Este artículo se publicó hace 2 años.
La Transición en el poder mediático también fue incompleta
Manu Levin
El poder mediático en España ha sido el gran constructor del relato oficial sobre la Constitución del 78, sobre la Transición incompleta y sobre la monarquía: en los medios mainstream han estado, como hemos dicho en alguna ocasión, los grandes "intelectuales orgánicos" del régimen del 78. Cabe destacar la mítica serie documental que se emitió entre julio y octubre de 1995 en TVE: "La Transición Española", que dirigió Victoria Prego, gran demócrata, periodista de raza, presidenta durante años de la ecuánime APM y ocultadora durante décadas de la confesión de Adolfo Suárez sobre su maniobra para evitar un referéndum sobre la monarquía.
Se trata de un documental de varios capítulos sobre la etapa de la historia de España que va desde el asesinato de Carrero Blanco en 1973 hasta la victoria de Adolfo Suárez en las elecciones de 1977; y construye el que es el relato oficial sobre la Transición. Creo que merece la pena volver a verlo en días como estos, en los que ese relato oficial vuelve a inundar todos los medios de comunicación.
Hay dos ingredientes clave del cuento que nos siguen contando en este país cada 6 de diciembre: la teoría de los dos demonios enunciada explícitamente, y la "reconciliación" basada en el olvido, en la impunidad y en la aceptación del heredero de Franco como Jefe del Estado para que en España se pudiera volver a votar. Y quien enuncia esto es Victoria Prego.
Por eso decimos que el poder mediático ha sido el verdadero dispositivo para crear e instalar ese relato oficial que sigue vigente. Y que es un poder mediático, y esto es lo segundo que quería contaros este lunes, en el que la Transición también ha sido, en el mejor de los casos, una transición incompleta. Y os pongo dos ejemplos muy claros.
Uno es el de la propia Victoria Prego. La persona encargada de narrar la Transición en aquel documental, y que en democracia ha sido nada menos que Presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (es decir, la cabeza de la principal asociación corporativa del periodismo en España), viene, como tantos otros, directamente de la prensa de la dictadura: trabajó en El Alcázar, diario franquista donde los haya. Trabajó en Informaciones, un periódico que durante la Segunda República fue financiado directamente por el Tercer Reich alemán y tenía una línea abiertamente filonazi y antisemita (según el historiador Alejandro Pizarroso, Informaciones era «el portavoz de la embajada alemana en la prensa española» ). (Más tarde, a finales de los 60, Informaciones pasó a manos del banquero Emilio Botín y fue considerado uno de los diarios precursores de la Transición hasta su cierre en 1983).
De ahí viene Victoria Prego. Y su papel en democracia, desde medios de derechas como El Mundo, la COPE o El Independiente, y también como presidenta de la APM, ya lo conocemos bien y digamos que es de todo menos progresista y democrático; ahí están todos los comunicados de la APM atacando permanentemente a Podemos y a la izquierda.
Los mismos apellidos que narraron el franquismo trabajando para ese régimen, narraron después la Transición (e hicieron SU relato, lógicamente) y en muchos casos han seguido o siguen narrando también la etapa democrática. Otro ejemplo muy evidente de esto es el de Juan Luis Cebrián, fundador del diario El País.
Ya su padre, Vicente Cebrián, había sido un alto cargo de la prensa del régimen franquista: dirigió el diario Arriba, órgano de la Falange. Y él, Juan Luis Cebrián, fue subdirector de Informaciones , fue también redactor jefe en Pueblo, otro diario falangista, y en 1974 fue nombrado nada menos que jefe de informativos de Televisión Española por el último gobierno franquista. Una vez muerto Franco, Cebrián fue el primer director del diario El País.
Willy Toledo, en el plató de Al Rojo Vivo, discutiendo con la periodista, Nativel Preciado, puso de manifiesto que, en el poder mediático español, tampoco hubo ruptura con la dictadura: hubo, en el mejor de los casos, una transición incompleta. Por eso tanto el fundador de El País como la que era presidenta de la APM provienen directamente de la prensa de la dictadura. Y cuando son esas figuras las autoras del relato de apología de la Transición y de la democracia plena española, como mínimo uno tiene que dudar de ese relato, ¿no os parece?
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