Sumar no logra resolver la difícil convivencia del grupo parlamentario a la espera de un Gobierno

La convivencia de la quincena de formaciones que constituyen el espacio electoral de Sumar en un mismo espacio era ya una preocupación incluso antes de que se cerrara el acuerdo para las generales del 23J. Las diferencias y matices entre todas las organizaciones anticipaban la necesidad de establecer espacios claros de coordinación y mecanismos para cohesionar y acordar posiciones.

Si el funcionamiento del grupo parlamentario del Congreso de los Diputados es un ensayo o una primera muestra de esa convivencia, de momento el camino por recorrer parece largo.

Desde la constitución de las Cortes, el denominado grupo plurinacional ha sufrido una serie de tensiones que, al menos de momento, no están resueltas. De fondo existen diferencias políticas entre las distintas organizaciones de una alianza que no ha ido más allá de lo electoral.

La intención de Sumar y de otras formaciones es la de evolucionar este bloque para consolidarlo, pero tampoco hay acuerdo ni unanimidad sobre cuál es la fórmula correcta para hacerlo. Además, también de fondo, hay todavía cierto malestar entre algunas formaciones (sobre todo Podemos) por cómo se confeccionaron las listas electorales y por la exclusión de dirigentes como la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero.

Más allá del contexto, el grupo ha vivido sus propias tensiones al margen de las diferentes perspectivas sobre la reorganización de la izquierda o de la configuración de las listas electorales del 23J. El primero se dio a la hora de abordar el reparto de las portavocías del grupo.

La polémica del reparto de las portavocías

Las principales formaciones de la coalición, Podemos, Izquierda Unida y Más Madrid, se quedaron sin ninguna portavocía, y expresaron su malestar de diferentes maneras (los de Ione Belarra lo denunciaron públicamente, mientras que IU lo incluyó en un documento interno debatido y aprobado por su Colegiada Federal en el que se analizaban las perspectivas poselectorales).

La constitución de la dirección del grupo parlamentario, en la que Sumar integró a todas las fuerzas, tampoco cerró la brecha provocada por el reparto de portavocías, que se arrastró durante semanas. Tras este tenso comienzo, se celebraron los dos plenos más importantes en el poco tiempo que va de legislatura: el que aprobó el uso de las lenguas cooficiales en todos los ámbitos del Congreso y la sesión de investidura fallida del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

En el primer debate sólo intervino la portavoz del grupo, Marta Lois (que expresó algunas partes de su intervención en gallego), lo que no gustó a formaciones territoriales de regiones con lengua propia, como Compromís o CHA.

En la sesión de investidura, además de Lois pudieron intervenir el portavoz de Izquierda Unida en el Congreso y secretario general del PCE, Enrique Santiago, y la portavoz adjunta del grupo y diputada de En Comú Podem, Aina Vidal.

Desde Sumar trasladan que las tensiones que ha habido en los últimos dos meses en el grupo se deben, en parte, a que todavía se están afinando los mecanismos de coordinación internos. Está por definir, por ejemplo, el reparto de las portavocías y de los cargos de las comisiones parlamentarias, que se constituirán cuando se forme Gobierno y se establezca una estructura ministerial.

Aprobación de un reglamento interno

En las últimas semanas se han producido varias reuniones de la dirección del grupo parlamentario, y también una reunión del grupo en su conjunto. En estos encuentros se ha tratado de planificar la agenda política de los próximos meses y coordinar la acción del bloque político de Sumar en el Congreso.

También está pendiente la aprobación de un reglamento interno que fije las normas de convivencia del grupo y establezca elementos como el reparto de las intervenciones para evitar choques como los que se dieron en el debate de las lenguas cooficiales o en la investidura fallida de Feijóo. Todas estas cuestiones se resolverán, trasladan desde el grupo, cuando se conforme un Gobierno.