Reducción de jornada y freno social a la extrema derecha: CCOO y UGT afrontan un 2025 convulso
Los dos sindicatos mayoritarios sitúan como el principal punto de interés de este inicio de año que culmine la negociación de la reducción de la jornada laboral.
Además, alertan del peligro del avance de la extrema derecha y, en concreto, del riesgo que representan las políticas en términos laborales y empresariales del nuevo Gobierno de Trump.
Madrid-
Preocupaciones y objetivos nacionales, pero también globales. Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), los dos sindicatos mayoritarios, afrontan 2025 conscientes de la importancia de ganar la batalla de la reducción de la jornada laboral. Ambos empezaron ya en 2024 una ronda de contactos con los grupos parlamentarios para allanar el terreno en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, la medida aún no ha sido aprobada por el Consejo de Ministros, donde existe un choque por los plazos entre PSOE y Sumar.
No obstante, ni Unai Sordo (CCOO) ni Pepe Álvarez (UGT) son ajenos al avance de posiciones ultraderechistas en varias partes del mundo, en especial en Estados Unidos (EEUU), donde Donald Trump volverá a la Casa Blanca acompañado del empresario Elon Musk, que está adquiriendo un gran protagonismo más allá de las fronteras estadounidenses.
Sin ir más lejos, esta misma semana el propietario de X o Tesla entrevistó a Alice Weidel, la líder de la extrema derecha alemana, y los dos, al unísono, cargaron contra la "agenda woke", la inmigración o las subidas de impuestos. Fue una prueba más de la voluntad de Musk de influir en el plano político internacional. "Es un desastre desde el punto de vista global", deslizó Álvarez en la rueda de prensa en la que presentó los objetivos de UGT.
Además, existe otra serie de asuntos como el aumento del salario mínimo interprofesional, la vivienda, la ley de industria ―asociada, por supuesto, al empleo― o la lucha contra la desinformación que también centrarán la actividad de ambos sindicatos en 2025.
CCOO: subidas salariales y renovación interna
Comisiones Obreras afronta 2025 con su foco en dos escenarios, el interno y el externo. La organización sindical afronta su 13 Congreso Confederal en junio (en el que Sordo tratará de revalidar la Secretaría General por tercera y última vez), y gran parte de su acción estará centrada en los preparativos de este cónclave (del que también saldrá una hoja de ruta clara para el nuevo ciclo político).
Respecto a sus objetivos más allá del congreso, en CCOO tienen varios desafíos que afrontar en 2025. Buena parte de estos hitos están recogidos en un informe que Sordo presentó esta misma semana ante el Consejo Confederal, órgano que aprobó dicho documento sin votos en contra.
En el escenario mundial, la organización apunta directamente a la disputa comercial y arancelaria entre Estados Unidos y China, que está reorganizando los distintos bloques políticos y comerciales en el mundo y que amenaza con dejar a la Unión Europea en una situación de irrelevancia que podría poner en un peligro muy serio su economía.
"En este realineamiento geoestratégico de dimensión mundial, la UE, si quiere jugar un papel relevante, por no decir si quiere jugar algún papel, solo puede hacerlo mediante un fortalecimiento de su proceso de integración", apunta el secretario general de Comisiones en su informe.
"El sindicalismo que representamos", prosigue el texto, "debe mostrar una voluntad europeísta que hoy ya no es una cuestión únicamente de elección ideológica, sino de posibilidad para la propia subsistencia de los sistemas políticos y económicos que se puedan reconocer como Estados sociales y de derecho".
CCOO y UGT insisten en que los sindicatos deben mostrar una actitud europeísta frente a las amenazas de la extrema derecha
En el ámbito estatal, además de empujar la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas en 2025, en el sindicato apuestan de manera firme por una redistribución del crecimiento y de la buena marcha económica que España arroja en sus datos macro, una redistribución que, defiende CCOO, debe acometerse a través de una subida de salarios generalizada.
