"Es un pleno de los que podríamos llamar 'escoba'", explica una fuente socialista para referirse a la sesión de este martes. En el último día grande del curso en el Congreso antes de vacaciones tendrá lugar un superpleno con el que el Pedro Sánchez quiere cerrar varias carpetas. Sin embargo, lo cierto es que el Ejecutivo llegará al hemiciclo con al menos dos votaciones por resolver y con alguna derrota prácticamente asegurada. Los puntos más delicados son la reforma de la ley de extranjería, a la que el PP ya ha confirmado que votará en contra, y la convalidación del decreto anticrisis.

Este último pleno será una fotografía bastante exacta de esa geometría variable que ha venido practicando el PSOE en las últimas semanas. La renovación del Poder Judicial la aprobará con el PP y otros puntos con el bloque de investidura. Una voz autorizada del Grupo Socialista en la Cámara Baja lo considera una fortaleza. "Somos los únicos que podemos pactar a izquierda y derecha", explica. 

Pero esa ambivalencia también genera peligros. Durante el pleno de este martes, el "no" de dos fuerzas de derechas distintas pueden dar al traste con la reforma de la ley de extranjería. De hecho, el fracaso parece confirmado, a juzgar por las palabras que pronunció Patxi López, portavoz socialista en el Congreso, este lunes al mediodía.

Ni el Partido Popular (PP) ni Junts per Catalunya parecen dispuestos a facilitar la toma en consideración de dicha modificación legislativa, que contempla una redistribución de menores migrantes entre todas las regiones del Estado cuando cualquiera de ellas supere el 150% de su capacidad de acogida y que tanto el Gobierno central, como el canario consideran "urgente", dada la sobrecarga que se vive en el archipiélago. Fuentes socialistas no renuncian a negociar hasta el "último minuto" e incluso explican a Público que desde el Ejecutivo canario, en el que el PP ostenta una vicepresidencia, se está presionando a Génova para que accedan a abstenerse. En cualquier caso, el PSOE asume que la mayoría de la Cámara rechazará la reforma.

Y si el PP tumbará la reforma de la ley de extranjería, Podemos mantiene en el aire la convalidación del decreto anticrisis.

Los de Ione Belarra se niegan a dar luz verde al paquete de medidas que aprobó el Gobierno en Consejo de Ministros para paliar los efectos económicos de la guerra de Ucrania si no se incluye la prohibición permanente del corte de suministros básicos a las familias vulnerables o los descuentos, también permanentes, al bono social eléctrico. Con el redactado actual del decreto, ambas ayudas caducarían en 2025. A última hora de este lunes, Podemos se mantiene en el rechazo. De todas formas, la negociación sigue viva y muy posiblemente se alargará hasta poco tiempo antes de la votación. 

Esquerra Republicana, que había sembrado alguna duda acerca del sentido de su voto, apoyará, finalmente, el decreto. También EH Bildu y el PNV. De todas formas, lograr el favor de Podemos es indispensable para que el Gobierno pueda sacar adelante la prórroga de las medidas.

En lo que el Ejecutivo no tendrá problema, en cambio, será en lo referente a la ley de paridad. La mayoría de investidura, salvo monumental giro, levantará las enmiendas al texto que se introdujeron en el Senado y aprobará de forma definitiva la norma.

Poder Judicial y Estabilidad Presupuestaria

Este martes, por otro lado, se culminará el recorrido en el Congreso de la reforma del Poder Judicial que pactaron PP y PSOE. Así, no se prevén sorpresas en la votación del dictamen de la Comisión de Justicia. Además, se procederá a la propuesta de nombramientos de los vocales del CGPJ, que acordaron los dos grandes partidos.

El pleno todavía dará para más. Los diputados y diputadas también debatirán el dictamen de comisión de dos proyectos de ley para regular las condiciones laborales y las funciones de los bomberos y agentes forestales y medioambientales. En principio, ambos prosperarán gracias al apoyo del bloque de investidura y, como la reforma del Poder Judicial, serán remitidos a la Cámara Alta.

En otro orden de cosas, el Gobierno busca irse de vacaciones con la primera parte del trabajo hecho en materia de Presupuestos Generales del Estado (PGE), por lo que someterá a votación los objetivos de estabilidad presupuestaria. Fuentes del PSOE "confían" en que prosperen. Además, el Ejecutivo introdujo en la ley de paridad una enmienda para evitar que el Senado tenga la capacidad de torpedear el techo de gasto una vez lo apruebe el Congreso, por lo que sacar con éxito la votación de este martes aligeraría las cosas a partir de septiembre, cuando habrá que negociar el grueso de las cuentas.

Se trata de un pleno, por tanto, que marcará el reset de la legislatura cuando termine el verano y haya que volver a la terea parlamentaria. Es muy diferente reiniciarla con el problema de la sobresaturación de chicos y chicas migrantes en Canarias en vías de resolverse, o todavía en la casilla de salida  ―si nada cambia, el voto en contra del PP abocará a ello―; con los Presupuestos encaminados, o no; con el decreto anticrisis convalidado, o con un nuevo choque entre el Gobierno de coalición y sus aliados. A Sánchez se le complica lo que podría haber sido un broche reluciente que opacara las turbulencias de este primer tramo de legislatura.