El PP ha irrumpido de lleno en el debate acerca de la jornada laboral que el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales mantienen abierto en una mesa de diálogo social desde hace meses. Y su irrupción en este debate ha terminado por afectar, de alguna manera, a esta mesa.

Aunque el foro lleva bastante tiempo activo, los avances que se han producido son más bien escasos. Tanto desde el departamento dirigido por Yolanda Díaz como desde las organizaciones sindicales se ha señalado en varias ocasiones a la CEOE como la responsable de que el asunto de la reducción de la jornada laboral siga estancado a día de hoy.

Varias voces conocedoras de la negociación han apuntado que la patronal estaría planteando que reducir la jornada laboral por ley es una "injerencia" del Ejecutivo en la negociación colectiva, y que debería ser el diálogo entre trabajadores y empresarios el que determinara si se rebaja o no la jornada a 37,5 horas, como refleja el acuerdo de Gobierno rubricado entre el PSOE y Sumar.

De facto, esta propuesta supone invalidar las negociaciones que se han mantenido en la mesa de diálogo social durante estos meses, que no sólo abordan la reducción de la jornada, sino que también incluyen importantes modificaciones para combatir el fraude en el registro de la jornada, así como la articulación del denominado derecho a la desconexión.

La patronal ha mantenido, por lo tanto, un perfil bajo en lo que se refiere a este foro; de hecho, tanto Trabajo como CCOO y UGT han denunciado que los de Antonio Garamendi no han aportado ni un sólo papel ni propuesta durante este tiempo.

La "jornada de cuatro días" de Feijóo

Pero este perfil bajo ha sido interrumpido esta semana por el presidente del PP. Alberto Núñez Feijóo ha planteado una propuesta para avanzar hacia la denominada jornada de cuatro días, un sistema que algunas formaciones de izquierda llegaron a plantear durante la legislatura pasada.

Esta propuesta no se corresponde con una reducción de la jornada, como plantean los de Díaz y buscan los sindicatos, sino que consistiría, básicamente, en "flexibilizarla" para trabajar en cuatro días las mismas horas que en la actualidad se trabajan en cinco.

A su vez, esta fórmula no sería aplicable a todos los sectores ni a todos los trabajos; en cambio, Trabajo y las organizaciones sindicales plantean que la reducción a 37,5 horas sea una medida universal (por eso una de las últimas propuestas del Gobierno consiste en bonificar las cotizaciones de las nuevas contrataciones de las pequeñas empresas que necesiten más personal tras implementar la medida).

Aunque la propuesta de Feijóo no siga estrictamente la estela de la reducción de la jornada, su irrupción en el debate es clara, y ha descolocado a una patronal que llevaba tiempo manteniendo un perfil bajo tanto en la mesa de diálogo como fuera de ella.

Desde Sumar, por ejemplo, se calificaba esta semana de "buena noticia" que el líder del PP se abriera a modificar la jornada. "Cuando nosotros abrimos este debate se hicieron muchas burlas y se dijo que no se podía hacer lo de reducir la jornada sin reducir el salario. Pero hoy es un debate en el que ya está todo el mundo. Que el líder del PP entre en este debate es una buena noticia para todos", aseguró este miércoles el portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón.

Este jueves CCOO y UGT han celebrado la primera protesta para presionar a la CEOE para que acepte la reducción de la jornada en la mesa de diálogo. En total, se han concentrado ante la sede de la patronal en Madrid unas 2.500 personas, según fuentes sindicales. Las movilizaciones continuarán durante las próximas semanas, mientras el debate en la mesa sigue su curso.