La Cañada Real, cinco Navidades sin luz: "Es la vulneración de derechos más grave de Europa"
El barrio se prepara para enfrentar su quinto invierno sin suministros, un mes después de conocer la resolución favorable de la UE. "Confío en que estas sean las últimas fiestas sin luz", reconoce una vecina.
Madrid--Actualizado a
En una esquina de la M-50 sobreviven, entre el barro, 2.548 niñas, niños y adolescentes. Los que tienen menos de cinco años, no saben lo que es pasar una Nochebuena con luz en casa. Naturgy les cortó el suministro el 2 de octubre de 2020. Y las administraciones públicas lo han permitido. La Cañada Real lleva desde entonces sin electricidad: 50 meses, 219 semanas, 1.538 días, cinco Navidades. "Es la vulneración de derechos más grave que tenemos ahora mismo en Europa", denuncia María López, jurista y portavoz de la Plataforma Cívica por la Luz en la Cañada Real.
La historia de los afectados se extiende a lo largo de casi 16 kilómetros, los mismos que separan los asentamientos de la Puerta del Sol. Lo que comenzó como una demarcación de terrenos agrícolas, ha culminado en un puzle de seis sectores habitados por más de 7.000 personas. La falta de infraestructuras, líneas de transporte y servicios de limpieza acentúa –todavía más– el abandono que sufren los vecinos del barrio; un barrio humilde, diverso y mestizo; un barrio de autoconstrucción. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, dejó clara su postura cuando respondió desde la Asamblea a la carta de una niña en riesgo de exclusión social: "Yo no gestiono sentimientos".
Los cortes de luz y electricidad afectan concretamente a 4.500 personas –1.800, en edad escolar–, las que viven en los sectores V y VI de la Cañada Real. Estos tramos pertenecen a los municipios de Rivas y Madrid. "Es una hilera que discurre por donde están proyectados los desarrollos urbanísticos del sureste de la capital, las ampliaciones de Los Berrocales, Valdecarros y Cañaveral. Las administraciones llevan cuatro décadas tolerando estos asentamientos, llegaron a plantear su legalización, pero parece que ahora han primado los intereses especulativos por encima de las necesidades del barrio", señala Alejandra Jacinto, abogada en CAES y columnista de Público.
Las asociaciones reconocen que algunas familias han podido "suplir" la falta de suministros con motores de gasóleo y placas solares, pero otras muchas siguen calentándose con velas, leña y hogueras. Este invierno se registraron 25 intoxicaciones por la contaminación que provocan los generadores de combustible. Las quemaduras también son habituales entre los vecinos del barrio. "Las administraciones están amedrentando a las familias con expulsarlas de sus viviendas, todo forma parte de un entorno torturante, igual que los vertidos y la suciedad", insiste María López.
"Los niños tienen el calor de sus familias"
Hanane tiene dos hijos de cinco y seis años. La familia llegó al sector V de la Cañada Real en septiembre de 2022; una semana antes de que cortasen la luz. "Los primeros meses sobrevivimos con pan, tomate y latas de atún; cosas que no hacía falta cocinar. Luego pasamos un tiempo conectándonos a la batería del coche, hasta que pudimos comprar las placas solares", recuerda. Hanane todavía guarda en su frigorífico la comida de su vecina, madre de otros tres niños. Ellos siguen sin luz, sin calefacción y, como el resto, sin una infancia digna. "Lo que más nos dolía era ver a los pequeños llorar por las noches. No podíamos hacer nada", continúa.
La Cañada Real se prepara para enfrentar el quinto invierno sin electricidad en una de las comunidades que más gasta en el encendido navideño. "Los niños tienen el calor de sus familias, pero no encuentran una explicación, no saben por qué no tienen luz, por qué no tienen una televisión, como sus compañeros de clase. Algunos nunca han visto la luz, y otros, en este tiempo, han dejado de ser niños", advierte María López. Las asociaciones que trabajan en la zona organizan todos los años actividades y cabalgatas para que los más pequeños puedan disfrutar de las fiestas; ser pequeños por unos días. "Espero que estas sean las últimas Navidades sin luz. No sólo lo espero, sino que también confío en la última resolución que llegó de Europa", sentencia Hanane.
Europa, contundente con España
El Comité Europeo de Derechos Sociales, dependiente del Consejo de Europa, ha considerado en "una resolución histórica" que España violó durante más de cuatro años la Carta Social Europea Revisada. Las distintas administraciones se saltaron, concretamente, siete artículos: los correspondientes al derecho a la vivienda, la protección de la salud y la familia; los que reconocen el derecho a la infancia, el de las personas mayores y el de las personas con discapacidad; y los que mencionan los derechos a la protección contra la pobreza y la participación. Estrasburgo considera que los organismos públicos deberían haber intervenido para evitar que el 2 de octubre de 2020 se hiciera de noche para siempre en la Cañada Real.
Europa responde así a la demanda colectiva presentada hace dos años por un grupo de asociaciones vecinales, humanitarias, sociales y sindicales –e impulsada por la Plataforma Cívica por la Luz–. "El Comité examinó la situación de las familias y la documentación, y considera que la vulneración de derechos está probada. El año pasado ya pidió tomar medidas inmediatas para frenar los daños, pero las administraciones no hicieron nada, sólo apostar por el realojo de los vecinos. Esta no es la solución, sino una excusa para tapar la cuestión de fondo: garantizar la devolución de los suministros", insiste Alejandra Jacinto. Los niños del barrio tienen que ir al colegio con dos pares de zapatos porque, en el camino, los que llevan puestos se llenan de barro.
El Defensor del Pueblo ha emitido "reiteradas recomendaciones" y ha interpelado a las autoridades competentes para restaurar la electricidad. El Gobierno, la Comunidad de Madrid y los ayuntamientos implicados todavía no han movido ficha. "No podemos hablar de realojos en un contexto de cortes de luz. Esto lo único que hace es reconocer que han cortado la luz para desalojar a miles de familias. Y tampoco podemos comprar el discurso culpabilizador, ni buscar soluciones sin contar con la participación de los vecinos", termina María López. El Comité Europeo hará pública en febrero la resolución definitiva.
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