"Una economía en la que sigue creciendo el empleo, a la vez que la productividad por hora trabajada, que además mejora sus saldos exportadores y cuotas de mercado, de forma compatible con una mejora de los márgenes empresariales, es una economía con un espacio claro para mejoras salariales", apunta el informe, en el que se fija la prioridad de "abordar la negociación colectiva de este 2025 con exigencia en materia salarial".
Los de Sordo también piden al Gobierno y a las instituciones políticas pactos de Estado en materia de vivienda (para acabar con la emergencia habitacional derivada de los precios abusivos), de migración (para reforzar los mecanismos ordinarios de regularización de personas migrantes) y de las consecuencias y efectos de la emergencia climática.
Otro de los objetivos del sindicato es el de combatir la campaña y el discurso sobre el crecimiento del absentismo laboral que las patronales están llevando a cabo: "Si el absentismo crece, hay que ir a los datos de manera científica y preguntarse por qué. La relación entre este absentismo y las bajas por cuestiones de salud mental apuntan a que el centro de trabajo es en muchas ocasiones un lugar inseguro, de ansiedad y estrés para los trabajadores, e igual las empresas deberían empezar por ahí", trasladan desde CCOO.
UGT: reducción de jornada y varios pactos de Estado
Para Álvarez, la reducción de jornada es una prioridad absoluta. Es más, en la rueda de prensa para presentar las líneas maestras de la actividad de su sindicato en 2025 avisó de que la frustración de los trabajadores por las idas y venidas en la negociación entre las dos partes del Gobierno de coalición para aprobar cuanto antes la medida en el Consejo de Ministros ―Yolanda Díaz acusa a Carlos Cuerpo de estar demorándolo en exceso― se "canalizarán a través de protestas".
Álvarez, además, reclamó a "todos los miembros del Gobierno" que hablen "con conocimiento de causa" y sin dejarse llevar "por los mensajes fáciles" que terminan creando confusión.
Según el líder sindical, la reducción de la jornada no corre peligro. "La duda", dijo, "es si será un poco antes o un poco después". En cualquier caso, insistió: "No va a pasar lo mismo que con el Estatuto del Becario. No se va a quedar en un cajón".
Subrayó, por otro lado, la importancia de trabajar, desde España, de la mano del sindicalismo global. "Afrontamos 2025 con más incertidumbres que lo que recordamos y lo que pensamos que ha ocurrido nunca en el planeta", explicó. Para Álvarez, existe un objetivo común entre el tándem Trump-Musk y la extrema derecha del viejo continente: destruir la Unión Europea.
De nuevo en el ámbito nacional, UGT pedirá un estudio al Ministerio de Trabajo en el que se analice la reforma laboral cuatro años después de su entrada en vigor. Álvarez, que puso en valor el modelo de los fijos discontinuos porque "no hay otro mejor" y ha permitido a muchas familias "estabilizar su situación", señaló la importancia de revisar sus efectos y propuso encargar dicha auditoría a un mínimo de dos universidades.
UGT pedirá un estudio para que se analicen los efectos de la reforma laboral
En otro orden de cosas, el líder de UGT habló de la importancia de avanzar hacia dos pactos de Estado: uno, contra la crisis climática; otro, en relación a la ley de industria.
En cuanto a este último, Álvarez subraya la importancia de que "España cree empleo de calidad". Para ello, considera que existe una gran oportunidad en la ley de industria, que debería contar con un "acuerdo de carácter general". "Pocas veces en este país", resumió, "hemos tenido la oportunidad de dar un salto adelante así". En concreto, se refirió a la potenciación de las nuevas formas de industria y las nuevas tecnologías. Es una ley que todavía tiene que ser tomada en consideración por el Congreso.
Por otra parte, aseguró que los sindicatos no rebajarán su pretensión de que el salario mínimo interprofesional (SMI) suba entre un 5% y un 6%. En otro orden de cosas, hizo énfasis en que 2025 sea un año en el que el Gobierno dé más pasos para solucionar la crisis de la vivienda; para poner coto a la desinformación, especialmente en el terreno de la inmigración, y, por último, reanude las negociaciones de una ley de riesgos laborales que deberá tener en cuenta los riesgos psicosociales.
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