barcelona
La victoria lograda domingo en las elecciones al Parlament consolida al PSC como fuerza política hegemónica en Catalunya. Después de su particular travesía por el desierto que se alargó durante una década, coincidiendo con la irrupción del procés y sus momentos más intensos, los socialistas catalanes recuperaron la primera posición en los comicios al Parlament de febrero de 2021 y desde entonces se han impuesto en todas las citas con las urnas: municipales y generales del año pasado y las recientes autonómicas.
Son, por lo tanto, cuatro triunfos consecutivos y, sobre todo, con una ventaja al alza. Este 12M, la candidatura encabezada por Salvador Illa creció en todas partes, se reforzó en sus tradicionales feudos metropolitanos, pero también ganó posiciones en Lleida y en Tarragona –donde se estrenó como primera fuerza en unas elecciones catalanas– y, en menor medida, en Girona. Unos resultados que avalan la estrategia diseñada en la calle Pallars de Barcelona, sede nacional del partido.
Ahora bien, los 42 diputados obtenidos no le garantizan a Illa la presidencia de la Generalitat, a pesar de que el independentismo haya perdido la mayoría en la cámara. Y apenas entramos en los prefacios de unas largas negociaciones de final incierto, en las que no se puede descartar ningún escenario, tampoco una repetición electoral en octubre.
200.000 votos más que Junts
Los casi 873.000 votos sumados el domingo son la tercera cifra más elevada de los socialistas catalanes en unos comicios al Parlament, solo por detrás de los guarismos de 1999 y 2003, en los que la candidatura que entonces tenía al frente a Pasqual Maragall superó el millón de sufragios. El 27,96% de apoyo es, en cambio, el quinto nivel más elevado del partido en las 14 elecciones autonómicas celebradas desde 1980, mientras que los 42 diputados solo quedan por debajo de los 52 de 1999 e igualan el dato de 1984 y 2003.
Es innegable que Salvador Illa ha conseguido un gran resultado tras haber ganado casi 220.000 sufragios
Es innegable, por lo tanto, que Salvador Illa ha conseguido un gran resultado, tras haber ganado casi 220.000 sufragios, 4,9 puntos de apoyo y nueve escaños respecto al 2021. Lo más significativo es que si hace tres años apenas superó a ERC en 50.000 papeletas y 1,7 puntos, ahora aventaja a Junts -que sube al segundo lugar- en 200.000 votos y 6,3 puntos. En las municipales de mayo de 2023, la distancia sobre Junts había sido de 160.000 votos, mientras que en las generales de julio –en un contexto muy determinado– arrasó y superó en más de 700.000 a los Comuns.
A nivel territorial, los mayores resultados del PSC se producen en las provincias de Lleida, con 5,5 puntos más –llega al 20,6%– y Tarragona, con el 5,4 –hasta el 25,4%–, a pesar de que también gana peso en Barcelona, donde arrasa con el 29,9% (+4,9), y en Girona, donde sube al 19,5% (+4,3).
En total, fue la primera fuerza en 170 municipios, 62 más que en 2021, pero sobre todo se impuso en las 10 ciudades más pobladas de Catalunya. A grandes rasgos, se impone en Barcelona y la primera y la segunda coronas metropolitanas, en el litoral del Penedès y del Camp de Tarragona, en buena parte de la costa del Maresme norte y de la Selva, en el Arán y en Lleida ciudad y su alrededor.
En grandes ciudades del área metropolitana, como l'Hospitalet, Cornellà, Santa Coloma de Gramenet o Viladecans, supera el 40% de los votos -en la capital, Barcelona, se queda en el 28%-. En sus feudos, pero, ya partía de niveles muy elevado y apenas avanza entre dos y seis puntos, mientras que en pequeños municipios de la Catalunya interior o del Pirineo llega a ganar diez puntos, una situación que también se produce en buena parte de las Terres de l'Ebre.
Estrategia avalada
Ni la amnistía ni el caso Koldo han pasado factura en las urnas a un PSC que, en cambio, ha visto avalada su estrategia, compartida con el PSOE de Pedro Sánchez. Por un lado, apaciguamiento del conflicto territorial -sobre todo con las medidas de desjudicialización- y puesta en marcha de procesos de diálogo con los partidos independentistas, que han rebajado una tensión que no le beneficiaba. Y, del otro, crítica constante a la gestión del Govern, pero a la vez mano abierta para llegar a grandes acuerdos, como por ejemplo los presupuestos.
Beneficiado por la desmovilización independentista y por el desgaste de los partidos de este ámbito, en campaña Illa situó como prioridades del Govern que querría presidir cuestiones como conseguir una nueva financiación y, sobre todo, mejorar los servicios públicos, después de criticar lo que considera una "década perdida".
La colaboración con el Gobierno de Pedro Sánchez está garantizada si el primer secretario del PSC llega al Palau de la Generalitat. De hecho, es uno de sus principales barones territoriales, mientras que Sánchez se volcó en la campaña catalana una vez dejó atrás su paréntesis de cinco días para aclarar su futuro.
La formación ha recuperado a antiguos electores que en los años más intensos del 'procés' habían optado por Cs
Desde un políticamente lejano 2015 en el que apenas había sumado 523.000 votos -el 12,7%- y 16 diputados en el Parlament, la formación ha recuperado a antiguos electores que en los años más intensos del procés habían optado por Cs. También ha captado antiguos apoyos de ERC y lo que podríamos considerar un "voto de orden", es decir, personas que querían pasar página del conflicto territorial y ven con buenos ojos las propuestas económicas de Illa, partidario de ampliar grandes infraestructuras y de los megaproyectos como el Hard Rock.
Inicio de las negociaciones
En cuanto a las negociaciones para intentar reunir apoyos para investir a Illa, este martes apenas se han hecho los primeros pasos, según ha informado la número dos de la lista y miembro del equipo negociador, Alícia Romero. Con la excepción de las extremas derechas de Vox y Aliança Catalana, Romero ha dejado claro que intentarán hablar con el resto de partidos, también con un PP que ha multiplicado por cinco su número de diputados: de tres a 15. En concreto, este martes los responsables socialistas han hecho la primera ronda de contactos con las otras fuerzas.
En una entrevista en RTVE, Romero ha admitido que "la investidura de Illa no será fácil pero la vemos posible" y ha atribuido a Junts y a ERC la responsabilidad de una posible repetición electoral. La primera cuestión a negociar será la composición de la Mesa del Parlament y, de entrada, las voces socialistas han dejado claro que no contemplan renunciar a presidir el organismo. Como fecha tope, el nuevo Parlament tiene que estar constituido el 10 de junio, el día siguiente a las elecciones europeas.
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