que el País Vasco. Esto es porque siempre ha llovido mucho y nunca han tenido la necesidad de guardar agua. ¿Qué ha pasado este verano? Ha habido municipios que han tenido que traer agua en cisternas porque ha habido mucha sequía. En la zona del levante estamos más preparados para afrontar estos peligros. 

Lo que no tiene sentido es que en zonas como Madrid no se reutilice más del 5% del agua residual. Tiene que haber un cambio de paradigma. El ejemplo más claro es el agua del váter, que es potable y la tiramos por la cisterna.

Se habla de falta de agua y de recursos, ¿qué consecuencias sociales puede traer todo esto?

Un ejemplo que ha salido mucho en los medios es el tema de la Ciudad del Cabo, que estuvo a punto de llegar al colapso hídrico. Pensemos en todo lo que hacemos gracias al agua potable: no podemos vivir sin ella, no solo porque la necesitamos para beber, es que la necesitamos para cocinar, para asearnos, para limpiar, para cultivar alimentos. O cuidamos el agua o vamos a tener serios problemas para mantener nuestra calidad de vida. Vamos a escenarios, debido al cambio climático, con mucho más estrés hídrico y calor. Imagina que estás en una ola de calor sofocante y que no te puedes duchar porque no hay agua. Eso no solo provoca molestias, es que también genera muertes por golpes de calor.

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