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Diez años de Tinder y los nuevos nichos del amor

Las generaciones millennial y zeta han crecido con esta herramienta bajo el brazo, con lo que las formas de encontrar pareja han cambiado de manera radical.

1/9/20 Una persona abre Tinder en su teléfono, a 1 de septiembre de 2020.
Una persona abre Tinder en su teléfono, a 1 de septiembre de 2020. Akhtar Soomro / REUTERS

Tinder, la aplicación para ligar y, con suerte, encontrar el amor, cumple este lunes diez años. La búsqueda consiste en mirar los perfiles que aparecen ante la pantalla, acompañados con fotos y una breve biografía. Si la persona no te gusta, deslizas a la izquierda para descartar. Pero si te ha llamado la atención, deslizas a la derecha. Y si la dirección de deslizamiento es recíproca, ¡enhorabuena, tienes un match!

Las generaciones millennial y zeta han crecido con esta herramienta bajo el brazo, con lo que las formas de encontrar pareja han cambiado de manera radical. Antes de las opciones virtuales, las películas mostraban desconocidos iniciar una conversación o pasarse el número. Quizás solo ocurriera en la ficción, pero sin duda hoy ya nadie hace eso y, en todo caso, se pasa el Instagram.

Aunque útiles para no perder el tiempo con personas que no te interesan, estas aplicaciones también pueden fomentar cierto miedo al rechazo: la incapacidad de saltar a la piscina sin haberte asegurado, informe pericial en mano, de que hay agua primero. Esta dinámica a menudo se extiende a las relaciones del entorno físico y puede imposibilitar la creación de lazos afectivos estables y seguros.

Un amor cada vez más de nicho

Este tipo de aplicaciones también generan el espejismo de poder elegir a la persona perfecta, un individuo confeccionado a medida. En este sentido, cada vez son más empresas las que deciden programar un mercado amoroso más de nicho. The Right Stuff es el ejemplo más reciente: una red para ligar solo con gente de derechas. Este nuevo portal pretende unir a hombres y mujeres de corte conservador en Estados Unidos.

Existen versiones menos excéntricas, como Grindr, que nació como una suerte de espacio seguro para hombres gays y bisexuales. También las personas mayores de 50 años cuentan con aplicaciones adaptadas que evitan problemas de usabilidad o la falta de confianza, entre otros inconvenientes propios de los portales tradicionales.

Tinder ha muerto, larga vida a Google Docs

Tras una década de uso, hay a quien se le queda corto el límite de nueve fotos y 500 caracteres de biografía. Algunas personas han comenzado a crear su propio "currículum amoroso" en los documentos de Google y comparten el enlace por redes sociales. Estos exhaustivos informes de Cupido se conocen como Date Me ("Sal conmigo"), según explica la revista estadounidense Wired.

El amor se abre paso, en todas sus formas, a través de los milenios. Desconocemos el futuro de las relaciones sociales, ya sean románticas, de amistad o estrictamente sexuales. En cualquier caso, la importancia de Tinder en los últimos diez años es irrebatible. En el pasado, los asuntos del corazón motivaron guerras. Hoy, son causa de superlike y, seguramente, algún que otro hackeo.

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