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Cómo el desmadre de las despedidas de soltero pasa factura a las ciudades

El rito tradicional antes de pasar por el altar ha evolucionado hasta llegar a convertirse en un evento en el que no se escatima ni en tiempo, ni en dinero, ni en extravagancia: en ocasiones duran hasta un fin de semana entero y cada participante desembolsa más de 100 euros. Varias ciudades ya se han levantado en pie de guerra en contra del modelo que imita al turismo de borrachera.

Los actores de la película 'Cómo sobrevivir a una despedida' / EFE

Es teclear en Google las palabras despedida de soltero y brotan las posibilidades. Sólo en la primera página de resultados –de los más de once millones posibles– ya hay variedad de oferta. Limusina y cena, gymcana, fiesta flower power… Lo que empezó siendo una tradición con origen en la antigüedad ha llegado a convertirse en todo un evento tan importante como el día en el que se celebrará el enlace y en el que no cabe la improvisación.

Aunque no existen datos oficiales, según el sector en España se celebran unas 300.000 bodas al año. Los gastos que estas fiestas corren a cargo de los invitados y lejos quedan las escuetas celebraciones. Lo que se estila ahora es salir del lugar de residencia y planear viajes repletos de actividades lúdicas, lo que conlleva un gasto medio de 120 euros por persona sin contar el desplazamiento desde el punto de origen, según las ofertas de la web The Fun Plan. Esto supondría para el sector algo más de 300 millones de euros.

En los paquetes se incluyen hospedaje, cenas con espectáculo, y una "actividad estrella" que suele tener que ver con un paseo en velero o una fiesta en barco. Justo esto es lo que hicieron el fin de semana pasado las amigas de Tere que se casa el próximo 27 de julio. Sus seis acompañantes la recogieron a las cinco de la madrugada de su domicilio y se la llevaron hasta el aeropuerto de Palma, donde el séquito voló hasta Málaga. En el Muelle Uno de la ciudad andaluza se embarcaron en un catamarán. A bordo, unos diez grupos más que dicen adiós a la soltería de uno de sus miembros. La experiencia fue gratificante para los usuarios: "Nos lo pasamos muy bien", rememora Ashley, una de las integrantes del grupo, que no duda en catalogar la ciudad de Málaga como un enclave "totalmente preparado" para este tipo de eventos. 

La fiesta duró hasta entrada la noche, cuando la novia y sus amigas acudieron a una fiesta con espectáculo drag queen en la que había más de 400 personas. Después volvieron al hotel y a la mañana siguiente, a su isla de origen. La amiga de la novia calcula que, aproximadamente se gastaron unos 220 euros por cabeza. La clave del éxito: "Llevarlo todo muy organizado".

El mismo modus operandi siguieron Víctor y su grupo de amigos. Bajo la premisa de que debía primar la diversión y hacer planes que no se hacen cada día, se presentaron en casa del novio, que pensaba que en plan era irse de vacaciones una semana a Cádiz con cinco amigos. Al final fueron diez personas –tres de ellas residentes en el extranjero, lo que emocionó al novio– y el destino real fue Torremolinos, donde pasaron un fin de semana haciendo actividades en el mar, en el que no faltó la cena y posterior fiesta en un beach club. Para la organización del evento contaron con dos cómplices clave: la novia y el padre del novio. El presupuesto inicial era de 5.000 euros, aunque finalmente el gasto se disparó y llegó hasta los 6.500 euros, que se pagaron a pachas, lo que se traduce en un 650 euros por persona. Para este grupo era importante volver a juntar a los amigos del colegio y poner en valor su amistad. 

Desde el portal especializado en enlaces matrimoniales Bodas.net preguntaron a los novios su opinión sobre si hacer un viaje con amigos con la excusa de la despedida. Un 72% de ellos se posicionaron a favor de coger las maletas y marcharse por unos días. Según Skyscanner, los destinos favoritos de los grupos son Ibiza, Barcelona, Madrid y Salamanca. Más allá de nuestras fronteras: Lisboa, Ámsterdam y Dublín son los más demandados. 

Ciudades y establecimientos, en contra del desfase

Este despliegue de medios para celebrar las despedidas de soltero ha provocado que ciertas comunidades se armen en contra de este tipo celebraciones cuando se conforman como una escisión del turismo de borrachera y generan problemas en las urbes. Entre las que han decidido ponerles coto se encuentra Andalucía. Ciudades como Málaga, Córdoba y Granada decidieron endurecer las sanciones el verano pasado y Tarifa y Conil, directamente, prohibirlas. La última en sumarse a estas restricciones ha sido Denia. El Ayuntamiento ha prohibido que estos festejos vayan acompañados de charangas durante los meses estivales para facilitar así la convivencia con los vecinos. El verano pasado muchos establecimientos decidieron también negarse a atender a estos grupos.

