Este artículo se publicó hace 4 años.
Crisis del coronavirusLa despensa solidaria de Lavapiés reclama un local al Ayuntamiento de Madrid para seguir ayudando a 3.000 vecinos
Durante el estado de alarma La CuBa lleva asistiendo a miles de vecinos. Ahora, se queda sin espacio en el que centralizar la ayuda, por lo que reivindica a la Administración que les cedan algún lugar para evitar que las personas en una situación de vulnerabilidad extrema pierdan lo poco que les queda: unos vecinos ayudando a otros.
Madrid-
Llevan meses atendiendo a su gente, personas de todo tipo, desde las que procedían de una situación de vulnerabilidad crónica hasta aquellas que han acudido en busca de ayuda por primera vez en su vida debido a la crisis económica causada por la pandemia. La organización vecinal, la autogestión y el apoyo mutuo se consolidaron bajo la Plataforma Cuidando del Barrio (La CuBa) , en el barrio madrileño de Lavapiés. Sus cifras hablan tan bien de ellos como la función que suplen y que no alcanzan desde la Administración: 700 familias atendidas, la mitad con menores a su cargo, y 690 personas en situación de calle que se han acercado mínimo una vez al céntrico Teatro del Barrio, que acoge a La CuBa, engrosan el total de personas a las que prestan ayuda, unas 3.000. Además, 200 familias se encuentran en lista de espera.
El germen de esta despensa solidaria se encuentra en el Club de Fútbol Dragones de Lavapiés, desde donde empezaron a organizarse para brindar ayuda a las familias más cercanas: “Es increíble cómo 150 personas desconocidas [los voluntarios] generaron en unos días un sistema logístico como este; un ejemplo de cómo las experiencias autogestionadas pueden ser viables, exitosas y eficientes”, cuenta Ana Belén Santiago, programadora del Teatro del Barrio, el hogar de La CuBa desde el 22 de abril, y voluntaria de la despensa.
Este humilde espacio teatral comienza su propia desescalada, como no puede ser de otra forma, por lo que La CuBa, ahora más que nunca, necesita que el Ayuntamiento de la capital ceda un local en el que poder seguir trabajando con todas las familias que requieren atención. “La desescalada va a ser un punto de inflexión para las despensas solidarias. Es el momento de que los recursos públicos comiencen a funcionar para que la atención recaiga en profesionales”, explica Miguel Egea, vecino “lavapiesino” y voluntario.
“Desde el Consistorio son totalmente conscientes de lo que hacemos, igual que los servicios sociales y la junta de distrito”, continúa el voluntario antes de agregar que el miércoles tendrán una reunión, precisamente, con el concejal de la Junta del Distrito Centro.
Se veía venir
Sabían lo que podía pasar y lo que, ineludiblemente, está pasando. “Desde que nos mudamos al Teatro del Barrio empezamos a buscar un espacio alternativo porque esto no deja de ser privado. Sabemos que es posible, que hay locales disponibles, así que si no nos los ceden es porque no quieren”, agrega el vecino madrileño. En este sentido, fuentes internas del Consistorio han asegurado a Público que el miércoles harán una propuesta a La CuBa, y que si no se la han hecho antes es “por motivos de agenda”. Agregan que hay “buen entendimiento” y que “se está trabajando para cumplir las expectativas”.
Desde la Plataforma también confirman la predisposición de las dos partes, aunque recalcan que llevan más de un mes solicitando una respuesta y es ahora, cuando apenas hay tiempo, el momento en el que el organismo público comienza a estudiar el caso. Desde el Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Consistorio madrileño aseveran que “siempre que hay locales disponibles se buscan y se ceden”. Por su parte, denotan como “práctica habitual” que los servicios sociales de la localidad se valgan de colectivos para gestionar las ayudas.
Tal es la situación, que desde la Red de Cuidados de Madrid han publicado un comunicado en el que demandaban priorizar una vida digna frente a los intereses económicos. Multitud de colectivos sociales y despensas populares suscriben el texto.
Cómo volver a la normalidad
La fecha límite es el domingo 7 de junio, día en el que el Teatro del Barrio comenzará a funcionar pero sin volver, tampoco, a la normalidad. “Nuestra misión siempre ha sido generar pensamiento crítico, pero esta vez hemos bajado a la praxis directa, que siempre es muy sexy”, declara Santiago.
Asimismo, adjetiva como “revelador e ilusionante” haber materializado de forma directa sus pensamientos políticos, aunque sabe que ahora empieza una nueva etapa. Tal y como comenta la programadora, repensar su función y la forma en la que afrontarán la época postpandémica será lo que ocupará el corto plazo: “Tenemos que decidir cómo nos posicionamos como agente cultural que tiene en sus ejes un claro planteamiento político. Trataremos preguntas como si tiene algún sentido la velocidad a la que vivimos, si somos esclavos de la actividad constante”.
Los condicionantes son claros. Se reducirá su aforo y habrá públicos que hayan adquirido ciertas reticencias a estar en espacios cerrados a la vez que su poder adquisitivo será menor, por lo que el reto al que se enfrentan en este pequeño negocio, sin diferir de los que afrontan centenares de comercios en España, marcará el rumbo del proyecto y su viabilidad. Mientras tanto, La CuBa seguirá aportando un inmenso granito de arena para que los más desfavorecidos tengan cubierto algo tan básico como el comer en un nuevo local nuevo, si la Administración pública está a la altura de las circunstancias.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.