Este artículo se publicó hace 4 años.
Hacia un escenario similar a después del 11-S: así preparan gobiernos y aerolíneas el regreso de los vuelos
Compañías de varios zonas del mundo y organizaciones esbozan un retrato de los pasos que se están dando para volar cuando la peor fase del coronavirus pase.
Alcalá De Henares (Madrid)--Actualizado a
Las medidas que se impondrán en los aeropuertos y en los aviones durante el periodo de transición hasta la vuelta a cierta normalidad tras la emergencia del coronavirus nunca estuvieron tan en el aire. Tras casi mes y medio de confinamiento, desde Aena empiezan a desgranar cómo serán las perspectivas de recuperación del tráfico, que constará de tres fases. Las compañías esperan indicaciones de los organismos competentes para adecuar su infraestructura a esta nueva realidad que algunos ya comparan con lo sucedido tras el 11-S. Así, será necesario llegar a un consenso global tras la aparición de esta nueva amenaza mundial: las pandemias.
El Ministerio de Transportes ha puesto en marcha "varios grupos de trabajo que tienen que ver con escenarios previsibles de la vuelta a la normalidad y sobre todo a la actividad económica y su impacto en los transportes", según confirman fuentes gubernamentales, sin llegar a concretar más para intentar vislumbrar qué sucederá en los próximos meses. Similar es la estrategia seguida por todas las entidades que entran en juego al crear diferentes comisiones orientadas a atajar las obligaciones que las consecuencias del coronavirus impondrán en los viajes por vía aérea.
Las aerolíneas se muestran precavidas y señalan que aún es pronto para saber cómo se resolverá la situación. Aena, que se encarga de gestionar la mayoría de los aeropuertos en España, toma la delantera con su Grupo de Recuperación Operativa, encargado de definir cuáles serán los procesos más seguros de cara a la recuperación del tráfico aéreo, y apuntan una posible desescalada en tres niveles: una primera fase centrada en los vuelos internos del territorio español, una segunda para rutas dentro de la Unión Europea y la última para las conexiones fuera de la misma.
Las cifras negativas de este mes de marzo hablan por sí solas de la situación en los aeropuertos: el movimiento de aeronaves durante marzo -siempre en relación al mismo mes de 2019- disminuyó un 43,8%; el tráfico de mercancías, un 29,8%, y algo más de ocho millones de pasajeros utilizaron el avión para desplazarse, lo que supone una caída del 59,3%. Aena confirma que sus esfuerzos se centran en operar vuelos esenciales para hacer llegar material sanitario, el retorno de los españoles, el regreso de los extranjeros no residentes a sus países de origen y la realización de "operaciones críticas", como vuelos de emergencia, de la Organización Nacional de Trasplantes y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Un problema mundial
La perspectiva internacional aportada por la Organización Mundial del Turismo (OMT), órgano experto vinculado a Naciones Unidas, señala en su último informe que "el 96% de los destinos turísticos del mundo ha introducido algún tipo de restricción a los viajes a raíz de la expansión del coronavirus, que ha ocasionado que alrededor de 90 países hayan cerrado total o parcialmente sus fronteras a los visitantes, y que otros 40 no permitan la entrada de pasajeros en función de su origen". El estudio también muestra las respuestas similares a causa de la pandemia: "En África, Asia, Pacífico y Oriente Medio, el 100% de los destinos ha impuesto restricciones desde enero de 2020. En América, el 92% de los destinos ha adoptado medidas similares, mientras que en Europa la proporción es del 93%", indican desde la entidad internacional.
La entidad de gestión aeroportuaria en España enfatiza en que "respecto al plan de recuperación del tráfico, se crearán grupos interdisciplinares (agentes del sector, entidades locales, asociaciones empresariales, etc.) para conseguir recuperar los niveles de tráfico de meses anteriores, generando confianza en el sector y estimulando la demanda, todo ello con medidas y acciones concretas", según comunican a Público.
Pero, ¿qué medidas de seguridad se barajan en el corto plazo? La información más actual la aporta la Comisión Europea, que recomienda a los Estados miembros de la zona Schengen y los Estados asociados de Schengen prolongar las restricciones temporales para viajes no esenciales a la UE hasta el 15 de mayo. Desde su óptica, las decisiones para intentar frenar los contagios deben durar al menos 30 días para que sean eficaces, y defienden un "enfoque coordinado", ya que el cierre de fronteras "solo será eficaz si lo hacen todos los miembros de la UE y países asociados de Schengen, con la misma fecha límite".
La Comisión Europea también se pronuncia sobre los pasos a dar en el caso de que haya que extender las limitaciones, ya que "toda prórroga adicional de la restricción de los viajes más allá del 15 de mayo deberá evaluarse de nuevo sobre la base de la evolución de la situación epidemiológica", tal y como recoge el escrito. Asimismo, también señalan que "la actuación paralela y coordinada en las fronteras exteriores será un aspecto esencial de una estrategia de salida concertada de la UE y del levantamiento gradual de las medidas de contención en Europa".
Autoridades aeroportuarias, sanitarias y de seguridad
Las compañías consultadas por este medio coinciden en la fase tan temprana en la que se encuentran los grupos de trabajo, pero algunas de ellas sí se pronuncian sobre lo que se avecina. "Va a ser crucial que los países pongan las reglas del juego para que nos amoldemos a ellas, pero habrá cosas que tendrán que ver con las autoridades aeroportuarias. Qué tendrá que hacer Aena tanto para recibir como para enviar pasajeros o qué tendrá que hacer el Ministerio del Interior en los controles de seguridad", señalan desde Air Europa.
