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Las primeras encuestas de 2024 indican un desplome electoral en la izquierda tras la ruptura entre Sumar y Podemos

Los de Yolanda Díaz se quedan en un 9,7% en estimación de voto y Podemos no llega al 3% en un marco de eventuales elecciones generales. Las europeas serán la primera prueba a nivel estatal tras la ruptura de ambos espacios.

Yolanda Díaz, Irene Montero
Yolanda Díaz, Irene Montero y Enrique Santiago, en el Congreso. Imagen de archivo. Kiko Huesca / EFE

Este miércoles se ha conocido la primera proyección demoscópica tras la salida de Podemos del grupo parlamentario de Sumar en el Congreso y el cisma provocado entre ambos espacios.

La encuesta es la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y arroja estimaciones acerca de un eventual escenario de elecciones generales, pero puede servir de base para otros escenarios y para la coyuntura de una izquierda alternativa que en la actualidad permanece dividida.

Se trata del primer estudio que cuantifica el desgaste que a día de hoy provoca esta ruptura, que deja dos candidaturas de ámbito estatal a la izquierda del PSOE en un contexto en el que el espacio progresista retrocedió en el 23J (aunque logró resistir lo suficiente para revalidar el Gobierno y para impedir un ejecutivo de PP y Vox).

Los de Yolanda Díaz pierden más de dos puntos respecto a las últimas encuestas del 2023 (y también respecto a sus resultados electorales en las últimas generales), y por primera vez desde que aparecen en los análisis demoscópicos caen por debajo del 10%, hasta el 9,7%. Su intención directa de voto, sin corrección con el recuerdo de voto de anteriores generales, es del 7,3%.

Podemos no tenía su propia proyección en el CIS desde mayo del pasado año, justo antes de que los de Ione Belarra firmaran un pacto de coalición para integrarse en la coalición de Sumar que concurrió en el 23J. En ese momento, la formación morada en solitario tenía una estimación de poco más del 6%.

En la encuesta de este miércoles, esta estimación se sitúa en el 2,7% y amenaza a los de Belarra con no tener representación en unas eventuales generales. Su intención directa de voto apenas supera el 2%.

Las elecciones europeas y su circunscripción estatal

Sin embargo, a priori, el escenario de las generales parece todavía muy lejos y la coyuntura es susceptible de cambiar. Lo que no está alejado es el ciclo electoral de este año, con las elecciones gallegas y vascas, en primer lugar, y las europeas como última cita con las urnas en 2024.

Los datos del CIS apenas son extrapolables a los comicios autonómicos, al tratarse de dos territorios que siguen sus propias dinámicas y que no tienen nada que ver con las simpatías que despiertan los partidos a nivel estatal (sin obviar que la muestra del organismo es representativa de todo el Estado, no de estos dos territorios).

Sin embargo, el estudio de este miércoles sí que puede apuntar algún dato para las europeas, unas elecciones cuyo ámbito para el sufragio es estatal y que no tiene (como sucede en las generales) un reparto de escaños por territorios que introduce un sesgo representativo a la hora de transformar votos en actas.

En las últimas elecciones al Parlamento Europeo, en 2019, Unidas Podemos Cambiar Europa (la coalición de Unidas Podemos para esta cita con las urnas) obtuvo más del 10% de los votos, con los que lograron seis escaños.

Cinco años antes, en 2014, con casi un 8% de los sufragios Podemos obtuvo cinco escaños en lo que supuso el aterrizaje en las instituciones de la recién creada formación morada (en este caso en el Parlamento Europeo). 

Las estimaciones del CIS se hacen fuera de la proyección de unas europeas, sin campaña, sin candidatos oficiales y sin todos los elementos que permitirían estimar cuál es la proyección real de cada partido para los comicios que se celebrarán en junio, por lo que no tienen una aplicación demoscópica real para estas elecciones.

Pero reflejan por vez primera el desgaste que causa la división del espacio, un desgaste que puede tener muchos factores (la desilusión del electorado, el trasvase de votos hacia otros espacios percibidos como más estables o robustos por los ciudadanos...) pero en el que destaca, por matemática pura, el hecho de que haya dos competidores en el espacio en el que antes sólo había uno.

Un mes antes de que Unidas Podemos Cambiar Europa obtuviera un 10% de los votos (el 26 de mayo de 2019), Unidos Podemos había logrado recibir más del 14% de los votos y había obtenido 42 escaños en las elecciones generales.

La izquierda alternativa retrocede electoralmente desde 2019

Desde entonces, la izquierda alternativa ha retrocedido en cada cita con las urnas (el mayor golpe se produjo en las autonómicas y municipales de mayo del pasado año), y en las últimas generales la coalición de Sumar obtuvo algo más de un 12% de los votos y 31 escaños. 

Quedan cinco meses para las elecciones europeas, pero la izquierda ya se asoma de nuevo al abismo que puede suponer una división de candidaturas que, en esta ocasión, ya se da por sentada. En junio las encuestas dejarán paso a los resultados.

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