Este artículo se publicó hace 3 años.
Una víctima de violencia machista entra en la cárcel por defenderse de su maltratador
La chica, de 23 años, le cortó con un cristal la mejilla a su exnovio cuando este se saltó la orden de alejamiento que tenía y la tiró al suelo dejándola indefensa. Ahora va a ingresar a prisión por legítima defensa.
Iván Zambrano
Madrid-Actualizado a
Han pasado las tres de la tarde y Loredana (23 años, residente en Madrid) no ha recibido la llamada que esperaba para evitar su ingreso en prisión. No le han dado la suspensión de la ejecución de la sentencia y en cualquier momento el juez podría pedirle a la Policía que se la lleven a la cárcel. Es el desenlace final de cómo una mujer víctima de violencia machista acaba condenada por una reacción en defensa propia.
La historia se remonta a marzo de 2017, cuando Loredana tenía 18 años y salía con un chico de su barrio tres años mayor que ella. La relación comenzó bien hasta que él empezó a a tomar el control de sus redes sociales —se las descargó en su propio móvil— y le prohibió vestir ropa "provocativa".
La víctima denunció la violencia física y la jueza impuso al chico una orden de alejamiento
El control que el chico ejercía sobre su novia era enfermizo. Llegó a pedirle a Loredana fotos con la cabeza en la mano —como prueba de que era real— incluso cuando esta se encontraba con su madre. Hasta que un día Loredana desbloqueó a su expareja de una red social y su actual novio se enteró.
Discutieron y el chico empezó a pegarle. Le partió el labio y le dejó morado el ojo y otras partes de la cara. También le propició golpes en otras partes del cuerpo como el costado y la ingle. Después de esta agresión, la víctima lo denunció y la jueza le impuso al chico una orden de alejamiento de 500 metros.
Seis días más tarde, cuando Loredana estaba de camino a casa de una amiga a pasar la noche, apareció él. Le pidió perdón y ella casi se lo cree, hasta que el chico recibió una llamada de otra chica. Loredana le echó entonces en cara que le estuviera mintiendo de nuevo y entonces el chico le dió una patada y la tiró al suelo.
Hirió con un cristal a su agresor para defenderse
Loredana no podía quitárselo de encima y cogió lo primero que alcanzó en el suelo: un trozo de cristal de un retrovisor. Con el cristal pudo defenderse, causándole a su agresor un corte de dos centímetros en la mejilla. Un amigo de él les separó y vino la Policía. Fueron a un juicio rápido y ninguno declaró. Él la denunció por la agresión con el cristal pero ambos acordaron días más tarde retirar sus respectivas denuncias.
El chico denunció la agresión con el cristal
Después de que Loredana retirara la orden de alejamiento, le llegó una notificación de juicio. Su expareja nunca retiró la denuncia por lo que dichas
diligencias continuaron hasta que finalmente fue condenada por delito de lesiones.
Loredana retiró su denuncia porque pensó que así "se acabaría todo"
En su defensa, existía una orden de alejamiento previa a la agresión, por lo tanto el suceso con el cristal debería estar catalogado como defensa propia. Pero el juez solo se centró en los hechos del día de la agresión con el cristal, violando el Convenio de Estambul, en el que se estable la continuación del procedimiento incluso cuando la víctima se retracta o retira la denuncia.
El juez no solo ignoró la existencia de una orden de alejamiento previa, sino que además cuestionó la versión de la chica e ignoró que ambos acordaron retirar sus denuncias para olvidar lo ocurrido:
"Es extraño que, de recibir patadas de un hombre joven y fuerte, como es el acusado , la acusada no presentara el menor vestigio de las mismas. Este argumento queda reforzado si a las patadasse agregan 'un fuerte puñetazo en la cara' y un 'arrastre' en la pura calle".
Fragmento de la Sentencia
El juez, al incurrir en que que no hubiera pruebas de que el chico incumpliera la orden de alejamiento, condenó a Loredana a 2 años y nueve meses de prisión.
El juez fue denunciado por acoso sexual
Investigado el historial del juez, Público ha encontrado una denuncia en la que se le acusa de acoso sexual a una médico forense y de acoso laboral a otra funcionaria del juzgado que presidía. La historia, contada en su momento (1999) por La Voz de Talavera, entre otros.
Recogía así entonces este medio la declaración de la supuesta víctima a la COPE sobre el supuesto acoso: "El juez, falseando la existencia de una contusión o una fractura en la costilla, se introdujo en la clínica médico-forense y se desnudó,
viendo yo cómo él tenía una erección".
La Voz de Talavera fue el único periódico que esquivó una condena del Tribunal Supremo —y que sí recibieron otros medios— a indemnizar al juez por "atentatoria contra su honor e intimidad", tras publicar la denuncia de la médico forense.
Se terminó el plazo para Loredana
A las tres de la tarde terminaba el plazo para que se aceptase la cancelación del ingreso a prisión que pidió posteriormente la defensa de Loredana. La víctima contaba las horas a la espera de una llamada que nunca llegó, aunque tenía claro que iba a entrar en prisión voluntariamente, según cuenta su psicóloga, Ana Isabel Gutiérrez.
"Le hemos falladado a Loredana como sociedad"
"A partir de las tres de la tarde el juez puede comunicar a la Policía que la vayan a buscar. Esto te deja en una tesitura de '¿Qué hago?, ¿voy a trabajar?, ¿aviso a mi jefe?, ¿y si la Policía me viene a buscar?'", comenta la psicóloga a Público, que dice que pedirán el indulto al Gobierno de España a través del Ministerio de Justicia.
El abogado de la víctima ha abierto una recogida de firmas para este indulto que, por ahora, es la última esperanza que le queda a Loredana. Su psicóloga, en cambio, reflexiona: "Le hemos falladado a Loredana como sociedad".
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