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Semana negra en Vox con síntomas de descomposición interna

En los territorios afloran problemas y Abascal le ha quitado a Ortega Smith el control de la orgánica del partido. En la provincia de Badajoz todos los miembros de la dirección renunciaron a sus cargos el pasado martes.

Santiago Abascal
El diputado de VOX en el Congreso, Javier Ortega Smith (arriba), y el líder de VOX, Santiago Abascal, durante un pleno en el Congreso de los Diputados. EFE/ Chema Moya

Dicen en el PSOE y en el PP que lo que le está pasando a Vox es "que se ha hecho mayor", queriendo decir con esto que las crisis internas forman parte de la vida adulta de los partidos políticos. La de Vox estaba cocinándose y solo hizo falta un traspiés electoral, el fracaso en Andalucía, para hacerla visible. Si había alguna duda, los acontecimientos de la última semana la han despejado. 

Santiago Abascal ha revestido con un cargo de vicepresidente el castigo a su número dos, Javier Ortega Smith, al que ha quitado el control orgánico del partido el mismo día en el que la dirección de Vox en Badajoz dimitía en bloque. Aunque lo intenten, no pueden ocultar los síntomas de descomposición tras la salida en dos fases de Macarena Olona, que ahora se deja querer por los críticos allanando el terreno para liderar una nueva formación con los mismos postulados ultraderechistas.

Que el ruido generado por Olona en las últimas semanas ha impacto en Bambú, sede de Vox, es un hecho. Pero la exportavoz parlamentaria y excandidata a la Junta de Andalucía no es el único problema de Abascal: la disciplina interna que había forjado gracias a la mano dura de Ortega Smith se resquebraja y han aflorado conflictos en los territorios. El más grave, por sus posibles consecuencias jurídicas, es el de la provincia de Badajoz, donde todos los miembros de la dirección renunciaron a sus cargos el pasado martes.

Una denuncia por espionaje

Tal y como ha contado el diario El Español, un juzgado de Badajoz investiga la denuncia de cuatro militantes a uno de los miembros de la dirección provincial de Vox, recién dimitido, por espiar a afiliados del partido a través de las bases de datos de la Dirección General de la Policía. 

No es el primer ni el único escándalo de la formación ultraderechista en esta provincia. En abril de 2021, ocho integrantes de Vox en Extremadura, entre ellos el candidato a la Junta, abandonaron el partido asegurando que era "antidemocrático, sin principios y anticonstitucional" y que se sometía a los afiliados "a técnicas totalitarias, exentas de las mínimas garantías legales exigidas por la ley". Resumieron así su paso por la vida interna de Vox: "Con Ortega Smith al mando, o estas de parte de Organización y acatas lo que se te diga, o estas fuera".

Pero el ex número dos de la formación, entonces todopoderoso, consiguió aplacar a los críticos durante más de un año. Hasta que a ellos se sumó Macarena Olona. "Escucho que falta democracia interna y hay trato sin respeto dentro de Vox", aseguró en una entrevista en el diario ABC el pasado 22 de septiembre. Sin atreverse a pronunciar su nombre, Olona estaba señalando a Ortega Smith, cuyas discrepancias internas siempre han formado parte de la explicación que se daba a la abrupta salida de la abogada del Estado.

Y Abascal movió ficha dos semanas después quitando a Ortega Smith de la fontanería del partido para colocarle como candidato a la alcaldía de Madrid y darle una vicepresidencia más en el partido (con la suya serán tres). El argumento oficial es que disputarle el puesto a Martínez Almeida requiere un tiempo y dedicación que no puede compaginar con el cargo de secretario general, pero la lectura interna es que Abascal ya no le confía la organización de Vox. Este cargo lo ocupará ahora Ignacio Garriga, portavoz en el Parlamento de Catalunya.

El experimento de Olona

Los ultraderechistas cierran filas para evitar el desangre y el grupo parlamentario se suma en bloque al argumentario de Bambú. Pero buena prueba de que en la decisión de Abascal hay letra pequeña es la reacción de Olona, que tardó escasos minutos en trasladarle, vía Twitter, su "agradecimiento" a Ortega Smith junto a una imagen en la que se lee el siguiente titular: Abascal retira a Ortega Smith del control de Vox tras ser señalado por Olona.

El sarcasmo es evidente. Precisamente esa misma mañana, horas antes de que Vox hiciese públicos los cambios con respecto a Ortega, el ex secretario general también había hablado de Olona, y de la posibilidad de que lidere un nuevo partido para competir con Vox, en esRadio. "Podemos perder algunos diputados, uno o dos", aseguró. 

Olona no solo cuenta con el respaldo de los militantes críticos con la dirección nacional, sino que tiene el apoyo de formaciones ultracatólicas como Hazte Oír, cuyo presidente, Ignacio Arsuaga, reivindica su figura y le pide que "no deje de ser el azote de la izquierda". La abogada del Estado ha dicho que tiene la financiación para formar un nuevo partido político pero que no es el momento. 

Festival ultraderechista 

Con todo, Vox celebrará este fin de semana en Madrid la segunda edición de su festival Viva. Un macroevento de dos días, sábado y domingo, en el espacio Mad Cool con temática histórica y actuaciones en directo. Uno de los invitados será el rapero Santaflow, que en su canción La locura está en mí canta esto: "Quiero pegar al mariconazo de Jorge Javier". El presentador ha pedido al partido de ultraderecha que "tome las medidas oportunas" contra este discurso de odio. Al cierre de esta información no ha habido ningún cambio en el cartel.

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