La Casa de Cultura de Chamberí se resiste a abandonar el espacio de participación vecinal que desde hace cuatro años ocupa en el número 37 de la calle Bravo Murillo de Madrid. El movimiento vecinal peleará en los tribunales por una prórroga a su cesión que el Ayuntamiento le ha denegado, pese a que no tiene ningún uso alternativo para el local. 

"Iniciamos la vía judicial y mientras continuaremos con nuestras actividades", ha explicado Casa Chamberí a través de sus redes sociales. Así, han solicitado medidas cautelares y, "en tanto no haya respuesta del juzgado n°4, no se hará entrega de llaves el día 24", fecha prevista del desalojo después de que la Junta de Chamberí, presidida por Javier Ramírez (PP), se negara a prorrogar la concesión autorizada en la legislatura anterior.

La asociación mantiene que tiene derecho a una prórroga, "indebidamente rechazada, lo que no se entiende en el escenario de emergencia sanitaria provocada por la pandemia". El letrado de la entidad se ha dirigido a la Junta Municipal para comunicarles que hoy no se producirá la entrega de llaves, a la espera de la decisión que pueda determinar el juzgado.

El juzgado ha dado tres días para que se presenten alegaciones, tiempo en el que la Casa pide al concejal "que escuche al barrio y permita que la asociación continúe dentro del local", más cuando "el Ayuntamiento no tiene ningún destino previsto" para él.

"El Ayuntamiento de Madrid nos echa de nuestra casa el miércoles. Nos dejan sin almacén y sin espacio", han añadido con el hashtag #SoloElPuebloSalvaAlPueblo.

Desde la Casa de Cultura, han vuelto a lamentar que el Presidente del Distrito de Chamberí  ignore las actividades de  interés social y cultural que desarrolla esta Entidad. "No entendemos las prisas en dejar el local vacío cuando no existe ninguna finalidad para el mismo", señala el colectivo. 

El futuro de la Despensa Solidaria, en peligro

Este espacio, que ha acogido ciclos de cine, charlas de ópera y obras de teatro, centró su actividad con la pandemia en la despensa solidaria de alimentos gestionada por 60 familias.

Días atrás tuvo lugar el último reparto que deja "en el Madrid de las colas del hambre sin alimentación de emergencia a centenares de personas", lamenta esta iniciativa ciudadana en sus redes sociales.

Cada dos semanas desde hace seis años, decenas de familias sin recursos llenan sus despensas con alimentos de primera necesidad gracias a este proyecto al que acoge la Casa de la Cultura de Chamberí.

Los ciudadanos que dan vida a la Casa Chamberí habían pedido a la Junta Municipal y al área de Coordinación Territorial la renovación por otros cuatro años más de la cesión del espacio, que expira este miércoles. Y todo para continuar desarrollando las cientos de actividades gratuitas puestas en marcha, por las que han pasado miles de participantes.

En un manifiesto por "la continuidad de este espacio vecinal, de encuentro, cultura y solidaridad", nacido en marzo de 2017, ruegan al Ayuntamiento que la cesión se amplíe por otros cuatro años más, una posibilidad de prórroga recogida en el acuerdo firmado con el anterior Gobierno municipal.

Casi 20.000 firmas para pedir su continuidad 

Más de 19.600 firmas reunidas en la plataforma de peticiones Change.org reclaman al Ayuntamiento de Madrid que se quede la Casa de la Cultura de Chamberí, sede de la despensa solidaria.

En la plataforma, representantes de la Despensa Solidaria de Chamberí explican que son una asociación de familias del distrito, sin ánimo de lucro, que trabajan de forma horizontal e igualitaria para dar respuesta a las necesidades alimentarias, incrementadas a raíz de la pandemia.

"Con esta despensa llevamos ayudando a las familias de Chamberí ya seis años. Lo llevamos familias trabajadoras del barrio que queremos cubrir estas necesidades y sólo queremos que nos sigan dejar haciéndolo", exponen.

Recuerdan que los "Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid han derivado a la Despensa Solidaria decenas de familias durante el confinamiento ante la imposibilidad de dar respuesta institucional a las necesidades de las familias".

"Pero nos encontramos que en el mes de marzo termina el plazo de concesión del local y nos echan. Es el local donde nos reunimos en asamblea y que sirve de depósito, confección de lotes y recogida de alimentos. Pedimos una prórroga del contrato al Ayuntamiento pero nos la han denegado", han descrito la situación.