El País Valencià tiene una doble cita el próximo 28 de mayo: elecciones autonómicas y municipales. La circunstancia no es casual, pues, el president de la Generalitat, y a su vez, secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, llevaba tiempo barajando si hacerlas coincidir o no, como hizo en 2019, que las adelantó un mes para aprovechar en aquel momentos el tirón del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Ahora, la cuestión era distinta: sumarlas a la municipales para sumar gestiones o haberlas adelantarlas y aprovechar los frutos de su gestión, pero tomar riesgo con el temor a una campaña de fake news de la derecha. Y apostó por la seguridad de sumar gestiones, aprovechando la fortaleza que sus alcaldes han ido tejiendo en la provincia de València, especialmente, en el área metropolitana, donde han creado una red de alcaldes jóvenes y prácticamente infranqueables por la oposición.

De hecho, el PSPV-PSOE se juega mucho más que gobernar la Generalitat el próximo 28 de mayo: conseguir mantener la hegemonía socialista a nivel municipal que arrancó con pactos de progreso en 2015, y que ahora se pueden convertir mayorías progresistas muy amplias, y ser primera fuerza del País Valencià.

Además, uno de esos alcaldes, el de Mislata, Carlos Fernández Bielsa, "un muro contra la derecha", y el sostén para la victoria autonómica, pues, quien vote a muchos de estos alcaldes previsiblemente también apoyará a Puig a quienes se entregó en el último congreso y ahora representan el poder socialista.

En este terreno, los socialistas tienen su gran base social creada a partir de los gobiernos del cambio de 2015. La mayoría de ellos entraron en los consistorios de la mano de las otras fuerzas izquierdas, no siendo en muchos casos la fuerza más votada, algo que cambio en 2019, cuando la mayoría de estos primeros ediles cogieron fuerza y alcanzaron mayorías más amplias con menor dependencia de sus socios, incluso pudieronelegir en Ciudadanos y Compromís en el caso del carismático y veterano alcalde de Torrent, Jesús Ros, que sus nuevos ocho años de mandato tras desaparición por enfermedad está al borde la mayoría absoluta.

Un nuevo tejido municipal socialista, que reconstruyó el famoso cinturón rojo de los años 80, que los populares no consiguieron conquistar hasta bien entrado el siglo XXI, y que apenas conservaron dos legislaturas.

Este nuevo tejido arrancó de la mano de dos máximos representantes de la Diputación de València, su presidente, y alcalde de Faura, Toni Gaspar, que no repetirá en el ámbito municipal, y el vicepresidente de la corporación provincial, alcalde de Mislata, y secretario general del PSPV de la provincia de València, Carlos Fernández Bielsa, que lleva en la alcaldía cuando accedió durante la última ola popular cuando el PP-CV de la mano de Francisco Camps y Rita Barberá obtuvieron el más del 50% de los votos.

A ellos dos, y al entonces alcalde de Morella desde 1995, Ximo Puig, se han sumado muchos alcaldes, que han reconstruido el poder municipal socialista en base a mucho trabajo y horas de lucha desde las bases las juventudes socialistas a las que llegaron desde la Universitat, y que convirtieron su antigua sede en un lugar de encuentro de jóvenes progresistas no contentos con el discurso popular, pero, que aprovecharon sus estrategias, siendo conocidos como la Generación Pelayo. Fueron capaces de unir las ideas de la sociodemocracia que representa el PSPV-PSOE con algunas ideas de la otra izquierda al margen del socialismo con las estrategias más de marketing de los alcaldes más carismáticos del PP-CV.

Todo ello, les dio una fortaleza que ahora empieza dar sus frutos. Este es el caso de la vicealcaldesa de València, Sandra Gómez, y su concejal de Hacienda, Borja Sanjuan, y de alcaldes como el Rafelbunyol, Fran López; que ha sido el primer alcalde socialista de su pueblo, y de La Vall d'Uixó, Tania Baños, que venció en las elecciones pese a tener enfrente como ex alcaldesa a la ex líder popular, Isabel Bonig, o el alcalde de l'Alcora, y secretario provincial de Castellón, Samuel Falomir, entre otros.

