barcelona
Actualizado:Pese a las últimas lluvias, la declaración de emergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, del cual se nutren seis millones de personas que viven en 202 municipios catalanes -entre los cuales están Barcelona y su región metropolitana, parte de la Catalunya Central y Girona (ahora en un estado previo de preemergencia)-, es inminente. El nivel actual de los embalses de las cuencas internas se sitúa alrededor de un 16,2%. El estado de emergencia del Plan Especial de Sequía se activa cuando los pantanos llegan al 16% de capacidad. El Govern prevé entrar en la fase más grave el 1 de febrero.
La declaración de emergencia -que tendrá 3 fases, la tercera es la que tendrá más restricciones- comportará varias medidas, como limitar el consumo de agua a 200 litros por habitante y día, restricciones en vestuarios y duchas de instalaciones deportivas o la supresión del riego agrícola.
A estas medidas se suman las anunciadas este martes por el Govern, que ha hecho algunas modificaciones del Plan de Sequía. Una de las más destacadas es la prohibición de llenar las piscinas de hoteles, balnearios, campings, parques acuáticos, comunidades de vecinos o particulares.
Queda prohibido utilizar el agua potable para regar
El Govern también permitirá el riego de jardines y zonas verdes públicas con agua regenerada o freática con el objetivo de garantizar los refugios climáticos en la ciudad. Así pues, queda prohibido utilizar agua potable para regar, excepto en el riego público de supervivencia de carácter singular o monumental. Además, el Govern también ha aprobado la reducción de los caudales ecológicos de los ríos.
Gimnasios y clubes deportivos
Las modificaciones aprobadas este martes también afectan a los gimnasios y clubes deportivos con piscina o campos de césped destinados al deporte federado. En un primer momento, el Plan Especial de Sequía prohibía el riego de estos campos en fase de emergencia, así como el llenado total o parcial de sus piscinas. Con las modificaciones se flexibiliza esta restricción y gimnasios y clubes deportivos con piscina o campos de césped de deporte federado deberán aplicar diferentes medidas en función del nivel de emergencia (1, 2 o 3).
Las instalaciones deportivas podrán llenar las piscinas y también regar las zonas deportivas en las fases de emergencia 1 y 2 a cambio de reducir progresivamente el consumo de agua, por ejemplo, en las duchas.
En concreto, en el estado de emergencia 1 se podrán llenar estas piscinas, pero se tendrá que compensar esta agua usada con el cierre parcial de las duchas. También se podrá usar el agua regenerada y de pozo que no compita con el abastecimiento para regar las zonas deportivas, como por ejemplo el césped de los campos de fútbol, según el medio barcelonés.
Las instalaciones deportivas podrán llenar las piscinas, pero deberán cerrar las duchas
En la fase de emergencia 2, si se mantiene la piscina abierta, se tendrán que cerrar obligatoriamente las duchas. Y en el estado de emergencia 3, se tendrá que cerrar el servicio de duchas de todos los clubes, independientemente de si tienen o no piscina o zonas de riego deportivo. No queda claro si se podrá continuar llenando piscinas y regar zonas deportivas.
Prohibido el uso de las duchas de las playas
En la misma línea, el Govern también ha aprobado que, una vez se entre en fase de emergencia, quede prohibido el uso de las duchas de las playas. El verano pasado algunos municipios como Sitges (Barcelona) ya aplicaron esta medida, mientras que otros no lo hicieron.
También se prohíben actividades como las pistas de hielo o la limpieza de vehículos
El ejecutivo también ha aprobado prohibir algunas actividades que implican el uso de agua, como por ejemplo las pistas de hielo o las fiestas de espuma. Asimismo, en fase de emergencia, quedará prohibida la limpieza de cualquier tipo de vehículo, excepto que la limpieza se realice en establecimientos comerciales de limpieza de vehículos que cuenten con sistemas de recirculación del agua.
Reducción de los caudales ecológicos
Finalmente, los caudales ambientales de los ríos Ter, Muga y Llobregat quedan reducidos a menos de la mitad. Son los flujos de agua mínimos para garantizar la supervivencia de los ecosistemas que dependen. En el Llobregat en Sant Joan Despí (Barcelona) se propone un nuevo caudal de 250 litros por segundo, en el Ter desde el Pasteral (Girona) hasta su desembocadura sería de 600 litros por segundo y la Muga, desde Pont de Molins (Girona) hasta el mar, se fijaría un caudal de 40 litros por segundo.
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