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Barcelona, ciudad pionera en los servicios municipales de los cuidados
Proyectos y servicios como el Espacio Barcelona Cuida, Concilia, Vila Veïna o la Tarjeta Cuidadora han beneficiado a más de 16.400 personas.
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Barcelona-
Barcelona se caracteriza por ser una ciudad que siempre ha puesto los cuidados en el centro de su agenda municipal. Los servicios públicos específicos vinculados a tal fin en los últimos años, con proyectos como el Espacio Barcelona Cuida, el servicio de canguro Concilia, Vila Veïna o la Tarjeta Cuidadora, se han multiplicado exponencialmente, hasta beneficiar a más de 16.400 personas.
Se trata asimismo de un paquete de recursos que durante 2021 recibió una inyección de 187 millones de euros y que está previsto ampliar para garantizar el derecho a recibir y ejercer los cuidados de manera digna y con redes de apoyo comunitarias.
Cambio progresivo del modelo
Para modificar la dinámica de los cuidados, que tradicionalmente se ha asociado a la esfera privada de las familias y a la figura de la mujer, desde el Ajuntament de Barcelona tienen claro que hay que adoptar un cambio de modelo que entienda el cuidado como una función compartida y comunitaria, que se ejerza desde la proximidad, con una visión feminista y de universalidad, para que nadie tenga que cuidar en soledad.
El Ajuntament de Barcelona tienen claro que hay que adoptar un cambio de modelo que entienda el cuidado como una función compartida y comunitaria
Para empezar a dar forma al cambio, así como para combatir los estigmas anteriormente mencionados, el consistorio barcelonés ya empezó en 2015 a crear redes de apoyo y recursos públicos que mejoren la calidad de vida tanto de las personas cuidadoras como de las personas que reciben cuidados.
Entre los recursos públicos destinados al ámbito de los recursos puestos en marcha en la capital catalana destacan algunos como el Espacio Barcelona Cuida, el equipamiento que centraliza toda la información y los recursos vinculados a los cuidados de la ciudad y que, desde su apertura, en 2019, ha atendido a 10.688 personas, con 8.694 consultas resueltas.
El servicio ha sido especialmente importante para las trabajadoras del hogar y de los cuidados, colectivo del que procedían 2.500 consultas que se han saldado con la formalización de 100 contratos y la regularización administrativa de 10 de personas. Una de las iniciativas implementadas por el espacio ha sido la Tarjeta Cuidadora, la cual permite que las personas cuidadoras accedan a un paquete de 14 recursos gratuitos que ya han sido solicitados por 2.300 personas.
Atención sociosanitaria de proximidad
Otro de los proyectos que buscan poner la vida y los cuidados en el centro es Vila Veïna, el cual plantea un modelo de atención sociosanitaria personalizada y de proximidad, con pequeñas unidades territoriales en las que el vecindario dispone de todos los recursos necesarios para garantizar los cuidados, tanto de las personas que los reciben como de las que los ejercen. El plan piloto de Vila Veïna ya funciona en 10 barrios de la ciudad y ha atendido a 1.171 personas, el 84% mujeres. Los temas que centran las consultas del servicio están relacionados con la dependencia (32%) y la pequeña infancia (25%).
El plan piloto de Vila Veïna ya funciona en 10 barrios de la ciudad y ha atendido a 1.171 personas, el 84% mujeres
La infancia también es una de las grandes beneficiadas de otro servicio municipal de canguro, el Concilia, gestionado por la Cooperativa Incoop y que ya dispone de nueve espacios y que hasta julio de este año había atendido a 2.456 familias, con un total de 28.530 servicios de canguro.
La conciliación de la vida laboral y personal con el ocio y el tiempo de respiro es especialmente difícil para las familias monoparentales con pocos recursos, mujeres en situación de violencia machista y familias sin apoyo comunitario, de ahí la buena acogida de un servicio del que, ahora, también disfrutan los barrios del Carmel, Congrès i els Indians y Maternitat i Sant Ramon. Cabe señalar que, en paralelo, también se creará el servicio de monitorización para menores del Servicio de Atención, Recuperación y Acogida (SARA) y se iniciará el de Mares Veïnes, una red de apoyo a la crianza para mujeres y madres de origen diverso.
Más servicios para mejorar los cuidados
A los recursos municipales hasta aquí mencionados, también hay que sumar otros que el Ajuntament de Barcelona ha puesto en marcha para mejorar el bienestar y la calidad de vida de colectivos vulnerables, como las personas mayores y/o con discapacidad, que tienen a su disposición proyectos como Radars, Vincles o Bajamos a la calle, que buscan combatir la soledad no deseada y el aislamiento social.
También disponen del Servicio de Atención Domiciliaria (SAD), que en 2019 aumentó un 50% su presupuesto, lo que ha permitido incorporar a más profesionales al servicio, mejorar las condiciones laborales y reducir la temporalidad, con 4.025 personas contratadas. También se ha avanzado en la ampliación y la mejora del servicio de teleasistencia, que ya llega a 108.000 personas.
En breve, se creará el servicio de monitorización para menores del Servicio de Atención, Recuperación y Acogida (SARA) y se iniciará el de Mares Veïnes
Otras iniciativas que complementan el conjunto de iniciativas municipales son el servicio de asesoramiento de Barcelona Activa en el ámbito de los cuidados, la incorporación de una cláusula como criterio de adjudicación de los contratos públicos que reduzca la contratación parcial femenina vinculada a la precarización, la formación en conciliación, la capacitación profesional de las personas cuidadoras y el refuerzo del programa de familias cuidadoras y los grupos de ayuda mutua.
Retrato robot de la persona cuidadora
A lo largo de la vida, todos tarde o temprano deberemos recibir o proporcionar cuidados a otras personas por razones de edad, salud, bienestar o dependencia, una función que tradicionalmente ha pertenecido a la esfera privada de la familia. Se trata asimismo de una responsabilidad asignada a la figura de la mujer y es que, de las 355.000 personas que se estima que cuidan de otros de manera intensiva en la ciudad condal, un 95% son mujeres. Entre ellas, destacan las mujeres migrantes y/o en situación de precariedad.
Esta feminización de los cuidados supone una sobrecarga para las mujeres, en cuyos hombros recae la responsabilidad de sostener esta función social. Ello repercute en un nivel de bienestar deficiente, puesto que el 65% de las mujeres cuidadoras afirma tener una salud regular o mala. Sus condiciones laborales tampoco son mucho mejores, pues la brecha salarial de género les afecta al 17,5% de ellas y más del 43% no podrían ser autónomas económicamente solo con sus ingresos.