Xavier Ferre, socio responsable del sector de automoción y transporte de Ernst & Young, agrega que la coordinación entre los países europeos será fundamental para que la recuperación en el sector aéreo sea adecuada y ágil. Pone la vista principalmente en China, donde ya han comenzado a volver a la normalidad y la actividad en los vuelos internos se ha recuperado notablemente, aunque ha impuesto restricciones en los internacionales.
"En este escenario de transición, los gobiernos de todo el mundo intentarán reducir al máximo los riesgos de que se produzca un rebrote de esta pandemia o de futuras, por lo que es previsible que se tomen nuevas medidas de prevención, así como posibles restricciones al tráfico aéreo. En este sentido, los gobiernos, a través de las autoridades sanitarias, serán los que marcarán las medidas a cumplir y las compañías tendrán que evaluar qué impacto tendrán en su actividad y, por consiguiente, en su negocio", puntualiza Ferre.
Hacia un nuevo consenso global postcovid
Air Europa indica que en el caso de que se reduzca el aforo en los aviones para cumplir la distancia de seguridad exigida, inevitablemente algunas rutas dejarán de ser rentables, por lo que "habrá que encontrar un equilibrio entre el beneficio de las compañías y la seguridad de los pasajeros".
La incertidumbre que acecha la actualidad más inmediata, como saber qué tipo de pruebas pueden determinar haber superado el coronavirus y creado anticuerpos, cuánto tiempo lleva realizar estas pruebas o cuál es exactamente el tiempo de inmunidad que proporcionan esos anticuerpos también interfieren de cara al restablecimiento del servicio aéreo. Son tantos los factores que aún quedan por determinar que las aerolíneas se muestran precavidas, pero sí indican que será necesario un nuevo escenario a nivel global, parecido a lo que sucedió en la seguridad de los vuelos tras el 11-S.
"En aquella ocasión se produjo un consenso mundial en relativamente poco tiempo sobre cuáles eran las medidas de seguridad para retomar el transporte aéreo y que no volviera a pasar algo así, y seguimos pagando ese precio aunque la ciudadanía ya se haya acostumbrado a ello", recuerdan desde Air Europa, entidad que recalca la descoordinación que en esta ocasión reina entre los grupos de toma de decisiones: "En EEUU, Trump está enfrentado a algunos gobernadores del país en la disputa sobre si hay que retomar los viajes en avión con total normalidad, y en Europa aún no se ha llegado a un consenso común respecto a la desescalada del confinamiento".
Diferentes escenarios para una realidad confusa
El impacto en la viabilidad de las empresas también está siendo sopesado por los grupos de trabajo creados para la ocasión, aunque algunas compañías internacionales se han adelantado a las medidas que, presumiblemente, impondrán los propios países. Es el caso de las compañías asiáticas Emirates, de Dubai, y Etihad, de Abu Dabi. La primera ha realizado ya algunos test a sus pasajeros obteniendo el resultado en diez minutos, mientras que la segunda ha anunciado una tecnología en sus mostradores y máquinas de facturación que comprueban la temperatura corporal, el pulso cardíaco y el ritmo respiratorio para detectar si el pasajero tiene síntomas compatibles con el coronavirus.
Iberia también se muestra cauta ya que aseguran desconocer lo que va a pasar dentro de los próximos meses, pero sí aseguran tener un grupo de trabajo interno donde valoran diferentes escenarios, más allá de las medidas implementadas desde el inicio de la pandemia en torno al refuerzo de limpieza y desinfección que llevan a cabo.
Desde EEUU, United Airlines prefiere no pronunciarse sobre lo que sucederá en un país en el que impera la descoordinación, pero sí comunica que su compañía está facilitando vuelos gratuitos para personal médico que se desplace a Nueva York y California, evitando tratar el nuevo tablero en el que se moverán las diferentes fichas en el medio plazo.
Por su parte, la aerolínea intercontinental Avianca asegura que un grupo interdisciplinario formado por más de seis decenas de personas está pendiente de la coyuntura generada por la pandemia. Desde su punto de vista, el sector aeronáutico se está reinventando y, "si bien Avianca ya cumplía con procedimientos de riesgo biológico desde antes, sí se han reforzado los protocolos de bioseguridad en todas las fases de viaje, tanto para los empleados como para los clientes".
Mientras, Air France recalca que sus aviones renuevan el aire por completo cada tres minutos y señalan algunas medidas que han adoptado con la aparición del coronavirus, tales como una limpieza y desinfección a fondo de las superficies de contacto, mantas y cojines, además de las cabinas, que son pulverizadas mediante un desinfectante homologado, sin llegar a pronunciarse sobre la nueva realidad que se avecina. Sin mencionar cuál es el equipo que proporcionan a sus pasajeros, sí añaden que la tripulación cuenta con guantes reutilizables, desinfectantes y mascarillas.
"Aunque, en la actualidad, en la práctica totalidad de los vuelos de Air France los bajos niveles de ocupación permiten poner en práctica la "distancia social", en el caso en el que esto no es posible, las tripulaciones distribuyen mascarillas en la puerta del avión a aquellos clientes que no disponen de ellas", comunican a Público desde la compañía francesa. Una "distancia social" que parece no gustar a Michael O'Leary, dueño de la irlandesa Ryanair y que tilda como "tontería", ya ve la medida como ineficaz e inasequible, quizá porque su modelo de negocio se basa en explotar al máximo la capacidad de las flotas.
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