La nueva propuesta de ERTE permanentes presentada por el Gobierno en la mesa de negociación que aborda la reforma laboral no gusta ni a las patronales ni a los sindicatos. El Ejecutivo ha planteado una nueva fórmula (en la que ya han trabajado los ministerios de Inclusión y Seguridad Social, y de Economía, recién incorporados a la mesa de diálogo) que, entre otras medidas, establece un mecanismo de "portabilidad" de trabajadores entre empresas con el fin de evitar despidos.

Sin embargo, esta fórmula no ha gustado a los agentes sociales, y así se lo han trasladado al Ejecutivo en la reunión de la mesa de diálogo social que aborda la modernización del mercado laboral celebrada este miércoles. Hasta esta reunión, el Ejecutivo, las patronales y los sindicatos habían trabajado en base a una propuesta del Ministerio de Trabajo para crear un Mecanismo de Sostenibilidad en el Empleo (MSE) con el que convertir en permanentes los ERTE de la pandemia.

Entre otras medidas, este MSE recogía la reducción de la jornada laboral como fórmula para evitar despidos, o la creación de un fondo nutrido de los excedentes del paro, de multas a empresas que hacen expedientes de regulación de empleo (ERE) y de los fondos europeos, al que se podían acoger los negocios en determinadas situaciones.

Esta era la propuesta que se venía trabajando en el diálogo social, aunque todavía no había un acuerdo definitivo y ya se habían producido importantes modificaciones en el texto original. Sin embargo, este martes se conoció que, tras la incorporación de la Vicepresidencia Económica y del Ministerio de Seguridad Social a la mesa de diálogo, el Ejecutivo iba a presentar una nueva propuesta.

El MSE propuesto en un principio sería sustituido por el Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo, una fórmula que ya cuenta con las aportaciones de los dos nuevos departamentos que forman parte de esta mesa de diálogo. El RED viene a desplegar, a grandes rasgos, tres tipos de ERTE en función de las circunstancias.

Un ERTE para situaciones sobrevenidas y excepcionales, como la de la pandemia del coronavirus, que básicamente replica el modelo de ERTE actual; un ERTE de reestructuración para reubicar a trabajadores entre empresas (como alternativa al despido); y otro ERTE distinto para reestructurar sectores enteros.

Una fórmula "muy compleja"

Tanto las patronales como los sindicatos han mostrado sus dudas con este mecanismo RED, una fórmula que consideran "muy compleja" y hasta "farragosa". En los denominados ERTE de reestructuración, por ejemplo, la empresa de la que sale el trabajador debe pagar un 50% del coste de su "despido" al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), pese a que, en teoría, no se trata de un despido, sino de una reubicación en otra empresa.

Además, no estaría garantizado, apuntan fuentes del diálogo social, que los trabajadores reubicados conservan todas las condiciones y la antigüedad que mantenían en la empresa de origen. Por todo ello, aunque la propuesta sigue encima de la mesa y se continuará negociando, la primera reacción de patronales y sindicatos ha sido de rechazo. De hecho, fuentes sindicales han avisado de que esta última propuesta "pone en riesgo un acuerdo de la mesa de negociación".

En la reunión de este miércoles también se habría producido algún reproche cruzado por la falta de discreción con la que se ha abordado esta última propuesta. Aunque en muchas ocasiones se trasladan a la opinión pública y a los medios algunas cuestiones tratadas en la mesa de negociación, en esta ocasión el borrador que contenía el denominado mecanismo RED se filtró incluso antes de que llegara de manera formal al diálogo social, una situación que ha molestado a alguno de los interlocutores.