Junto a ellos, se sumaron más alcaldes, también jóvenes pero de una generación posterior, pero de una edad próxima como: en Paterna, José Antonio Sagredo; en Almussafes, Toni González;en La Pobla de Farnals, Enric Palanca;en Burjassot, Rafa García; en Alaquàs, Elvira García; en El Puig, Luisa Salvador; de Aldaia, Guillermo Lujan, o los veteranos, como el alcalde de Alboraya, Miguel Chavarría; Josep Almenar en Picanya, que lleva desde la transición; Conxa García en Picassent; Jose Vicente Andreu en Albuixech, y Carmen Martínez en Quart de Poblet, que deja en esta campaña la vara municipal.

A estos alcaldes, hay que añadir los de Alcàsser, Rocafort, Alaquàs, Albal, Benetússer, Almàssera, Tavernes Blanques, Vinalesa, El, Silla, Torrent, Museros, Moncada, Alboraya, Alfara del Patriarca, Xirivella y Bonrepòs i Mirambell.

También, hay que añadir los dos últimos primeros ediles que han llegado, fruto de los acuerdos de gobierno, como alcaldesa de Paiporta, Isabel Albalat, o el alcalde Sagunt, Dario Moreno, que aporta a su gestión el ser el alcalde la reindustralización de la ciudad tras la llegada de la gigafactoria, una deuda histórica de los socialistas con Sagunt desde el cierre de los altos hornos en los años 80.

Pero, no son los únicos alcaldes socialistas que suman para el PSPV-PSOE. La provincia cuenta también con otros alcaldes que serán claves para revalidar el Botànic, entre ellos, el recién llegado a la alcaldía de Gandia, José Manuel Prieto, que en tan sólo un año se ha hecho mayor, y ha conseguido el PSPV local pase página frente a su antecesora, la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, que no olvida su origen y mantiene una apretada agenda política en la comarca todos los fines de semana.

De hecho, Prieto en la presentación de candidatura consiguió más de un millar de militantes sin ninguna presencia externa, ni la de la propia ministra. Otro de los pesos pesados de la provincia es el alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, que en el feudo del popular Alfonso Rus, ha otro fortín socialista, que se prolonga hasta las comarcas centrales de la provincia de Alicante, los socialistas sólo son fuertes en Alcoi con su Alcalde, Toni Francés, a la cabeza, junto a los alcaldes del Vinalopó, con los primeros ediles, Rubén Alfaro e Irene Navarro, respectivamente, junto al de Elche, Carlos González.

A ellos, hay que sumar a los eternos ediles Xàbia, José Chulbi, L'Alfàs del Pi, Vicente Arques y Dénia, Vicent Grimalt, que cierran el tridente de alcaldes de las Marinas. De igual manera, hay que destacar a los alcaldes de Guardamar del Segura, José Luis Sáez, y de Orihuela, Carolina Gracia, que acaba de ganar un primer asalto tras la imputación por cuestiones privadas del su rival, el popular José Vergara.

En Torrevieja los socialistas, tras cuarenta años en caída libre, han apostado por seguir el ejemplo de la Generación Pelayo y han fichado a una joven Bárbara Soler, que es la base de la reconstrucción del PSPV a nivel local.

Por su parte, en la provincia de Castelló el liderazgo de los alcaldes socialistas, lo protagoniza la alcaldesa de la capital de provincia, Amparo Marco, que se ha consolidado en dos legislaturas mejorando progresivamente sus resultados, junto a los alcaldes vecinos, el de Vila-Real, José Benlloch, que lleva dos mayorías absolutas consecutivas, junto a las de Borriana y Almassora, Maria Josep Safont y Merche Galí, respectivamente.

En el Maestrat, los socialistas cuentan con otros dos de los pilares importantes como son la alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles, con mayoría absoluta y el alcalde de Vinaròs, Guillem Alsina. A ellos hay que sumar el primer edil de Morella, Rhamsés Ripollés, que se ha consolidado tras suceder al propio Puig.