El PP no paga derechos de autor al creador de su himno

Este año es el 25 aniversario de la melodía del Partido Popular. Su autor, Manuel Pacho, fue contratado por el entonces Director de Comunicación del PP Miguel Ángel Rodríguez. Afirma que al componer el himno buscaba conseguir una "música liberal" que tratara de reflejar la realidad de "alguien que se anima a hacer algo, un pequeño emprendedor", en contraste con la de algunos partidos de izquierdas, que es "más colectiva, tiene más que ver con los colectivos de una fábrica que trabajan unidos que con el pequeño emprendedor".

En la época en que el himno fue compuesto, el PSOE estaba en una situación preponderante, iban a celebrarse los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, y el PP "estaba inseguro", afirma Pacho. Por esta razón, cuando le pidieron que compusiera la melodía, se propuso hacer un himno "pegadizo y fácil de recordar" para que a la gente se le quedase en la cabeza al escucharlo.

Pacho: "De haber querido hacer una música de izquierdas me habría centrado en valores de colectividad y unión"

Explica también que, de haber querido hacer una música "de izquierdas", se habría centrado en unos valores de "colectividad y de unión", que son, por lo general, los que imperan en las melodías de los partidos de izquierdas, en vez de centrarse en la individualidad.

Asegura que, económicamente, componer el himno del PP no le ha supuesto demasiado en parte porque en 1989, cuando fue presentado, la situación económica era "mejor que la actual, pero peor que la que hubo alrededor del año 2000". Además, cuenta que no se le pagan derechos de autor cada vez que la canción suena en los actos del Partido. Ante la pregunta de si le pagaron en blanco, Pacho se ríe y contesta que sí, y dice estar "muy agradecido" por el "cariño y respeto" con que lo han tratado en el PP.

Pacho ha compuesto más de 1.500 melodías de publicidad conocidas como jingles. Es el autor, por ejemplo, de música como la de los anuncios de Ron Barceló, Seat, Batidos Puleva o Vacaciones Santillana, y la de la Expo de Zaragoza.