Este artículo se publicó hace 8 años.
El 80% de los españoles respiró en 2016 aire contaminado con ozono por encima de los límites de la OMS
Ecologistas en Acción presenta un informe anual con los datos de este peligroso contaminante, que causa 1800 muertes prematuras cada año en España.
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MADRID.- Cuatro de cada cinco españoles, es decir, el 80% de la población, respiró en lo que llevamos de año aire contaminado por ozono por encima de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según se desprende del informe que ha elaborado Ecologistas en Acción con datos de 455 estaciones de medición repartidas por todo el territorio del Estado, este peligroso contaminante ha afectado entre enero y octubre a 37,3 millones de personas en un área de 464.000 kilómetros cuadrados en 2016.
Si se tienen en cuenta los límites legales establecidos por la regulación española y europea, mucho menos estrictos que los de la OMS, la población afectada se reduciría a un 22%, algo más de 10 millones de personas para quienes se está incumpliendo la legislación.
"El enfoque legal resulta injustificable desde un punto de vista social y ambiental, pues en definitiva permite que permanezcan dentro de los estándares legales todas aquellas zonas o regiones que no habrían cumplido el objetivo fijado con unos criterios adecuados de protección a la salud", señala el informe.
El ozono troposférico (O3) es el contaminante que afecta a más población en Europa y en nuestro país y uno de los que más preocupa en las instituciones europeas: según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el ozono causa, sólo en España, unas 1800 muertes prematuras cada año. Afecta especialmente a niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Por comunidades, las más afectadas han sido Madrid y Castilla-La Mancha, que superaron el límite legal en la práctica totalidad de sus territorios; pero también algunas zonas del interior de Catalunya, País Valenciano, Murcia, Aragón, el oeste de Baelares y áreas aisladas de Andalucía y Extremadura.
El ozono troposférico u ozono "malo" es un contaminante secundario, es decir, que no sale directamente de los tubos de escape o de las chimeneas de las fábricas, sino que se forma en la baja atmósfera por la reacción entre la luz solar y otros contaminantes precursores, derivados del tráfico, las grandes centrales termoeléctricas y algunas industrias. Pese a ser un contaminante que se forma en las áreas urbanas, su incidencia es mucho mayor en las zonas suburbanas y rurales, donde se han registrado los niveles más altos, sobre todo en primavera y verano. Por ello, cuando se producen picos altos de ozono, es más difícil de atajar que otros gases, como el dióxido de nitrógeno, que está ligado directamente al tráfico.
Juan Bárcena, coordinador de calidad del aire de Ecologistas en Acción, explica que se trata de un contaminante "muy complejo" y reconoce que aún "es necesario un mayor conocimiento científico" sobre su dinámica, pero denuncia que "eso no debe servir de excusa" para que no existan planes de calidad del aire. "La información por parte de las administraciones no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del problema", señalan los ecologistas.
El valor objetivo para la protección de la salud humana establecido en la normativa sobre ozono es de 120 microgramos por metro cúbico de aire, medidos en periodos de ocho horas, que no debe superarse más de 25 días al año. Entre 2014 y 2016 se incumplió la legislación en 41 de las 125 zonas atmosféricas en las que se divide España. Sin embargo, la mayoría de las comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Illes Balears, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Catalunya, País Valenciano, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra y País Vasco) no han elaborado ningún plan de mejora de calidad del aire para reducir la contaminación por ozono, como estipula la normativa. Ecologistas en Acción presentó una denuncia contra España ante la Comisión Europea por este motivo.
La organización denuncia, además, que hay tres comunidades (Extremadura, Galicia y País Vasco) que ni siquiera han avisado a la población cuando se han superado los umbrales.
"Las principales vías de actuación para reducirlo con la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad y la potenciación del transporte público", concluyen.
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