La caza es la segunda causa de abandono de animales en España. Los escasos datos oficiales –los de la Fundación Affinity– de los que se dispone hablan del fin de temporada cinegética como una de las razones principales que explican la enorme cantidad de perros que llenan los cheniles de perreras y protectores. A ello se suman las denuncias que gotean año tras año sobre situaciones de violencia y sobre las malas condiciones de vida de las rehalas, tal y como destapó recientemente el fotoperiodista Aitor Garmendia en un reportaje de investigación para Anima Naturalis.

Para evitar estas situaciones, el Ministerio de Derechos Sociales impulsó la Ley de Bienestar Animal que, sin embargo, podría nacer "vacía", según los colectivos animalistas, por la posible aprobación de una enmienda del PSOE con la que los perros de caza quedarían completamente excluidos de la norma impulsada desde el Ministerio de Derechos Sociales de Ione Belarra. 

La historia de desencuentros entre socialistas y morados viene de lejos. Aunque consiguieron alcanzar consensos para aprobar un proyecto de ley ambicioso en el Consejo de Ministros, la tramitación parlamentaria –que culmina este jueves con la votación de la norma– ha evidenciado que en el asunto animalista el PSOE está más cerca del PP y Vox que de Unidas Podemos y el resto de izquierdas parlamentarias. Tanto es así que la enmienda para excluir a los perros de caza presentada por los de Pedro Sánchez salió adelante en comisión parlamentaria gracias a los apoyos de todas las derechas. Algo que se trató de ocultar con un tachón en la firma de los representantes de Vox.

Desde Unidas Podemos no comprenden que el PSOE haya presentado una enmienda como esta para una legislación que fue aprobada por el propio Gobierno en el Consejo de Ministros. Sin embargo, los de Ione Belarra han tratado en los últimos meses de desatascar la situación con varias propuestas. En el mes de diciembre, ofrecieron modificar el texto de la norma para emular a Ley de Protección Animal de Castilla-La Mancha de Emiliano García-Page, de tal forma que los perros de caza se mantuvieran protegidos por la legislación, pero con una excepción para las heridas y accidentes que ocurran durante el proceso de caza. Esta idea terminó rechazada por los negociadores socialistas.

Este miércoles, en la víspera de la votación parlamentaria, Unidas Podemos ha decidido mover ficha y ha presentado una enmienda transaccional junto a ERC, EH Bildu y Más País para que la ley vuelva al texto original del Consejo de Ministros. Se trata de un último intento para, al menos, visibilizar el distanciamiento de las izquierdas del Congreso respecto al PSOE en este asunto.

Desde la bancada socialista informan a Público de su intención de rechazar la enmienda y mantienen su postura sobre la necesidad de excluir a los perros de caza de la que será la primera legislación estatal animalista de la historia. "No hemos dejado de hablar nunca, pero nuestra posición está clara desde que se aprobó la enmienda en la comisión. Nosotros hemos buscado el consenso de todo el tejido del medio rural que es el afectado. Estamos en escuchar a la gente que tiene ahí su medio de vida. Y la protección se garantiza en el Código Penal, y en la específica que seamos capaces de negociar y sacar adelante", dicen fuentes del PSOE.

"Es una gran ley, en la que solo hay un desacuerdo del 1%. No debería caer cuando estamos de acuerdo en el restante 99%. Y para el desacuerdo, ya hemos dicho que abogamos por una legislación específica para estos animales, que por otro lado ya están protegidos por el Código Penal en vigor", indican fuentes del PSOE.

En Unidas Podemos hay cierto descontento, pero fuentes del partido explican que, aunque la norma se termine votando con la exclusión de los canes de caza, votarán a favor, ya que se trata de un texto que contempla otros avances que han nacido del trabajo del Ministerio de Derechos Sociales. Los socios de Gobierno explicaron a este diario su intención de hacer caer la ley, pero horas antes de la votación cambiaron su postura y anunciaron un respaldo a la norma por cuestión de responsabilidad. No obstante, partidos como ERC y EH Bildu han dejado claro el desacuerdo por el tema de los perros cazadores y han explicado su intención de seguir negociando para tratar de cambiar el texto legislativo en el Senado, donde la mayoría sigue complicada. 

Dudas jurídicas 

Con la exclusión de los perros de caza de la norma, algunos expertos en Derecho plantean dudas jurídicas. "En el inicio, esta ley ya dejaba fuera a animales de producción, animales silvestres o a los animales de la tauromaquia. Ahora se pretende limitar aún más una categoría de animales, como son los de compañía, lo que puede suponer que se vacíe de contenido la ley", argumenta María G. Lacabex, abogada especialista en la materia y miembro de INTERCids-Operadores jurídicos por los animales. "¿Qué es un perro de caza? Se nos plantean problemas de seguridad jurídica, ya que estos animales deberían estar inscritos en algún sitio. Además queda sin determinar cuándo se les aplica esta excepción. Es decir, ¿un perro queda extinto de las obligaciones de la ley durante toda su vida? ¿Sólo durante la caza? ¿Durante su vida útil?", reflexiona la jurista. 

A ello se suman los problemas a largo plazo y el choque de esta norma con algunas leyes autonómicas que pueden ser más garantistas. Es el caso de la propia norma de Castilla-La Mancha qué si protege a los perros de caza con la excepción de accidentes ocurridos durante el acto cinegético. "Al crear una categoría que les excluye de una ley, lo que se hace es sentar un precedente peligroso para que, por ejemplo, estos perros de caza queden excluidos también de futuras normativas que se hagan sobre la materia", agrega Lacabex. "Sentar el precedente de la exclusión no es avanzar en su protección, sino en retroceder desde el ámbito estatal".

Los colectivos animalistas tampoco están contentos y desde que el PSOE dio a conocer sus intenciones se han manifestado en repetidas ocasiones bajo el lema Mismos perros, misma ley. David Rubio, portavoz de la Plataforma No a la Caza, cataloga la exclusión de los perros cinegéticos como un "retraso" y alerta de que con la enmienda socialista "la enmienda nacerá vacía". "La ley es muy amplia y puede tener cosas buenas, como por ejemplo el sacrificio cero. Pero si se sigue permitiendo que los cazadores, por ejemplo, sigan criando de manera indiscriminada, seguirá habiendo abandono de animales", argumenta el activista. "Se han vendido al lobby de los cazadores, que son unos 45.000 personas, en contra de más de 45 millones de personas que, según las encuestas, estarían a favor de proteger a todos los perros", zanja.