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Uno de los primeros activistas independentistas amnistiados: "Es una victoria de la gente, no de un partido"

Hablamos con Sergi V., condenado a cinco meses de cárcel por los disturbios de la investidura fallida de Puigdemont en 2018. Explica cómo ha vivido todo el procedimiento judicial y cómo ve la situación actual del independentismo, entre otras cuestiones.

Dos dels nois amnistiats del col·lectiu 'Tres de Granollers'
Dos dels nois amnistiats del col·lectiu 'Tres de Granollers'. Albert Segura / ACN

Más allá de los líderes del 1-O, los políticos que estaban al frente de la Generalitat cuando se celebró el referendo, la ley de amnistía también beneficia a cientos de personas encausadas por manifestarse. La mayoría de los casos se concentran en torno a las protestas tras la publicación de la sentencia del procés en octubre de 2019. Pero también hubo encausados por los disturbios de la investidura fallida de Puigdemont en 2018, con el artículo 155 todavía vigente. Uno de ellos fue Sergi V., condenado a cinco meses de prisión y uno de los primeros amnistiados por la sección de apelaciones de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), el primer tribunal que aplica la amnistía.

Durante la entrevista telefónica que mantuvo con Público horas después de ser amnistiado, Sergi V. repite en varias ocasiones que la amnistía es "una victoria popular, de la gente, y no de un partido". Celebra que se haya podido "sacar adelante" una ley como la de la amnistía para acabar con la represión "en un momento en que cuesta que los consensos sociales se articulen en una misma representación institucional": "Es una buena noticia", asegura.

Sin embargo, también lo ve como una victoria "agridulce", ya que "la represión por parte del Estado continúa a través de métodos como el espionaje". Sergi también recuerda que todavía hay exiliados y muchos procedimientos abiertos y lamenta que la amnistía no llegue de la mano de la autodeterminación, "el otro gran consenso social".

Preguntado por las maniobras judiciales de los últimos días para evitar aplicar la ley de amnistía, Sergi reconoce que lo ha vivido con mucha incertidumbre. "Se ha visto como una especie de deep state dentro del deep state, con fiscales oponiéndose al fiscal general del Estado, jueces diciendo que no aplicarían la amnistía...", explica.

En su caso, no tenía una pena que le comportara entrar en prisión, pero destaca la importancia de la amnistía en los casos de Verdejo y Oleksander o los conocidos tres de Granollers, que sí tenían condenas que conllevan prisión. Asimismo, cree que la ley carece de más garantías de no repetición y reparación para los represaliados.

Sergi pide no revelar su identidad por la "mediatización" que hicieron sindicatos de los Mossos d'Esquadra de su caso. "Lo primero que sale en Google cuando pones mi nombre es un comunicado de los sindicatos de Mossos con nuestros nombres, y esto me ha causado problemas a nivel personal", explica.

Precisamente, sobre el procedimiento judicial, el activista lamenta que ha vivido el proceso "con mucha incertidumbre", "una pena de banquillo" -el juicio se suspendió durante un año entero- y "con una exposición pública" que no ha " elegido". "Los Mossos mediatizaron mucho nuestro caso y lo utilizaron para su batalla interna dentro del cuerpo", afirma.

Sergi denuncia que ha sido un proceso "lleno de irregularidades por parte de los Mossos d'Esquadra". "Nos pusieron en la causa en otoño de 2018, casi un año después de los hechos. A mí me identificaron un día por la calle porque así lo decidió un antidisturbio", detalla el activista, que critica que durante el juicio siempre haya prevalecido "la palabra de los mossos". "Esa es la razón por la que somos condenados, porque la sentencia dice que no hay motivo para cuestionar la palabra de los mossos a pesar de que no pudieron probarse las agresiones. Esto es algo que durante seis años ha estado presente en cada etapa del procedimiento judicial", afirma.

Preguntado por las consecuencias personales que ha tenido todo el procedimiento, Sergi reconoce que le ha condicionado. "Decir que no he tenido miedo sería mentir, pero he intentado que sea un miedo que no me limitara en mis compromisos políticos. Decir que después de esto he salido a la calle como si nada sería hacerme trampas en solitario, no tanto por los años que ha durado el procedimiento, sino por cómo ha ido". Sin embargo, dice que ahora "volvería a manifestarse por los mismos motivos que lo hizo en el 2018”.

Autocrítica y una agenda social fuerte

Seis años después del inicio del calvario de Sergi, como el de decenas de activistas y manifestantes independentistas, el movimiento independentista se encuentra en un punto muy distinto, tal y como han reflejado los resultados de las últimas elecciones catalanas, donde el independentismo no suma mayoría en el Parlament.

Sergi, como independentista, cree que "hay síntomas de agotamiento estratégico de los dos partidos mayoritarios, y un desinterés y desmotivación que se ha trasladado a la calle". "Los últimos años de gobiernos independentistas nos han llevado a una frustración de la que debemos salir". Cree que es necesario "recuperar la iniciativa política independentista y una agenda social fuerte, que ahora está más crítica que nunca por la amenaza de la extrema derecha".

También anima a los principales partidos independentistas a hacer una lectura crítica de los últimos años: "Ni Junts ni ERC lo están haciendo". "Hasta que no hagan una autocrítica sincera de que sus últimas líneas estratégicas han comportado sólo el beneficio del PSC más españolista y más de derechas que nunca, el independentismo no recuperará la mayoría".

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