Este artículo se publicó hace 9 años.
Las mujeres en campaña, víctimas de la falsa igualdad en las listas del 20-D
La fragmentación del voto provocada por la entrada de los nuevos partidos incidirá en la masculinización del hemiciclo porque las cabezas de lista siguen copadas por hombres. La personalización de la campaña en los candidatos de cada partido invisibiliza a las mujeres
MADRID.- La legislatura que termina será recordada, entre otras cosas, por ser la más igualitaria de la historia de España. Aunque arrancó en 2011 sin alcanzar una participación equilibrada de hombres y mujeres (ellas representaban el 37,5%), las mujeres han acabado superando el 40% del hemiciclo, situándose por primera vez dentro de los porcentajes considerados paritarios. Un hito, sin embargo, que difícilmente se repetirá después del 20 de diciembre. El motivo es que sólo el 34% de las candidaturas presentadas en las 52 circunscripciones electorales está encabezado por mujeres. Los grandes partidos (PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos y Unidad Popular-IU) respetan la reforma de la ley electoral que, tras la entrada en vigor de la ley de Igualdad, impone mantener un mínimo del 40% de los puestos para cada sexo en tramos de cinco diputados, pero los primeros puestos de las listas siguen copados por hombres.
Concretamente, las mujeres cabeza de lista representan un 53,5% en el PSOE, un 34,6% en Podemos, un 28,8% en el PP y un 21,% en IU y Ciudadanos. "La dispersión del voto será mayor por la entrada de los nuevos partidos. En algunas provincias, es probable que sólo saquen un representante, de modo que si los hombres ocupan los primeros puestos serán ellos quienes ocupen un escaño y no las mujeres, que están relegadas a los últimos puestos en las listas", explica Núria Fernández, investigadora del Gabinete de Comunicación y Educación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Este fenómeno es el causante de casos tan paradójicos como el de la CUP en Catalunya, que pese a tener el feminismo como eje básico de su línea política, es el partido con un menor porcentaje de diputadas (30%) al haber elegido hombres para liderar sus listas en todas las circunscripciones. "Todavía no entendemos la igualdad como un tema de estructura política y social, por eso incluso partidos concienciados caen en la trampa", opina Isabel Muntané, codirectora del Máster de Género y Comunicación de la UAB, que insiste en que "cumplir el 40% que marca la ley no es suficiente: también hay que tener en cuenta el territorio"
De hecho, la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, recuerda que en 2007 las organizaciones feministas ya advirtieron de que la reforma de la ley electoral "no garantizaba un resultado paritario en el hemiciclo", por lo que lamenta que, todavía ahora, algunos partidos "se limiten a aplicar los mínimos que marca la ley".
Al final, como la paridad en las cabezas de lista no está reflejada en la norma, depende únicamente de la voluntad política. Por eso, la directora del Observatorio de Igualdad de Género de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Laura Nuño, pide a los partidos que "abandonen la cultura del simulacro" y sean "honestos y coherentes con sus programas", de modo que, si luchan por la igualdad, favorezcan la representación paritaria en los primeros puestos de sus candidaturas.
Los partidos menos igualitarios, Ciudadanos e IU, justifican la escasa presencia de mujeres en los primeros puestos de sus listas en la elección de sus candidatos por primarias, una "excusa", denuncia Nuño, que pretende hacer creer a la sociedad que "los candidatos a las primarias caen del cielo" cuando en realidad "los proponen los sectores con más fuerza del partido y los eligen hombres. ¿Cuántas mujeres se han presentado a las primarias de estos partidos? Fernández apunta que diversos estudios demuestran que "las mujeres hacen frente a mayores barreras para tener una carrera política debido a restricciones estructurales de unas instituciones diseñadas para beneficiar a los hombres".
Unas dificultades que, al final hacen que ellas "tengan menos experiencia política y parlamentaria, menos opciones para llegar a los altos cargos de los partidos y, en consecuencia, menos visibilidad y menos representación en los medios de comunicación", advierte Muntané.
