Sánchez habla de sorpresa entre los líderes europeos por la involución en derechos en España
"Una cosa es pactar con partidos políticos para ganar derechos y otra para recortar. Se está produciendo un recorte obsceno de los derechos a cambio de votos", ha advertido desde Bruselas el presidente del Gobierno.
María G. Zornoza
Bruselas--Actualizado a
"He de reconocer que hay distintos líderes que se han mostrado sorprendidos y contrariados con la involución de ciertos debates en los que España había sido referente y ejemplo hasta el 28 de mayo. Ahora lamentablemente estamos siendo un contraejemplo". Así de contundente se ha mostrado Pedro Sánchez al final de la doble jornada del Consejo Europeo celebrado en Bruselas.
En una rueda de prensa celebrada poco antes de marchar hacia la capital ucraniana de Kiev para inaugurar la Presidencia rotatoria del Consejo, Sánchez ha advertido de que en política no todo vale.
"Quitar banderas es quitar derechos y merece el reproche más rotundo", ha criticado
"Una cosa es pactar con partidos políticos para ganar derechos y otra para recortar. Se está produciendo un recorte obsceno de los derechos a cambio de votos. Quitar banderas es quitar derechos y merece el reproche más rotundo", ha asegurado.
Sánchez se ha referido así a los recientes pactos del PP con Vox que están dejando ya prohibiciones de manifestaciones contra la violencia de género, minutos de silencios por las víctimas de violencia machista no respetados o retirada de las banderas LGTBI+ en ayuntamientos y edificios públicos.
Entre PP y Vox o PSOE y Sumar
Según el inquilino de La Moncloa, lo que está en juego en las próximas elecciones del 23 de julio es algo binario: un nuevo Gobierno de la derecha y la extrema derecha o la continuidad de uno progresista integrado por el PSOE y Sumar. "Lo que ha pasado en Extremadura revela lo que ya sabíamos: donde den los números para que Vox y PP gobiernen, lo harán. Y a la vista de los últimos acuerdos eso supondrá un retroceso para los territorios y en consecuencia para España", ha asegurado.
Sin embargo, el presidente del Gobierno ha evitado responder a la pregunta de cómo casa ese discurso sobre la protección de los derechos humanos y universales con los recientes acuerdos migratorios que la UE está rubricando con Estados fallidos como Libia –donde se han llegado a vender personas–, o con Marruecos, Turquía y Túnez, implacables con cualquier crítica.
Sánchez se ha escudado en que no conocía los detalles del último pacto anunciado por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que planea otorgar 1.000 millones de euros a Túnez a cambio de que frene la salida de inmigrantes hacia Europa.
El país magrebí era la única esperanza de la Primavera Árabe, pero el actual presidente, Kais Saied, que gobierna a golpe de decreto tras disolver el Parlamento, está ejecutando una purga sin piedad contra periodistas, jueces y opositores. "Si no hablamos con nadie que sea estrictamente respetuoso con los derechos humanos, casi no hablaríamos con nadie", justificaban recientemente fuentes diplomáticas.
A los mandos de la UE
España asume el próximo sábado su quinta Presidencia rotatoria del Consejo de la UE. La última fue en 2010 y la siguiente no será antes de 2035. El reto llega en un momento de alto voltaje, tanto a nivel nacional como europeo. 22 días después, el país celebrará unas elecciones que pueden dejar un cambio de Gobierno en La Moncloa.
Nunca una Presidencia del Consejo ha arrancado en un país en el que están cayendo las bombas
En Bruselas miran con expectación el desarrollo de la campaña, de la jornada electoral y de la formación de Gobierno porque todo ello tendrá un impacto directo en el bautizado como semestre dorado, ya que es el último completo antes de las elecciones europeas.
El riesgo es que los españoles estén demasiado distraídos en sus asuntos internos como para poner la energía necesaria en sacar adelante todas las legislaciones pendientes. Los comicios europeos de junio anticipan ya un nuevo viraje hacia la derecha en el arco parlamentario, una tendencia que se ha ido consolidando en los últimos meses en Finlandia, Suecia, Dinamarca o Grecia.
En ese contexto, aprobar legislaciones como el Pacto de Migración y Asilo o la primera directiva contra la violencia de género será mucho más complicado.
La guerra de Ucrania será una de las prioridades de Madrid. De hecho, Sánchez inaugurará esta andadura el sábado desde Kiev. Un paso simbólico e inédito. Nunca una Presidencia del Consejo ha arrancado en un país en el que están cayendo las bombas.
Secuestro del tándem iliberal
Todos estos anuncios y declaraciones se han producido en el marco de la cumbre europea de junio. Una cita que ha tenido su patata caliente en torno a la cuestión migratoria. Polonia y Hungría han bloqueado las conclusiones migratorias. Ni diez horas de debate ni la mediación de su aliada, la también ultra Giorgia Meloni, han sido suficientes para deshacer el nudo. Varsovia y Budapest aterrizaron en Bruselas con la intención de no ceder ni un centímetro. Y han consumado su plan.
La UE ha sido incapaz de sacar adelante las conclusiones sobre migración. Este formato precisa del visto bueno de los 27. Los de Orbán y Morawiecki no pudieron evitar la aprobación del reciente acuerdo sobre migración por el cual se obliga a los Estados o a reubicar a solicitantes de asilo o pagar una compensación económica si se niegan. A comienzos de este mes, los ministros de Interior europeo dieron la fumata blanca a través de mayoría cualificada, con la oposición del tándem iliberal, que este jueves y viernes se ha tomado la revancha.
Tímidos avances en migración y asilo
"Lo sorprendente", según ha reconocido el propio Sánchez, es que la rabieta del Este obedecía sobre todo una cuestión de marcar el paso. Las conclusiones que han bloqueado sendos países eran dos párrafos, entre asépticos y de mano dura, mediante los cuales la UE se conjuraba para continuar luchando contra los traficantes de personas y en los que lamentaba la última tragedia en el Mediterráneo.
En su lugar, y para maquillar el fracaso, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ha publicado un texto en el que expresa que la migración es "desafío europeo" que requiere una "solución europea". En el mismo recoge las inquietudes de Hungría y Polonia: "Las medias de solidaridad deben ser voluntarias y en ningún caso suponer un efecto llamada para la inmigración irregular".
El Pacto de Asilo y Migración encajó hace unas semanas el primer avance en casi ocho años. Pero el eterno dilema y la división insalvable continúa siendo la misma que hace una década. La responsabilidad que ejercen los países de primera línea y la solidaridad que demandan al resto de socios comunitarios no se terminan de encontrar.
El bloqueo de hoy sobre reparto y cuotas invoca a los fantasmas de lo ocurrido en 2016, durante la bautizada como crisis refugiados. Cerrar el Pacto de Asilo y Migración es uno de los grandes desafíos de la Presidencia española de la UE. Y Hungría y Polonia no solo no están dispuestos a ceder, sino que todo hace pensar que jugarán con este asunto tan sensible, emocional e importante para la UE de cara a obtener contrapartidas en otros temas.
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