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Jeremy Corbyn: "Los egos en política son un problema en todo el mundo; son el enemigo del pueblo"

El exlíder del Partido Laborista recibe a 'Público' tras su expulsión de la formación política. Ahora se presenta como candidato independiente en las elecciones de Reino Unido del próximo 4 de julio.

Jeremy Corbyn en Londres, a 27 de junio de 2024
Jeremy Corbyn, en Londres, a 27 de junio de 2024. Europa Press

Por la cantidad de pósteres en ventanas de casas y en escaparates de tiendas, el distrito electoral de Islington North, norte de Londres, continúa siendo territorio corbynista a pesar de que el exlíder, Jeremy Corbyn, ha sido expulsado del Partido Laborista y se presenta, como independiente, a las elecciones del 4 de julio. Hay que patearse buena parte del distrito para encontrar dos pósteres (Corbyn y el candidato laborista) que quepan en la misma foto. El laborista Praful Nargund no participa en los debates de los candidatos al escaño de los Comunes. Los sondeos dan ventaja oscilante a Nargund.

El artista Banksy ha echado un cable al distrito pintando el ramaje de un árbol en una pared, junto a un escultórico tronco solitario. A cierta distancia parece una unidad. Y para seguir el azar, cerca del árbol de Banksy está Corbyn Street, que no tiene nada que ver con Jeremy, sino con el albur. Falta una semana para las elecciones y al punto indicado en la web acuden voluntarios para la campaña de Corbyn, se hacen grupos para canvassing (llamar a puertas para pedir el voto). No solo llegan del vecindario, sino que Jon Ellis ha viajado desde Southampton, costa sur de Inglaterra. "Allí no tengo representación; dejé el Partido Laborista cuando Kear Starmer, que dijo que mantendría el programa de Corbyn, empezó a renunciar a lo básico; han utilizado el genocidio en Palestina como excusa para destruir a Corbyn y a la izquierda; Starmer es un mentiroso".

Jeremy Corbyn visitando el 'mural tree' de Bansky, a 18 de marzo de 2024
Jeremy Corbyn visitando el 'mural tree' de Bansky, a 18 de marzo de 2024. Europa Press

Los voluntarios, de diferentes edades, razas y apariencias, cargados de panfletos y pegatinas, se esparcen en grupos por el distrito, cuyo escaño se convertirá en símbolo ético y moral. En términos numéricos (uno de 650) no tendrá efecto parlamentario. Pero Corbyn perturba a Starmer (fue su antecesor de 2015 a 2019, dimitió al perder las elecciones), castigado con la expulsión para purgar a la izquierda y derechizar el partido. Todo recuerda a 1997, a la victoria de Tony Blair y la década laborista, prolongada hasta 2010 con Gordon Brown. Con la misma disciplina que se organizan los voluntarios, llega Corbyn a su cita con Público, que va detrás de DeClassified UK, contentos por la estrenada libertad de Julian Assange, de quien representan la versión inglesa. "He hablado con Julian, me lo ha pasado su mujer al teléfono, le he dicho que esta es su victoria y le he dado las gracias en nombre de los millones de personas que le hemos apoyado todos estos años", apostilla Corbyn al hilo de la noticia.

Es un día caluroso, Jeremy cumple la práctica varonil inglesa de llevar sandalias con calcetines, parte de su integridad e imagen en la que se han cebado los medios de la derecha para ridiculizarlo sin profundizar en sus medidas políticas. Es honesto, pacifista, justiciero, solidario y trabajador; prioriza el contenido sobre la forma o la sustancia sobre la imagen. Al resguardo de un toldo de una cafetería dice: "En estas elecciones queremos ofrecer esperanza en lugar de miedo en temas como la inmigración, que está despojando al Partido Laborista de derechos humanos y humanidad; en este distrito tenemos todo tipo de refugiados que vienen de países en guerra y ahora los quieren mandar a Ruanda o Bangladés. ¿Hay que preguntarse por qué todavía llegan barcas a Calais?".

"En España la izquierda está muy fragmentada; los egos en política son un problema en todo el mundo"

Jeremy es internacionalista, le preocupa el auge de la extrema derecha en Europa y el antecedente de la década de 1930 de los partidos, en gobiernos, que utilizaron la democracia para destruirla. "Es importante que la izquierda haga alianzas para combatir a la extrema derecha; en España la izquierda está muy fragmentada; los egos en política son un problema en todo el mundo; son el enemigo del pueblo". La entrevista es interrumpida por camioneros que hacen sonar la bocina, escolares que se regocijan al reconocer a Corbyn o los transeúntes que se hacen la foto inmediata con él. Paciencia.

