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La ajustada victoria de Lula provoca los primeros incidentes en Brasil
Agencia Atlas
La polarización política es universal, pero en Brasil ha alcanzado cotas extremas. Con dos candidatos que despiertan simpatías y odios extremos, y que fragmentan al país casi casi por la mitad. Ninguno parece dispuesto a enterrar el hacha de guerra. "Intentaron enterrarme", ha dicho Lula al saberse ganador, "pero aquí estoy". 77 años, ocho como presidente, uno y medio de ellos en la cárcel, por un proceso de corrupción anulado después por falta de garantías. Lula ha vuelto al poder prometiendo lo mismo que la primera vez. Desayuno, comida y cena para todos los brasileños. Algunos seguidores de Bolsonaro han cortado carreteras en el interior del país. Un acto antisistema, en contra del resultado electoral. Alimentado por la actitud del todavía presidente: en silencio absoluto durante veinticuatro horas, sin reconocer su derrota ni llamar a su adversario.
-Redacción-