Este artículo se publicó hace 5 años.
Trabajadores migrantes en LepeCientos de temporeros migrantes salen a las calles de Lepe para exigir una vivienda digna
“Queremos pagar, no queremos vivir gratis”, aseguran los afectados, la mayoría migrantes irregulares, que denuncian que ningún propietario de la localidad quiere alquilarles una vivienda pese a los incentivos del programa municipal para erradicar el chabolismo, tras el desmantelamiento de sus chabolas por un incendio.
Sergio Rodrigo
Lepe-
Francisco Brema lleva casi cuatro años viviendo en el municipio Andaluz de Lepe. ¿Su casa? Un puñado de palés cubiertos con plástico de los que hoy no quedan más que cenizas. Tiene 60 años y hace más de dos décadas que llegó de Guinea Bissau buscando un trabajo. Lo encontró en el suroeste del país, donde la temporada de recogida de frutos rojos proporciona una fuente de ingresos a cientos de personas como él, que vive en un campamento que lleva demasiado tiempo en pie como para llamarlo improvisado. Pero los incendios del pasado 14 y 15 de octubre en este asentamiento informal de Lepe, próximo al cementerio del municipio, hicieron desaparecer las pocas pertenencias que Brema tenía en esta chabola.
Al igual que Brema, otros 250 temporeros también lo han perdido todo. Por eso comenzaron una campaña de movilización que concluirá este martes con una marcha hacia el Ayuntamiento de la localidad para exigir una “alternativa habitacional digna”.
“Nos están tratando como animales”, señala Brema, que pide a las autoridades pertinentes que “si hay posibilidad”, busquen una solución a esta crisis. "Estamos fatal, durmiendo en la calle, sin comer caliente. Algunos están trabajando, pasamos mucho frío y, al final, vamos a enfermar”, incide el temporero.
El Gobierno local puso en marcha un dispositivo de acogida temporal en el polideportivo del municipio, donde estos trabajadores migrantes, la mayoría, en situación irregular, pueden resguardarse y dormir desde las 21.00 horas has las 9.00 del día siguiente.
“Nosotros queremos pagar, no queremos vivir gratis. Estamos trabajando y podemos pagar", insiste Brema, que también deposita responsabilidades en los empresarios de la zona. "Si les gusta cómo trabajamos y quieren que podamos seguir haciéndolo tienen que ayudarnos a encontrar viviendas. Si les gusta nuestro trabajo y no tenemos papeles, que nos ayuden a regularizar nuestra situación, que nos hagan contratos”, exige.
"Los incendios del 14 y 15 de octubre han sido intencionados y planificados", denuncian los migrantes
El asentamiento de Lepe, considerado el más numeroso de la provincia de Huelva, llega a superar los mil habitantes durante la temporada alta de la fresa. Se ubica entre el centro comercial y el cementerio de la localidad y, en realidad, es un descampado en el que se arremolinan los temporeros desde hace ya más de una década.
“Aquí siempre ha habido incendios, pero los fuegos del 14 y 15 de octubre han sido intencionados y planificados”, denuncia Brema, recordando que, tras los incidentes, varias excavadoras los arrasaron todo y el terreno fue vallado, ya que según denuncia, en las inmediaciones está prevista la construcción de otro centro comercial. “Deberían haber avisado. Somos pobres pero lo poco que teníamos estaba en esas chabolas. Habríamos recogido nuestras pertenencias y nos habríamos ido”, destaca este temporero que hoy sobrevive gracias a la ayuda de Celia, una vecina la localidad.
"Tenía los días contados"
Antonio Ruiz, portavoz del colectivo Asisti Cuenca Minera, que apoya a los temporeros en su protesta, destaca que el desalojo y los incendios que han dejado en la calle a cientos de jornaleros ha sido “muy descarado”, y apostilla que pudieron comprobar “cómo durante aproximadamente unas cuatro horas se calcinaba el asentamiento sin que los bomberos, presentes desde el principio, vertieran una sola gota de agua”.
“Este asentamiento tenía los días contados, pero se preveía su desalojo de una forma más lógica, más humana y por vías legales. Los propietarios de los terrenos, los mismos que los del centro comercial aledaño, con el apoyo de todas las autoridades, se han apresurado a vallar el recinto en tiempo récord e impedir el acceso a las personas incluso para retirar las pocas pertenencias en algunas chabolas que se salvaron. La única alternativa para esta gente es la calle”, critica Ruiz, que también insiste en que el Gobierno local del Partido Popular debería “haber buscando una alternativa habitacional dentro del Plan Agenda 2020 para la erradicación del chabolismo en Lepe”, algo que exigen los propios afectados.
En abril de 2017, el Ayuntamiento de Lepe, junto a la Fundación Europea para la Cooperación Norte-Sur (FECONS), pusieron el marcha el programa “Lepe-Hábitat de la Agenda 2020 para la erradicación del Chabolismo”, una iniciativa para acabar con esta precaria forma de supervivencia y normalizar el acceso a viviendas para el grueso de trabajadores migrantes atraídos por las campañas agrícolas.
Durante décadas, la mayoría de los propietarios ha rechazado alquilar a los temporeros sus viviendas, y ante la falta de mano de obra, las autoridades han permitido estos asentamientos chabolistas donde la tónica general son los incendios y otros incidentes. Desde el Ayuntamiento se han propuesto medidas como la rebaja del IBI de hasta un 90% para propietarios de viviendas en régimen de alquiler para hacer así posible la reubicación de personas, además de ayudas de hasta 500 euros para los propietarios que alquilen sus casas a estos trabajadores.
Ninguna de las medidas propuestas ha logrado acabar con estos asentamientos, y ahora, a menos de tres meses para que acabe 2019, la zona donde acampaban desde hace años está vallada y los migrantes duermen en las calles o en el polideportivo. Público ha intentado recabar la versión del Ayuntamiento de Lepe, pero a cierre de esta edición aún ha obtenido respuesta.
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