La crisis climática multiplicó por 100 las probabilidades de que la ola de calor de abril se produjera
Expertos de diversas universidades y centros de investigación publican un estudio que revela que, en la ola de calor del mes de abril, las temperaturas fueron hasta 3,5ºC más altas de lo que habrían sido sin cambio climático.
Alejandro Tena
Actualizado a
Los récords de temperaturas registrados en España en el mes de abril no habrían sido posibles sin la crisis climática. Si había pocas dudas sobre ello en el ámbito científico, ahora se confirma que el calentamiento del planeta provocado por el ser humano ha estado detrás de la ola de calor que azotó España a finales de abril.
Un estudio exprés publicado este viernes por la World Weather Attribution (WWA) concluye que el cambio climático hizo que se multiplicaran por 100 las probabilidades de que el mercurio alcanzase cifras tan elevadas a esas alturas del año en la región mediterránea.
Los investigadores consideran, tras analizar los datos disponibles, que las temperaturas fueron, de media, hasta 3,5ºC más altas de lo que habrían sido sin las alteraciones de la crisis climática. Además, calculan que el evento, aún con el calentamiento acelerado del planeta, es inusual, por lo que la ola de calor habría sido "casi imposible" que se produjera en otro contexto.
La publicación revela también que los impactos del calor se vieron agravados por la situación de sequía en la que está inmersa España y el resto de países de la región mediterránea.
El análisis de WWA se centra en el impacto de la ola de calor de abril en España, Portugal, Marruecos y Argelia. Las temperaturas oscilaron entre los 36,9ºC y los 41ºC en los cuatro países, batiéndose los récords "por un amplio margen". Los científicos, además, alertan de que la subida de temperaturas está aumentando en la región mediterránea mucho más rápido de lo que predijeron los modelos climáticos, algo que, según explican, está siendo objeto de una intensa investigación.
Los expertos alertan de que las temperaturas seguirán aumentando y los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más recurrentes y severos, a menos que se detengan las emisiones de gases de efecto invernadero, causa principal del calentamiento acelerado del planeta. Si las temperaturas globales se elevan un 0,8ºC, las olas de calor como la experimentada en abril serían hasta 1ºC más altas.
"La intensa ola de calor se sumó a una sequía preexistente de varios años, lo que exacerbó la falta de agua en las regiones del mediterráneo occidental y amenazó el rendimiento de los cultivos de 2023. A medida que el planeta se calienta, estas situaciones serán más frecuentes y requerirán una planificación a largo plazo, incluida la implementación de modelos agrícolas sostenibles y políticas eficaces de gestión del agua", ha explicado Fatima Driouech, profesora asociada de la Universidad Politécnica Mohammed VI y una de las coautoras del estudio de atribución.
Para Sjoukje Philip, otro de los autores e investigador del Real Instituto de Meteorología de Países Bajos, "el hecho de que las tendencias de temperaturas altas hayan estado por encima de las predicciones de los modelos climáticas muestra que necesitamos comprender mejor los efectos del cambio climático en el mediterráneo, para poder así adaptarnos a un calor aún más extremo en el futuro".
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