Este artículo se publicó hace 3 años.
Atrapados en MarruecosEspañoles atrapados en Marruecos denuncian falta de información y abandono tras el cierre de fronteras
El país canceló sus vuelos con España y Francia el 30 de marzo por la situación epidemiológica. Alrededor de 5.000 españoles y residentes han podido volver en ferris y aviones organizados por el Ministerio de Exteriores, aunque fuentes diplomáticas desconocen los que aún continúan allí sin poder regresar.
Jairo Vargas Martín
Madrid-
"Tengo exámenes la semana que viene y puedo echar a perder el curso si no los hago. Y mis padres tienen mucho miedo de perder el trabajo por esta situación". Rania, de 17 años, y sus padres, una familia marroquí con nacionalidad española, se quedaron atrapados en Marruecos cuando, el pasado 30 de marzo, el reino alauí cerró su espacio aéreo con España y Francia debido a la situación epidemiológica. Se calculaba que había unas 3.000 personas varadas, aunque a día de hoy ya han regresado una 5.000, según fuentes diplomáticas.
La familia de Rania aprovechó las vacaciones de Semana Santa para volver a su país de origen a cuidar del abuelo, enfermo dependiente, mientras su abuela se sometía a una operación. Su billete de vuelta era para el 9 abril, pero quedó suspendido y no han conseguido entrar en ninguno de los medios de transporte que la Embajada Española en Marruecos ha habilitado. "No vinimos a hacer turismo, era una necesidad. Nos sentimos abandonados. Es desesperante, no nos dan ninguna información, ni la embajada ni en el consulado. Es como si nadie se acordase de ti, como si no existieras", relata la joven por teléfono.
En la misma situación se encuentra Miryem Haguitou, de 47 años. También tiene la nacionalidad española tras 17 años en el país. Acudió a Marruecos para "solucionar papeles de una herencia", pero el cierre marroquí llegó por sorpresa y no pudo regresar a Málaga, donde es jefa de cocina en un restaurante. "No sé qué hacer. He llamado un centenar de veces a la embajada y a los consulados, no exagero, pero no me cogen el teléfono. He ido dos veces a la embajada en Casablanca, pero el guardia de seguridad no me deja pasar para hablar con nadie. Me dice que rellene los formularios. Los he rellenado varias veces y no he entrado en ningún barco ni en ningún vuelo", lamenta la mujer.
La decisión marroquí cogió por sorpresa a los viajeros y al Gobierno español, que al día siguiente puso en marcha un plan de repatriación para nacionales y extranjeros residentes afectados por este cierre. Según fuentes del Ministerio de Exteriores, alrededor de 5.000 personas ya han podido volver a España en los cinco ferris y cuatro vuelos de Iberia que se han fletado expresamente. El último barco con repatriados zarpó el pasado domingo desde el puerto de Tánger y llegó al de Algeciras con 800 personas, según informan fuentes diplomáticas. El próximo miércoles saldrá otro vuelo de Iberia con capacidad para 350 pasajeros, apuntan las mismas fuentes, aunque Miryem y Rania no podrán cogerlo. "Se completó ayer de madrugada, al parecer", lamenta.
Fuentes de la Embajada reconocen a Público que aún quedan personas que no han podido regresar, aunque no pueden precisar una cifra concreta. Se trataría de ciudadanos que estaban el país "por otras razones", ya que el contingente de viajeros cuyos vuelos de regreso fueron cancelados por el cierre y han solicitado volver ya estaría aquí. Aseguran que la "amplia red de consulados" y la Embajada "atienden a todas las peticiones" y que, en función de las necesidades, se irán fletando más medios de transporte próximamente, aunque siempre depende de la pertinente autorización de Marruecos, recalca.
Sin embargo, esta versión no convence ni a Rania ni a Miryen ni a otras muchas personas en su situación, que llenan de comentarios cada publicación en Facebook y Twitter de la Embajada Española en Marruecos, donde a veces se anuncian los ferris y aviones que van preparando.
"Fuimos al aeropuerto de Tánger el día 30. Era un caos, con gente gritando y peleándose"
La familia de Rania intuyó que la situación era delicada cuando supieron que Marruecos cerraba su espacio aéreo. Al inicio de la pandemia, miles de personas se quedaron bloqueadas durante meses y no querían correr ahora la misma suerte. "Fuimos al aeropuerto de Tánger ese mismo día, pero todo era un caos, con gente gritando y peleándose. Fue imposible volver y, además, hacía falta una PCR negativa que era imposible hacerse", apunta.
Miryen ha rellenado la solicitud para varios barcos y al menos un vuelo, pero no ha logrado embarcar y se queja de que nadie les informa de cuándo va a salir el siguiente, al menos con un plazo de tiempo razonable. "Me dicen que me ponga en contacto con Iberia y con las empresas de ferris [Balearia y Transmediterránea], pero en esas empresas dicen tengo que preguntar al consulado. Es el pez que se muerde la cola. No hay manera de hablar con nadie. Nadie te explica si va a haber vuelos o no y, cuando te enteras, ya se han completado", afirma.
"He rellenado los formularios para los barcos al minuto. Pero nada. Al final tienes la sensación de que el que más paga es el que embarca", sospecha Rania. Miryen también lo cree. De hecho, un conocido, explica, ha conseguido regresar "pagando a un intermediario marroquí con las empresas", denuncia la mujer. "No sé por qué no puedo entrar en uno de los barcos. Nadie me dice nada. Hay una gran falta de transparencia y poca claridad en las cosas que se hacen", se queja. Al menos ella tiene familiares que le acogen en Casablanca y en su empresa están todos en un ERTE. "Sé en pocos días pueden llamarme para volver, y las cosas ahora no están para dejar escapar un empleo", se teme.
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