La expulsión de Corbyn del Partido Laborista se justificó por su apoyo a Palestina, fue calificado de antisemita en una purga que Starmer condujo hacia la derecha del partido. Corbyn sigue activo a favor del alto al fuego, el embargo de armas y en encabezar las manifestaciones, convocadas por PSC (Palestinian Solidarity Campaign), que reúnen a cientos de miles de personas cada mes en Londres. "A mí no me bombardean, pero no puedo ser indiferente al genocidio; he visitado Gaza muchas veces; son 37.000 muertos, de ellos 15.000 menores; cada día sacan cuerpos de los escombros; huérfanos heridos deambulando por Gaza; escuelas destruidas con armas provistas por Gran Bretaña; han caído más bombas en Gaza desde octubre que cayeron aquí en la Segunda Guerra Mundial", prosigue Corbyn en un memorial de agravios en el que hace un alto: "El movimiento por la paz y la justicia tiene que ser global e incluir a países como Afganistán, por la guerra que no ganamos".

Dos casas del distrito de Islington North, en el norte de Londres, una partidaria de Jeremy Corbyn, la otra del candidato del Partido Laborista.
Dos casas del distrito de Islington North, en el norte de Londres, una partidaria de Jeremy Corbyn, la otra del candidato del Partido Laborista. Conxa Rodríguez

De sus visitas a campos de refugiados recuerda: "Me pidieron que fuera a hablar a un campo de 300 mujeres en Congo, víctimas de la guerra; violaciones, abusos y torturas, sus casas destruidas y familiares muertos. ¿Qué puedes decirles? Yo soy hablador, pero me quedé mudo". En el distrito convergen zonas de vivienda social con otras de casas con jardín, una mezcla de la que Jeremy resalta la diversidad. "Aquí tenemos congoleses, somalíes, iraníes, iraquíes, turcos, sudaneses, vietnamitas, chinos... todos contribuyen y yo aprendo de todos ellos". El análisis, en positivo, que hace Corbyn de la inmigración en Gran Bretaña es diferente del que está dominando, en negativo, la campaña electoral.

Corbyn, como candidato laborista, consiguió por primera vez el escaño de Islington North (75.000 electores) en 1983 con el 15,3% de los votos; en 2017 obtuvo el 73%, y en 2019, el 64,3%. El próximo jueves inicia una nueva etapa que lo podría incluir o excluir del Parlamento por tan solo un voto de diferencia del segundo candidato más votado en una lista de siete candidatos. El sistema electoral adjudica un escaño por diputado nominal, sin listas. Así, se establece una relación directa entre diputado, con horas semanales para atender asuntos administrativos o políticos de los electores. En cambio, fomenta el bipartidismo; los terceros o cuartos partidos quedan, desproporcionadamente, representados.

Algunos seguidores de Corbyn le han sugerido la formación de un partido a la izquierda del Laborista. Sobre este proyecto opina: "Las escisiones nunca han dado buen resultado, la mayoría de mis compañeros están en el partido, los diputados laboristas están ahora sometidos a presiones en temas como Palestina, el precio de la vivienda, la pobreza infantil o la privatización de la sanidad, con ellos puedo trabajar como independiente".

"El Partido Laborista no está muerto como fuerza progresista"

Jeremy es el nombre más conocido de la purga laborista. A pesar de la mano de hierro que ha aplicado Starmer contra su predecesor, Corbyn considera que "el Partido Laborista no está muerto como fuerza progresista, puesto que sus logros para mejorar la vida de la ciudadanía son históricos, desde la igualdad salarial de 1970 hasta el proceso de paz en Irlanda del Norte o el salario mínimo con Tony Blair".

Y hablando de Blair, no lo expulsó del partido cuando Corbyn le fue en contra por la invasión de Irak. "Tuve muchos encontronazos con Blair sobre Irak, pero nunca surgió la expulsión; ahora Starmer se ha enfundado de un comité oficial que manda, al que yo cuestioné mi expulsión y uno de los tres miembros me dijo que natural justice (la justicia natural) no se aplica en el Partido Laborista".

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