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El abuso de antibióticos en la ganadería amenaza la salud pública: "Las bacterias han evolucionado y son más resistentes"

La primicia publicada por este medio sobre las bacterias resistentes a los antibióticos en los pollos de Lidl ha reavivado el debate sobre el uso excesivo de los antibióticos en la industria cárnica.

Un veterinario prepara la medicación para los cerdos en una granja. Imagen de archivo.
Un veterinario prepara la medicación para los cerdos en una granja. Imagen de archivo. aleksandarlittlewolf / Freepik

La primicia publicada por este medio el lunes reveló que el 71% de las muestras analizadas de pollo de Lidl contienen bacterias resistentes a los antibióticos. Este hallazgo ha reavivado el debate sobre el abuso de los antibióticos en la ganadería industrial

Laura Rojo, experta en digestivo y microbiota y miembro del proyecto SWI (Small World Initiative) sobre resistencia a los antibióticos, advierte en declaraciones a Público que España está cada vez más cerca de una "era post-antibióticos". Según la experta, en este escenario, infecciones aparentemente menores, como una afección de garganta, podrían nuevamente causar enfermedades graves e incluso muertes. "Actualmente, el problema sería aún más serio porque las bacterias han evolucionado y son más resistentes", afirma.

Diversos estudios han advertido sobre las millones de muertes potenciales en caso de no implementar un control riguroso, tal como lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud (OMS). El principal problema del uso inadecuado de antibióticos son las llamadas superbacterias: bacterias que, tras repetidas exposiciones a diferentes antibióticos, han mutado y desarrollado resistencia a estos medicamentos. 

Laura Rojo insiste en que no debe cundir el pánico: "Hay que tomar decisiones más conscientes priorizando la salud"

Sin embargo, Rojo, como experta, insiste en que no debe cundir el pánico. En su lugar, insta a las personas a informarse adecuadamente y tomar decisiones más conscientes, priorizando la salud, según sus posibilidades económicas. Rojo sugiere reducir el consumo de carne y proteínas, reemplazándolos por más legumbres y verduras, siempre verificando el origen de los alimentos. "Es preferible consumir carne de ternera de calidad una vez a la semana o cada 15 días, en lugar de comer carne de baja calidad tres veces por semana", recomienda.

Falta de restricciones efectivas

Rojo critica el uso excesivo de antibióticos en los animales, destacando que "se administran incluso cuando no están enfermos". Expone que la legislación carece de restricciones efectivas para regular la frecuencia con la que se administran estos medicamentos a los animales.

"Durante su vida, los animales reciben numerosas dosis de distintos antibióticos", señala Rojo. Además, la experta señala que no se respetan los plazos de retiro de estos medicamentos. "Deberían administrarse un máximo de tres antibióticos por animal y ser estrictos con el tiempo para demostrar que no queda rastro de la infección", subraya. 

El doctor Rupert Ebner, veterinario y exvicepresidente de la Asociación Estatal de Veterinarios de Baviera (Alemania) señala que estas prácticas no solo aumentan el riesgo de resistencia a los antibióticos en las bacterias, sino que también plantean serias preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y el bienestar animal.

Rojo describe el proceso para detectar irregularidades en los animales y en los alimentos que producen. "Se toman muestras aleatorias de las carnes y, si se encuentra alguna bacteria en alguna de ellas, se paraliza la producción", explica.

"La falta de control en las granjas contribuye al surgimiento de bacterias que afectan la salud pública"

"El problema no radica tanto en los controles que se realizan a los animales, sino en la actual legislación, que no limita la utilización de estos medicamentos y permite su uso indiscriminado", subraya. Rojo advierte que la falta de control también está contribuyendo al surgimiento de otras bacterias que afectan la salud pública, como la salmonelosis y las diarreas frecuentes.

Para tranquilizar a la población, la experta en microbiota aclara que el problema no es el consumo de carne en sí, sino la necesidad de ser más conscientes del tipo de carne que consumimos y asegurarnos de que esté libre de antibióticos. No obstante, Rojo señala que la carne siempre contiene microorganismos. "La refrigeración y congelación ralentizan su crecimiento, pero es prácticamente imposible que algo esté completamente libre de microorganismos", expresa.

Respuesta de la ministra de Sanidad

Este martes, la ministra de Sanidad, Mónica García, se pronunció sobre el problema de las bacterias resistentes a los antibióticos, destacando que "es una cuestión global que ha sido abordada tanto por la Organización Mundial de la Salud como por organismos europeos".

No obstante, la ministra lanzó un mensaje de tranquilidad y destacó los esfuerzos de España para abordar esta cuestión, afirmando: "Hemos reducido el uso de antibióticos en animales en un 68% y en humanos en un 17%, y estamos trabajando en el plan de resistencia a los antimicrobianos 2025-2029".

Añadió que, por primera vez, el próximo Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos (PRAM) contará con una partida específica en los presupuestos generales del Estado. Asimismo, hizo un llamado al esfuerzo colectivo y advirtió que las bacterias resistentes a los antibióticos pueden generar serios problemas de salud pública.

De hecho, el último Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos 2020-2024 establece que en sanidad animal "se impone la necesidad de estar más cerca del campo y de fortalecer el diálogo con los diferentes sectores gracias a una nueva organización de los grupos de trabajo". Además, se estableció una red de laboratorios especializados como parte del Proyecto de Vigilancia de Bacterias Patógenas Clínicas y se recomendó analizar un número limitado de hospitales y clínicas veterinarias para evaluar el consumo real de antibióticos.

Deficientes condiciones de higiene en las granjas

Julia Elizalde, manager del Observatorio de Bienestar Animal (OBA) que ha participado en la campaña de investigación europea de los pollos de Lidl, advierte a Público que el hacinamiento de estos animales entre excrementos fomenta la propagación de patógenos. "El uso excesivo de antibióticos en los animales es un grave riesgo para la salud pública", subraya. "Urgimos a reducir la densidad de aves en las granjas", concluye.

Según la especialista en microbiota Laura Rojo, el estrés y las deficientes condiciones de higiene en las granjas incrementan las infecciones y la propagación de bacterias en los animales, resultando en una carne con una carga genética que, según la experta, puede transmitirse a los humanos.

Eduardo Costas, catedrático de Genética y experto en mecanismos de adaptación de microorganismos a contaminantes antropogénicos de la Universidad Complutense de Madrid, lamenta que "nuestra batalla contra las bacterias parece no tener fin". "Desarrollamos nuevos antibióticos, pero las bacterias acaban generando resistencia a ellos. El abuso en el uso de antibióticos acelera este proceso, volviéndose ineficaces rápidamente", dice.

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