El Día de la Igualdad Salarial tiene como objetivo "sensibilizar a la ciudadanía contra la brecha salarial de género", según el Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Igualdad. Desde ese organismo público señalan que, "en definitiva, las mujeres de cualquier edad, sector en el que trabajen, tipo de jornada o contrato, etc. tienen que trabajar más para ganar lo mismo que los hombres".

La cartera dirigida por Irene Montero ha recordado que la brecha salarial supone un 21,4% y ha añadido que "las mujeres asumen de forma mayoritaria los cuidados, lo que aboca a empleos más precarios y peor remunerados". Desde el departamento de Montero aseguran que están trabajando junto al Ministerio de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, "para alcanzar un escenario laboral de plena igualdad". 

La crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia covid-19 ha acentuado la desigualdad entre hombres y mujeres en el porcentaje de participación en el mercado laboral. El escenario pandémico ha afectado, especialmente, a las mujeres trabajadoras en sectores dedicados a los servicios, ya que estos empleos suelen tener un elevado contacto social y salarios más bajos. 

La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo (Eurofound) publicó en diciembre del pasado año el informe Women and labour market equality: Has covid-19 rolled back recent gains? (Mujeres e igualdad en el mercado de trabajo: ¿Ha hecho retroceder la covid-19 los avances recientes?). El estudio revela que, entre abril y septiembre de 2020 -los meses más duros de la pandemia-, la brecha de género en el trabajo aumentó un 0,4%, suponiendo un retroceso en los niveles de igualdad que se habían logrado en los últimos veinte años. 

El sindicado CSIF denunció un retroceso en los niveles de brecha de género en el ámbito laboral a consecuencia de la pandemia hasta superar el 23%, un valor equivalente al de hace ocho años.

Atendiendo a los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), 2020 cerró con más mujeres que hombres en paro. En total, ese año comenzó con 180.000 mujeres más que hombres en desempleo y concluyó con una diferencia de 263.000 mujeres más que hombres en paro.

El Ministerio de Inclusión y Seguridad Social informó que hubo más mujeres beneficiarias de ERTE a pesar de que suponen un menor número en los datos de población activa. La cartera de José Luis Escrivá determinó un porcentaje de entre el 1% y 3,5% superior la presencia de mujeres en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo a la de los hombres. 

Desigualdad en las pensiones

La brecha de género también llega al ámbito de las pensiones. Antes de la pandemia, un manifiesto firmado por 66 organizaciones y plataformas feministas resaltó que la brecha de género en las pensiones es el doble de la que existe en los salarios que perciben mujeres y hombres. Las mujeres a lo largo de su vida cobran sueldos más bajos, algo que acaba repercutiendo en sus pensiones. 

El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo, defendió que la inversión en el sistema de pensiones es "manifiestamente mejorable" y que existe una "brecha de género muy importante" en el mismo.

El Gobierno está intentando paliar esta diferencia creando un complemento de maternidad en las pensiones, que fue convalidado en forma de real decreto la pasada semana en el Congreso de los Diputados. Este nuevo complemento permite a las mujeres obtener una cuantía fija de 400 euros anuales por hijo. El objetivo del Ejecutivo de Sánchez es reducir del 30% al 5% la brecha de género. No solo beneficiará a las mujeres, también a los hombres que acrediten que su paternidad les supuso un perjuicio a su carrera profesional. 

Brecha de género en la universidad

La desigualdad de género está presente, además, en los órganos de dirección de las universidades. Según Inma Pastor, directora del Observatori d’Igualtat de la Universitat Rovira i Virgili (URV), la mayoría de las personas que ocupan estos altos puestos de responsabilidad académica "son hombres". 

La presencia masculina en cargos como catedráticos de escuela universitaria, catedráticos de universidad o profesores eméritos llega al 78% o 76%, sobrepasando el límite del 60% que establece la Ley de Igualdad 3/2007. Por cada mujer catedrática hay cuatro hombres catedráticos. 

Esta infrarrepresentación también se da en la dirección de los proyectos de investigación. El 31% de estos trabajos tiene a mujeres con investigadoras principales, una cifra que disminuye al 24% en los proyectos europeos. 

"Los méritos universitarios se percibe como neutrales cuando en realidad están muy sesgados. La Universidad tiene una autopercepción de ser igualitaria, pero la meritocracia tan solo refleja el grupo privilegiado", apunta la directora de la Unidad de Igualdad de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), Tània Verge.