Este artículo se publicó hace 9 años.
Rivera escenifica su distanciamiento de PP y PSOE para intentar "ganarles" y no ser sólo bisagra del Gobierno
El líder de Ciudadanos reconoce que "será difícil" llegar a acuerdos con ambas formaciones aunque sigue confiando en que el 20-D llegará, con él, como con Suárez, la "II Transición Ciudadana".
MADRID.- "No voy a preguntarme a quién apoyar sino a quién ganar y quiero ganarles a los dos". Así de convencido se ha expresado este domingo Albert Rivera que, aunque dijo querer adoptar una actitud "humilde" con respecto a las encuestas, se mostró "satisfecho" con los resultados al alza que, una vez más, ha dado Metroscopia a Ciudadanos.
Venido arriba, el presidente de los naranjas ha escenificado su distanciamiento tanto de PP como de PSOE con el fin de abandonar la imagen de futura bisagra del Gobierno tras el 20 de diciembre. También la de ser 'marca blanca' de unos u otros. "Me importa poco a quién hayan votado antes", sentenció tras ser preguntado por la procedencia de los votos que, según los sondeos está perdiendo el bipartidismo en favor de C's. Y eso que también se mostró convencido de que después de las elecciones "habrá que dialogar y pactar".
Tras su fallida propuesta de firma de un "Pacto por España" para hacer frente al independentismo en Catalunya -que tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez han considerado innecesaria y que es "incompatible" con la defensa de la "autodeterminación" de Pablo Iglesias-, Rivera ha insistido en seguir buscando la unión de todos los que defienden "la Constitución y las leyes democráticas". Incluso la de los catalanistas arrepentidos "que quieran bajarse del barco en el que Artur Mas les lleva hacia las rocas". "¿Hay alguien dispuesto a volver al 'seny' y al terreno de juego de la democracia?", lanzó la pregunta al aire, tras mostrar también su esperanza de que el rechazo a dicha firma no se deba a que PP y PSOE esperan pactar con los nacionalistas para alcanzar la Moncloa.
Con todo, Rivera aprovechó la reunión que la Ejecutiva de C's ha mantenido en el Parador de Ávila, tierra de Adolfo Suárez, para volver a presentarse como el único que puede liderar "la II Transición Ciudadana". Partidario de buscar nuevos "pactos de Estado" similares a los de "Moncloa, de Toledo o contra el terrorismo", Rivera ha desterrado la idea de que eso sea imposible. "Era más difícil que se pusieran de acuerdo Carrillo y Fraga, pasando por Suárez y Felipe, ¿cómo no nos vamos a poner de acuerdo ahora?", se motivó. Y argumentó ser el único capaz de hacer que sea posible apelando, esta vez sí, a los pactos que ya ha llevado a cabo en municipios y autonomías con PP, PSOE
y hasta con Podemos. "Ya lo hemos demostrado", presumió."¿Tenemos diferencias? ¡Claro! Pero tendremos que acostumbrarnos a que estaremos de acuerdo en algunas cosas y en otras, no", agregó.
Rivera también presumió de que su propuesta de reforma constitucional -que hoy recibirá la aprobación de la Ejecutiva y se presentará la próxima semana en Cádiz- es "la más ambiciosa" de las que se conocen, dijo sin ofrecer detalles sobre dicho documento. Enumeró alguna de las diferencias que le separan del programa electoral del PSOE (como la reforma laboral, ya que Ciudadanos apuesta por el contrato único), del PP ("no coincidimos en el diagnóstico porque las cosas no van bien", dijo) y de Podemos (el modelo territorial, entre otras). Y adelantó que parte de su proyecto consistirá en reformar el título VIII de la Carta Magna destinado en su día "a desarrollar un Estado de las autonomías que ya está desarrollado" y a garantizar la "regeneración democrática, la reforma de las instituciones, la separación de poderes y la garantía de derechos".
Otro de los puntos del programa de Ciudadanos de los que Rivera volvió a mostrarse orgulloso aunque no lo use como propaganda electoral es el relativo a su postura en contra de la ley de Memoria Histórica. Preguntado por una moción en la que los naranjas de Calatayud se abstuvieron para evitar votar la retirada de la Medalla de Oro a Franco, Rivera lo justificó alegando que en C's están "cómodos con la Transición". Es decir, que condenan la dictadura "como cualquier demócrata", pero consideran que "no hay ni vencedores ni vencidos". "Sólo españoles que tiene que escribir la historia a partir de ahora", zanjó, aludiendo de nuevo a Suárez.
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