Se buscan nuevas pistas de la desaparición de Juana Canal en 2003

En un perímetro muy acotado, levantan cada centímetro de tierra bajo la que aparecen restos óseos. Es la misma zona en la que un senderista encontró el fémur y el cráneo de Juana Canal, en un paraje de Navalacruz, en Ávila, con el que la víctima no tenía ninguna vinculación. Quien sí la tiene es el hombre que era su pareja en el momento en que ella desapareció. Fue una noche de febrero de 2003. Ambos vivían en una casa de Madrid que también se ha analizado con nuevas técnicas de investigación. En ella, el hombre le dejó una nota a uno de los hijos de Juana en la que contaba que habían discutido. Esa misma noche, antes de que su rastro se perdiera, ella llamó a la policía. A su familia siempre le sorprendió que se marchara sin documentación y sin volver a contactar con sus hijos, por lo que los agentes desentierran nuevas pistas a cuatro meses de que el caso de Juana Canal prescriba.

-Redacción-