Este artículo se publicó hace 3 años.
Elecciones MadridEl PP teme que Cs pacte con Gabilondo con los diputados que pueda mantener en la Asamblea de Madrid tras el 4-M
La ajustada victoria del bloque de la derecha que predicen los sondeos preocupa en un PP que solo puede contar con la extrema derecha. Los de Casado aseguran que Edmundo Bal pactará con el PSOE porque él "es de izquierdas".
Marta Monforte Jaén
Madrid-Actualizado a
El Partido Popular está intranquilo. La maniobra de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso de adelantar las elecciones fue calificada como 'jugada maestra' por la mayoría de sus compañeros de filas. De esa manera, y escudándose en la moción de censura —finalmente frustrada— en Murcia, la dirigente del PP se libraba un socio incómodo, ampliaba la mayoría del PP aprovechando la debilidad de Ciudadanos y lograba atraer también a los votantes de Vox con un discurso ultra, utilizando la carta del voto útil.
Pero la ajustada victoria del bloque de la derecha que predicen los sondeos preocupa en un PP que solo puede contar con la extrema derecha para poder revalidar el Gobierno. En las filas populares están convencidos de que el candidato de los 'naranjas', Edmundo Bal — que se presenta tras el paso atrás del exvicepresidente Ignacio Aguado— apoyará al candidato socialista, Ángel Gabilondo, si logra superar la barrera del 5%, esencial para conseguir representación en la Asamblea de Madrid.
"Bal siempre ha sido de izquierdas", señala una voz de la dirección del PP, que asegura que "respeta" al portavoz de Ciudadanos por su "implacable" trayectoria. Bal llegó a la política de la mano de Albert Rivera en el año 2019 y ahora es uno de los hombres de mayor confianza de la actual presidenta, Inés Arrimadas. "Es votante del PSOE de toda la vida. Lo que pasa es que está resentido", continua la citada fuente. El dirigente de Cs fue destituido como jefe del departamento Penal de la Abogacía del Estado por el Gobierno de Pedro Sánchez en el año 2018 por sus discrepancias en la causa del 1-O.
Más gráfico fue el portavoz adjunto del PP en el Congreso, José Ignacio Echániz, que poco después de confirmarse la candidatura de Bal escribió un tuit asegurando que éste era "socialista". El propio Bal contestó al conservador: "Socialista para unos, facha para otros. Es lo que tiene ser de centro, como millones de españoles", continuaba. El equipo de Arrimadas asegura que Cs es un partido "liberal, de centro, moderado y limpio" capaz de pactar a derecha e izquierda, siempre que "erradiquen la corrupción de sus filas".
Desde el entorno del dirigente de Ciudadanos se lo toman con ironía. "Es el primer abogado del Estado antisistema", dicen en conversación con este medio. "¡Qué peligro, que vienen los rojos! Lo próximo es que le llamen anarquista", continúan. "Son absolutamente ridículos, de verdad". En Cs creen que las acusaciones de los populares se deben al "nerviosismo" tras la "precipitada e irresponsable" convocatoria electoral.
En el PP temen que la izquierda se movilice
En el PP admiten que hay cierta preocupación, tanto en la dirección nacional como en Madrid, ante una posible movilización de la izquierda provocada por el 'efecto Iglesias'. Un movimiento que podría beneficiar también al PP si logra convencer al votante de Vox. A tenor de las últimas encuestas, Ayuso ganaría de manera holgada los comicios, pero estaría lejos de llegar a la mayoría absoluta por sí sola. Es más, según el análisis del gabinete Key Data para Público, la presidenta en funciones solo podría gobernar de la mano de Vox y Ciudadanos.
Los naranjas no han revelado a quien prefieren como presidente —si a Ayuso a Gabilondo—pero sí admiten que las relaciones con el PP no pasan por su mejor momento, y menos con una dirigente que les ha echado del Gobierno. El propio Gabilondo ha asegurado este lunes que prefiere pactar un gobierno con Ciudadanos y con Más Madrid tras los comicios, pero no con Iglesias, por el "clima de confrontación" que representa. "Así se construiría un espacio plural y abierto", ha dicho, en referencia a los naranjas y al partido que dirige Íñigo Errejón.
Ayuso ha querido convertir los comicios en un "plebiscito" sobre su figura y, por ende, sobre el futuro de la derecha en este territorio. Tras la decisión de Iglesias, ha resituado su estrategia señalándole como principal rival a batir. "La campaña se polariza mucho y esta es una lucha de titanes", señala una fuente del PP madrileño, aunque asegura que Ayuso "no corre peligro". Si en algo coinciden todas las fuentes consultadas es que no se puede subestimar a Iglesias, que dejará la vicepresidencia segunda y su escaño en el Congreso para batirse con Ayuso, con la esperanza de que la izquierda sume.
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