DERECHOS HUMANOSLas activistas alertan del infierno de las inmigrantes en el Mediterráneo: "Dan por hecho que por el camino las van a violar"

Las personas que intentan ayudar en el drama que se vive en el Mediterráneo se encuentran con, cada vez más, obstáculos para socorrer a los que intentan llegar a Europa. Así lo han explicado Helena Maleno, periodista e investigadora especialista en migraciones y trata de seres humanos, y Anabel Montes, jefa de misión y patrona de embarcación de la ONG ProActiva Open Arms, en el encuentro ‘El naufragio de los Derechos Humanos en el Mediterráneo’, moderado por Ana Pardo de Vera, directora de 'Público'.

“No estamos salvando vidas, estamos devolviéndoles su derecho a la vida, que se lo estamos quitando”, afirma Maleno, en el encuentro organizado por la Asociación de Mujeres de Guatemala (AMG) en La Casa Encendida de Madrid, cuando habla sobre las “industrias de la guerra y de la esclavitud” que promueven una huida masiva. Añade que toda esta situación se basa en “un sistema de impunidad porque no hay ninguna sentencia que responsabilice esas muertes”.

Por su lado, Anabel Montes ha querido remarcar la criminalización que se ha hecho de las labores de rescate y la persecución que sufren por mostrar lo que está pasando. “Nos quieren echar del Mediterráneo porque molestamos. Lo que pasa en el mar no tiene ni idea nadie, y por ello utilizan la difamación y la política del miedo”, explica Montes para hablar del aumento de un mensaje de racismo y xenofobia.

El “peaje” que tienen que pagar las mujeres

Las agresiones sexuales y la violencia sexual es algo por lo que las mujeres tienen que pasar durante el largo viaje para llegar a un destino, en muchos casos muy idealizado. “Las mujeres ya dan por hecho que por el camino las van a violar. Es un peaje, un precio que tienen que pagar para llegar a Europa”, afirma Montes para hablar de este aspecto que se da de forma general, como refleja la reciente investigación sobre mujeres migrantes realizada por Maleno para Alianza para la Solidaridad.

El problema, añade la periodista e investigadora, está en el sistema de acogida, que no es capaz de ayudar a estas mujeres ni parar la violencia a la que son sometidas.

La inactividad de las instituciones internacionales

Ambas coinciden en la ineficacia de las instituciones a la hora de establecer políticas eficaces en las fronteras. “Cada vez nos encontramos con más trabas”, afirma Montes, quién también explica la situación en el mar. Cuenta que Libia no tiene un cuerpo preparado para salvar a las embarcaciones que se hunden, pero aún así hay un grupo armado al que se denomina “guarda costas libio” y al que Unión Europa acepta. “Son los mismos que nos han disparado dos veces y los mismos que nos amenazaron de muerte si no les devolvíamos a las mujeres y a los niños que habíamos rescatado”, explica.