Para evitar que queden relegadas a los últimos puestos de las listas, PSOE y Podemos han abogado por las listas cremallera, un mecanismo que ayuda a normalizar la presencia real de las mujeres en las listas, según Fernández: "Pensemos en una candidatura que cumpla con la ley y lleve en sus tres primeros puestos hombres y, en los dos siguientes, mujeres. Aun cumpliendo la norma, puede ocurrir que sólo los tres primeros obtengan un escaño, por lo que las mujeres se quedarían fuera. Las listas cremallera ayudan a solucionar este problema".
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, sin embargo, se manifiesta en contra de este tipo de listas defendiendo que él no cree en las cuotas, sino en los méritos; a lo que Nuño responde que la discriminación entorpece el mérito y mientras exista este "factor corrector", hay que seguir teniéndolo en cuenta. Enrique Gil Calvo, catedrático de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, apunta que el partido naranja "creía que gozaba por anticipado del electorado femenino por ser un partido joven", pero precisamente su opinión sobre las cuotas y sus polémicas propuestas para luchar contra la violencia machista "ensombrecen su apuesta por la igualdad", que demostraron, por ejemplo, con las candidaturas de Inés Arrimadas en Catalunya y Begoña Villacís en la Comunidad de Madrid.
Listas al margen, la realidad es que la espectacularización y la personalización de la campaña hace que el cabeza de lista atraiga toda la atención. Precisamente porque está siendo una campaña netamente masculina, Soleto insiste en que hay que exigir a los partidos que presenten propuestas de mejora para las políticas de Igualdad y que éstas tengan un "impulso constante" para que el interés social no decaiga. Sólo así, explica, se evitará la falsa sensación de que ya no hay desigualdad y que queda poco por hacer. De hecho, la Fundación Mujeres y otras muchas organizaciones feministas han firmado un manifiesto pidiendo a la ciudadanía que no vote a ningún partido que, como el PP, se muestre complaciente con la situación actual.
En cuestiones de paridad, el PSOE es, de lejos, el partido que más en serio se ha tomado la igualdad en las listas. Lleva más mujeres que hombres en los primeros puestos y en la suma de todas sus candidaturas. Sin embargo, la número dos de este partido, Meritxell Batet, no tiene la visibilidad deseada, opina Fernández. "En el debate de El País, Pablo Iglesias estuvo acompañado por su número dos, Íñigo Errejón, pero a Pedro Sánchez no lo acompañó Batet, sino su esposa", ejemplifica.
¿Y dónde están las alcaldesas del cambio, las políticas mejores valoradas por los ciudadanos en el último CIS? Manuela Carmena podría ser un activo femenino importante para Podemos que se sumaría a Irene Montero y Carolina Bescansa, pero la alcaldesa de Madrid ya avisó de que no participaría en la campaña por ser independiente y por querer mantener al Consistorio al margen de la carrera por el 20-D. Sin embargo, en Barcelona, Ada Colau suele acompañar al líder de En Comú Podem, Xavier Domènech.
La voz de las mujeres acostumbra a oírse en campaña en algunos discursos previos a los mítines de los candidatos y en los actos que los propios partidos llaman "de mujeres", en los que se visibiliza, de golpe y específicamente, su trabajo y presencia política. "Parecía que en las elecciones municipales se había abierto una nueva línea, pero se quedó ahí, parece que esa forma femenina de hacer política esté relegada al ámbito municipal, a un nivel que quizás muchos conciben como menos importante", lamenta Muntané.
Enrique Gil Calvo cree que esta ausencia de mujeres en la primera línea y en el contenido de muchos discursos —que no sorprende al electorado— se explica porque la sociedad interpreta que estas elecciones son "excepcionales". "Las mujeres ocupan el enésimo plano; primero está la ruptura del bipartidismo, la regeneración democrática... como siempre, el feminismo puede esperar, primero es la revolución", lamenta.
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