A lo largo de la historia, Barcelona ha sido testigo de grandes eventos deportivos. Este año, el Port de Barcelona se ha convertido por primera vez en el epicentro de la competición más prestigiosa de la náutica: la 37 edición de la Louis Vuitton America's Cup. Un evento que, a lo largo de los últimos meses, ha captado la atención de los amantes de la vela, el deporte, la tecnología y la innovación; y que ha finalizado con una memorable victoria del Emirates Team New Zealand.
Transformación del Port Vell
Desde que Barcelona fue designada como sede de la 37 Louis Vuitton America's Cup, el Port inicio su proceso de transformación para recibir a los equipos de la competición mas reconocida de vela a nivel global. Gracias a más de 136 millones de euros de inversión publicoprivada, traducidos en 25 proyectos concretos, el Port Vell ha podido modificar la fisonomía de la zona puerto-ciudad, dotándola de nuevos espacios y servicios para que la ciudadanía y los visitantes extranjeros pudieran disfrutar de estos durante la competición y también una vez finalizado el evento. Se trata de acciones de integración del puerto a la ciudad previstas desde hacía tiempo, las cuales se han visto aceleradas con la llegada de la America’s Cup.
Las 25 actuaciones se han llevado a cabo entre 2023 y 2024, y destacan algunas como la construcción de la rambla de la Nova Bocana, una nueva zona de paseo que culmina con el nuevo edificio Mirador; el traslado de la operativa marítima de los muelles Barcelona Nord y Drassanes al muelle Adossat; la rehabilitación del edificio histórico del Portal de la Pau o los tinglados del muelle Oriental; la remodelación de espacios de ocio privados como el Maremàgnum, que estrena el Time Out Market, una nueva zona de restauración, y el Club Natació Barcelona, que ha reformado y mejorado sus instalaciones; o la estrena del servicio del bus náutico, que conecta el muelle de Drassanes y el muelle de Llevant (y que en tres meses suma más de 125.000 viajes). Una transformación a muchos niveles, catalizada por la celebración de la Copa América de vela, que ambiciona hacer del Port Vell un referente local y global de puerto ciudadano abierto, diversificado, innovador y sostenible.
Sostenibilidad
En todo momento, para el Port de Barcelona, el hecho de minimizar el impacto medioambiental del evento ha sido una prioridad. Una de las condiciones del Port para acoger la 37 edición de la Louis Vuitton America's Cup, fue que todas las actuaciones y efectos de la operativa de los equipos participantes fueran tan respetuosas con la preservación del medio ambiente y del ecosistema marino como fuera posible.
Tanto es así, que el Port elaboró una guía de requisitos que los equipos han tenido que ir cumpliendo desde los meses previos a la competición hasta las semanas de las regatas finales: las prácticas sostenibles en la construcción de las bases y en las acciones rutinarias en estas; la instalación de un contador de agua en cada base y que todos los sistemas de agua en estas estuvieran equipados con dispositivos de ahorro que garantizaran la máxima eficiencia; la obligación de hacer un análisis de la huella de carbono para compensar las emisiones de CO₂ emitidas; la instalación de placas solares en por lo menos el 20% de la superficie de las cubiertas de las bases o la reutilización de todos los materiales posibles usados en anteriores ediciones de la America’s Cup. A su vez, el Port afirmó que no permitiría la conexión de los equipos a la red pública de agua potable, hecho por el cual cada uno de ellos tuvo que proponer una alternativa sostenible para tener acceso a agua potable.
Innovación náutica
La 37a Louis Vuitton America's Cup se ha consolidado como un escenario de vanguardia para la tecnología náutica. Con los barcos AC75 y los correspondientes hydrofoils, que les han permitido navegar a más de 100 km/h, la competición ha sido también un desfile de la tecnología náutica más puntera en aerodinámica e hidrodinámica. En esta misma línea, es importante destacar también los Chase Zero, embarcaciones propulsadas con hidrógeno, que han dado apoyo a los AC75 durante cada regata. Para poder dar servicio a estas embarcaciones, el Port de Barcelona puso en marcha hace unos meses un nuevo punto de suministro de hidrógeno en el muelle de Ponent, una plataforma de almacenamiento de hidrógeno -un camión tubular con botellas que tiene la capacidad de acumular casi 28.000 litros de hidrógeno- y un dispensador.
Mirando al futuro
Una vez finalizado el evento, podemos decir que para el Port ha supuesto mucho más que la celebración de una competición deportiva. Ha sido una oportunidad para demostrar su capacidad organizativa ante retos de importante envergadura, para reivindicar una infraestructura portuaria de primer nivel y para proyectar internacionalmente su versatilidad, adaptación e implicación; en ser un punto de encuentro que ha unido tradición e innovación, deporte y tecnología, sostenibilidad y competitividad, crecimiento y desarrollo.
Acoger la 37 edición de la Louis Vuitton America's Cup ha marcado un antes y un después en la historia del Port de Barcelona; ya que la competición se ha convertido en un potente catalizador para acelerar tres ejes clave para el Port: el fomento de la integración puerto-ciudad, su consolidación como referente internacional en el compromiso con la sostenibilidad y el refuerzo de su imagen como líder en el ámbito de la innovación náutica. Así pues, el evento ha dejado un legado fructífero y enriquecedor, y ha remarcado la situación del Port de Barcelona como anfitrión de celebraciones deportivas de prestigio, como pionero en protección y respeto medioambiental y como líder en tecnología marítima a nivel global.
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