Dos escaños y 19.738 votos. Sumar y Vox acudieron a las elecciones generales del 23 de julio en la pugna por una tercera posición que ha terminado en el bolsillo del partido de Santiago Abascal. Poco más de 20.000 papeletas han decidido quién se llevaba ese premio, aunque una vez conocida la aritmética, tiene más de simbólico, que de decisivo. Sin embargo, Vox no ha ganado la partida a Sumar en toda la geografía. La formación de Yolanda Díaz se ha impuesto en votos en ocho autonomías y, en otras dos, ha empatado en escaños con Vox.

En un contexto multipartidista como el actual, los colores que se sitúan debajo del manto azul que cubre la península tras las elecciones son casi tan importantes como el primero. Por eso no es trivial que Sumar y Vox se encuentren prácticamente en un empate técnico: 3.033.744 votos logró el partido de extrema derecha y 3.014.006, el de Díaz.

Por ello, la importancia reside en que ambos han logrado un grueso de votos que les permite jugar al juego político, independientemente de quién haya quedado primero o segundo. De hecho, la aritmética permitirá, a todas luces, ser decisivo a Sumar y no a Vox. En términos comparativos con 2019, el partido de Abascal ha perdido 19 escaños en el batacazo electoral más drástico de la jornada.

La photo finish del 23J sitúa a Vox como tercera preferencia de los españoles, pero en un segundo nivel de análisis, en este caso por CCAA, el mapa de esa tercera posición está mucho más dividido. En ocho autonomías —Catalunya, Euskadi, Comunidad Foral de Navarra, Galicia, Principado de Asturias, Illes Balears, Canarias y Comunidad de Madrid—, Sumar supera a Vox; en seis de ellas es tercera fuerza; en un caso, Catalunya, ocupa la segunda posición y en otro, Euskadi, la quinta.

Es la práctica totalidad del norte peninsular incluyendo Catalunya y con la excepción de Cantabria y La Rioja. En los dos archipiélagos, Yolanda Díaz también ha logrado ser tercera fuerza. El dibujo lo completa la Comunidad de Madrid. En otras dos autonomías, Aragón y La Rioja, la formación de Abascal gana en votos, pero hay empate en escaños. En la primera de ellas, a uno y, en la segunda, a cero.

En las otras siete CCAA —Andalucía, Extremadura, Región de Murcia, Castilla-La Mancha, Aragón y Castilla y León y Cantabria—, Vox ganó tanto en escaños, como en votos. También en Ceuta y Melilla. En las dos ciudades autónomas, la formación de Santiago Abascal se impuso con mucha holgura. También en Región de Murcia y las dos castillas.

Fuerte en las grandes ciudades

El comportamiento electoral de Sumar es muy robusto en las grandes urbes. Es tercera fuerza en Madrid, Valencia o Sevilla (detrás de PP y PSOE), segunda en Barcelona y cuarta en Zaragoza a solo 218 votos de Vox. No obstante, es un dato que no implica que su buen resultado en las ocho comunidades antes citadas tenga que ver únicamente con el impacto de las grandes ciudades.

Los datos muestran que de todas las circunscripciones electorales que comprenden esas ocho autonomías, Sumar solo quedó por detrás de Vox en Las Palmas. En el resto —Barcelona, Lleida, Girona, Tarragona, Vigo, A Coruña, Ourense, Pontevedra, Asturias, Álava, Gipúzcoa, Vizcaya, Madrid, Navarra y Santa Cruz de Tenerife—, quedó por delante.

Por su parte, Vox ha demostrado fortaleza, aunque con signos de cansancio, en los territorios de la España Vaciada. En Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León o Aragón, la formación de extrema derecha ha colocado en su vitrina el trofro del tercer puesto. Sin embargo, en Castilla y León se ha dejado cinco escaños con respecto al 2019 y en las cuatro autonomías ha obtenido menos votos que en los últimos comicios.