Pedro Sánchez reaparece en el Congreso de los Diputados este martes, día 19 de diciembre, para asistir al Pleno. El miércoles, día 20, junto con el resto de su Ejecutivo, se someterá a la segunda sesión de control de la legislatura —el presidente no estuvo presente en la primera por la incompatibilidad con su agenda europea— y comparecerá para rendir cuentas precisamente sobre su papel como presidente del Consejo de la Unión Europea. Es el primer asalto de la semana. El segundo será el jueves, cuando viajará a Barcelona para reunirse con Pere Aragonès, presidente de la Generalitat de Catalunya.

No será un encuentro más. Desde las filas de Esquerra Republicana ya han avisado de que la reunión tendrá que ser "ejecutiva" y, también, de que se hablará de financiación autonómica y de la cesión de Rodalies, dos asuntos que pusieron ambas formaciones por escrito en el pacto de investidura. Aragonès, no obstante, colocará encima de la mesa, también, el referéndum, como ya hiciera Gabriel Rufián en el pleno del día 12 en el Congreso de los Diputados con motivo del debate de la ley de amnistía.

Pero antes, el miércoles, Pedro Sánchez se habrá enfrentado a las preguntas de los diputados del Congreso en relación a su desempeño en la política europea. Concretamente, el presidente del Gobierno explicará los pormenores del último tramo de su presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, que comenzó en julio de 2023 y terminará este mismo mes de diciembre.

No solo eso. También abundará Sánchez en las conclusiones extraídas en los consejos europeos celebrados los días 29 y 30 de junio, por un lado; los días 26 y 27 de octubre, por otro; y los días 14 y 15 de diciembre. Además, rendirá cuentas, en este caso a petición del PP, sobre el Consejo europeo extraordinario convocado el 17 de octubre tras el ataque de Hamás a Israel y que, previsiblemente, se extenderá al conflicto entre Israel y Palestina en general.

Son los últimos días hábiles del año en el Congreso de los Diputados y se desarrollarán en una especie de calma chicha entre los días anteriores, cuando la ley de amnistía y el comienzo de su tramitación parlamentaria disparó los niveles de tensión, y el inicio de 2024, que es cuando, salvo sorpresas, se avanzará en su aprobación.

Nuevo careo entre Sánchez y Feijóo

Además de la comparecencia de Sánchez sobre la presidencia europea, muchas de las preguntas de la sesión de control que realizan los diputados al Gobierno también van dirigidas a él. El popular Alberto Núñez Feijóo, jefe de la oposición, preguntará al presidente si "cree que los españoles podemos confiar en sus compromisos". El PP y, también, Vox llevarán, por otra parte, un bloque de preguntas sobre el acuerdo entre PSOE y EH Bildu en Pamplona y también otro sobre las reuniones entre el PSOE y Junts per Catalunya en Ginebra.

En concreto, el diputado popular Carlos Javier Floriano Corrales preguntará a Sánchez si cree que ese tipo de encuentros afectan negativamente a la imagen internacional de España.

La mayoría de las preguntas que lanzará, sobre todo, la bancada de las derechas son de alto voltaje político y de poco contenido técnico. Los pactos de investidura de Pedro Sánchez, especialmente a los que llegó con Esquerra Republicana y Junts per Catalunya serán el centro de la diana de los dardos populares. Borja Sémper, portavoz del PP, inquirirá, en este caso a Pilar Alegría, ministra de Educación y Formación Profesional y portavoz del Gobierno, si el Ejecutivo informará "sobre las próximas negociaciones" con Carles Puigdemont.

Gabriel Rufián, en otro orden de cosas, interrogará a Sánchez sobre si el Gobierno tiene planes para "garantizar el derecho a la vivienda de
personas sujetas a préstamos hipotecarios", y varios diputados del PP ahondarán, también, en las polémicas de las acusaciones de lawfare.

No tendrá Sánchez, entonces, un camino placentero y sin sobresaltos hacia los festejos navideños. Es un final de año que huele, más bien, a principios, a inicios. El presidente terminará 2023 con la legislatura recién estrenada; sometiéndose, por primera vez, al control de la Cámara y con la voluntad tanto por la parte del Gobierno como por la de la Generalitat de retomar la mesa de diálogo. Eso sí, con el año sí termina la presidencia del Consejo de la Unión Europea, que caerá, a partir de enero, en manos de Bélgica.