"Viene quien quiere, hace lo que quiere y los vecinos seguimos aguantando, como siempre"

La cosa viene de atrás. En el madrileño barrio de La Latina empezó el auge de este tipo de celebraciones hace más de cinco años. El presidente de la Asociación de Vecinos Cavas La Latina, Saturnino Vera, explica que lo que ocurre es simple: "Viene quien quiere, hace lo que quiere y los vecinos seguimos aguantando, como siempre", resume. Vera denuncia que la "no presencia" de la Policía hace que esta situación persista y, con ella, los gritos y el escándalo en las calles.

El peor momento de la semana coincide con el fin de semana y asegura que en los últimos tiempos se ha incrementado también la presencia de jóvenes extranjeros que se trasladan hasta la capital para el festín con el que se despiden de la soltería. "No todas generan estos problemas, pero muchas sí". A la crítica de los vecinos se suman algunos bares y restaurantes, que optan por no aceptar a los grupos en sus terrazas aunque Vera asegura que no siempre sucede así: "Otros se lucran y aumentan las ofertas para que acudan", explica.

Entre los establecimientos que no aceptan a estos clientes se encuentra la taberna Lamiak, ubicada en la calle de la Cava Baja. Una de sus trabajadoras comenta vía telefónica a Público que de la pared del local cuelga un cartel que anuncia que las despedidas de soltero no son bienvenidas, cosa que "suele hacer gracia al resto de clientes". Los motivos por los que estos bares no quieren a estos clientes es el mismo que lleva a repudiarlos a los vecinos: el ruido y los comportamientos incívicos que molestan al resto de la clientela. Igualmente sucede en otros locales de la calle, como el bar Bonnano, pionero en colgar un cartel que reza "despedidas de solter@, ¡NO! Gracias".

Concienciación contra el incivismo

Russafa es una de las zonas de la Comunitat Valenciana hasta la que más despedidas de soltero peregrinan. La Plataforma Convivir Russafa de la mano de la organización Controla Club impulsó esta primavera una campaña llamada ¡vivan los novios que respetan Russafa! con la que se pretende que aquellos que llegan en búsqueda de fiesta la obtengan, pero respetando a los demás. Lo explica el director de la ONG, Juan Barcala. La entidad, especializada en la intervención en espacios de ocio, propuso realizar un análisis previo a la intervención: "Ante un fenómeno que causa tanto revuelo, hay que identificar las causas para después poder hallar soluciones que minimicen el impacto", cuenta Barcala.

De este modo, durante los meses de abril y mayo pusieron en marcha a un equipo de mediadores. Su misión era informar a los grupos de los comportamientos que dificultan la convivencia. La respuesta de estos es "curiosa", subraya Barcala: "El 80% aceptaban los mensajes pidiendo perdón y alegando que no se habían dado cuenta de que estaban perturbando tanto el orden". Además, un 70% de los grupos desconocen que las charangas están prohibidas.

Los datos recabados ayudan a hacerse una idea de cómo son este tipo de celebraciones: sólo una de cada diez van acompañadas de una charanga; el 60% se caracterizan con algún tipo de disfraz y el 65% son grupos de mujeres. Barcala señala también que el tipo de ocio que se busca, en ocasiones no tiene tanto que ver con el sector hostelero, si no que va más ligado a la oferta cultural que también se concentra en estas zonas.

"El motivo por el que se genera esta aglomeración en ciertos barrios es porque la gente va buscando lo que no encuentra en su lugar de residencia". En el caso de Russafa, un 50% de las despedidas que recorren sus calles provienen de València, un 40% del resto de la provincia y un 10% del extranjero. En este barrio se celebran una media de 30 despedidas por fin de semana, aunque la tendencia es a la baja: según el informe, ha habido un descenso del 30% con respecto al año pasado.    

Como recuerda Barcala, también existen otros planes que no tienen por qué caer en la juerga y el escándalo. Desde la web la mejor despedida, ofrecen circuitos de humor amarillo, fútbol burbuja y scape rooms por 15 euros por persona. Las actividades se realizan en una finca en Ciempozuelos, evitando así los problemas que conllevan las celebraciones en plena ciudad. 

En Bodas.net abrieron el debate sobre si es mejor una "fiesta loca" o un plan relajado para este tipo de celebraciones. Los resultados quedaron muy ajustados: de los más de 3.000 encuestados, un 49% pensaron que una buena juerga era la mejor opción, pero ganó el plan alternativo con un 51% de los apoyos. 

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