Veinte años del 11M y de las mentiras que inauguraron la era de negación de la verdad y los discursos de odio
La teoría de la conspiración sobre los atentados urdida por la derecha política y mediática de España fue el antecedente del uso de las 'fake news' como herramienta electoral.
A Coruña--Actualizado a
Las elecciones generales del 14 de marzo de 2004 fueron las últimas en las que Eva Girón no votó. Desde entonces lo ha hecho siempre, pero aquel día no pudo. Estaba rota. Su pareja, Carlos Soto, había muerto sólo tres días antes en los atentados del 11M.
Eva tenía entonces 35 años, una hija de cuatro meses y otros dos hijos, de siete y de cuatro años, que querían a Carlos como a un padre. Han pasado ya dos décadas de aquello y el sufrimiento para ellos no pasa ni, probablemente, pasará. "Lo que no me imaginaba es que iba a haber toda esa falta de empatía con las víctimas, todo ese dolor gratuito añadido", relata.
Seis años después de la muerte de Carlos, en la primavera de 2010, Eva acudió a una concentración de afectadas frente al Congreso el día en que José María Aznar, el expresidente del Gobierno, iba a declarar en la comisión de investigación del 11M. "Recuerdo a un hombre mayor gritándonos: ¡Meteos a vuestros muertos por el culo!. Fue horrible ver esa reacción de odio hacia las víctimas".
Las mentiras del Gobierno de Aznar en los días que transcurrieron entre los atentados y las elecciones y, sobre todo, el falso relato construido a su alrededor por el PP y por los medios de la derecha y la ultraderecha para deslegitimar al Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que las había ganado, fueron uno de los primeros ejemplos en este siglo del uso de los discursos del odio y el negacionismo como arma electoral.
"Todo empezó el 11M"
"Luego vinieron las fake news, los antivacunas, los negacionistas de la covid, del cambio climático, de la violencia de género... Todo eso empezó el 11M", explica Eva.
La teoría de la conspiración, que llegó incluso a vincular al PSOE con la preparación de los atentados, fue urdida mucho antes de que el ex primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson; el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladimir Putin, fueran señalados por alentar la manipulación y el uso continuado de bulos en las redes sociales con fines políticos similares.
También fue anterior al auge en España de grupos como Hazte Oír y Abogados Cristianos, ambos vinculados a Vox y difusores habituales de insidias contra partidos de izquierda y contra personajes públicos y particulares vinculados al activismo social o las ideologías progresistas.
La teoría de la conspiración es su antecedente, según asegura Víctor Sampedro, catedrático de Comunicación Política y Opinión Pública en la Universidad Juan Carlos I y autor de Voces del 11M. Víctimas de la Mentira (Planeta, 2024).
Pseudocracia
"Lo que anunció el 11M fue una hidra que nos afecta ahora. Vivimos en una pseudocracia en la que parece que quien va a gobernar es quien mejor miente", explica. Y advierte de que, a diferencia de entonces, quienes extienden bulos para intoxicar a la ciudadanía cuentan ahora con la universalización de las redes sociales.
"Las manifestaciones frente a la sede del PP tras los atentados del 11M se convocaron por SMS ["Pásalo,!" decían aquellos mensajes cortos] porque ni siquiera existía WhatsApp". Lo que las diferenciaría de las de la ultraderecha el pasado otoño frente a Ferraz [la sede del PSOE], según Sampedro, es que si las primeras fueron "un acto de empoderamiento social, en el que el tejido social combatía la desinformación", las segundas tienen su origen en la normalización "de la deslegitimación, la deshumanización y el odio al rival político".
Todo lo que hoy conocemos como la 'fachosfera' o la 'alt-right' viene del 11M"
"Todo lo que hoy conocemos como la fachosfera o la alt-right [la alternative right o derecha alternativa, el movimiento de ultraderecha del supremacismo blanco] viene de ahí. Y España fue pionera con los Peones Negros, que se pusieron en marcha mucho antes del Tea Party y de QAnon", opina Sampedro.
Los Peones Negros fueron un grupo de supuestos investigadores civiles reunidos en torno a un blog creado por el periodista Luis del Pino, que se retroalimentaban a base de falsas noticias sobre la autoría de los atentados y la instrucción policial y judicial, nutriendo a su vez de opinantes y lectores a los medios que seguían esa línea editorial conspiranoica o conspiradora, según se mire: la Cope de monseñor Rouco Varela, El Mundo de Pedro J. Ramírez, la Libertad Digital de Federico Jiménez Losantos...
Aquellas voces contribuyeron a crear ese estado de opinión que legitimaba a cualquiera para vomitar insensateces -"¡Meteos a vuestros muertos por el culo!"- contra quienes no daban pábulo a la teoría de la conspiración. Especialmente contra las propias víctimas, contra las que incluso se alentaron actos violentos.
La entonces presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón, tuvo que llevar escolta varios años porque la Policía consideró creíbles las amenazas de muerte que recibía, impulsadas por el odio hacia ella que difundían a diario los conspiradores.
"Los rumores y la falta de información creíble generan un intenso malestar, ansiedad e ira entre las víctimas"
Esa campaña de mentiras ancladas en cabeceras, emisoras y plataformas supuestamente fidedignas logró también marcar el proceso judicial y la vista oral que se llevó a cabo en 2007. El magistrado presidente y ponente de la sentencia, Javier Gómez Bermúdez, admitió en una entrevista para un documental sobre el 11M, emitido el pasado lunes en TVE, que le preocupaba que el tribunal no fuera percibido como lo suficientemente "conservador", incluido él mismo. Porque si no, tal y como estaban las cosas, esos medios negarían que tuviera siquiera apariencia de imparcialidad.
La Justicia acabó condenando a 21 de los 28 acusados que se sentaron en el banquillo -sin contar a los ocho terroristas que se suicidaron en Leganés- a decenas de miles de años de cárcel. "Fue un juicio ejemplar en Europa", dice Eva Girón.
Contra la mentira
Los expertos en atención psicológica a las víctimas de actos terroristas consideran que la primera necesidad en el tratamiento de éstas es, precisamente, la información veraz. "Los rumores y la falta de información creíble y precisa suelen ser factores que generan un intenso malestar, ansiedad e ira entre las personas afectadas", explica la Guía para una atención de calidad a las víctimas del terrorismo editada en 2019 por el Ministerio del Interior y el Consejo General de la Psicología de España.
Eva asegura que pese a todos los tratamientos el dolor nunca pasa, que ella ya está cansada de "hacer pedagogía" con quienes siguen sosteniendo que la teoría de la conspiración tiene algún fundamento. Y advierte de que el uso y la difusión de bulos y mentiras como arma electoral "será cada vez más radical" en España. Porque quienes las emplearon durante y después del 11M son los mismos que siguen empleándolas ahora. Por eso, dice, desde 2004 nunca ha dejado de ir a votar.
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